Giró el pintalabios y lo cerró con el tapón, seguido de esto lo guardó en su pequeño bolso.
Mei seguía observándose en el espejo, buscando cualquier defecto en su rostro, misión imposible.
Desde pequeña siempre fue preciosa, inteligente, deseada y amada por todos. No tiene ni una sola mancha en su historial, ninguna que el resto de personas puedan ver. Nunca fue una niña egoísta y caprichosa, pero siempre que fijaba su atención en algo lo conseguía el cien por cien de las veces ¿Algo que se hubiera propuesto y no hubiera logrado? ¡Jamás! Siempre ganaba todo.
Ella era consciente de aquello, la gente que la envidiaba era destruida y los que la querían recompensados, siempre ha formado a su alrededor una vida perfecta, solo había una cosa que se le escapaba de la mano y que no podía manejar, el amor.
No podía comprarlo, ni forzarlo. Para las personas aquel hecho era más claro que el agua, pero ella, alguien que ha tenido todo lo que ha deseado, no lo podía comprender y eso la frustraba.
¿Por qué? A todos los hombres que les dirigía una mirada tímida e inocente se arrodillaban ante ella, a todas las mujeres que admiraba con pasión conseguía provocar el deseo de estar con ella.
¿Por qué ahora no podía controlar aquello? ¿De qué le servía la belleza? ¿Y el carisma? ¿El dinero?
Derribó todas las cosas que había sobre la mesa y frustrada despeinó su pelo, volvió a mirarse en el cristal y ahora la Mei que veía era distinta. Ahora era una flor marchita.
-¿Por qué no podemos decidir de quien nos enamoramos? Si esa persona no siente lo mismo por ti...- Hablaba consigo misma - Todo habrá terminado - Golpeó el espejo agrietándolo un poco - No es suficiente con los sueños, no me llenan unos segundos a tu lado, si tan solo pudiéramos amarnos, sería feliz. Quiero creer que algún día estaremos así - Volvió a golpear el espejo rompiéndolo más -¡Déjame olvidar la realidad!- Gritó - Quería que pensarás que yo era la única especial, podría dejarte marchar con tu gran sonrisa, pero no - Dio el golpe certero y el espejo se rompió en mil pedazos cortando su mano...
Mei se levantó y agarró un trozo de cristal con fuerza, su mano sangró aún más.
-Esta noche volveré a soñar contigo y mañana ya no será un sueño, siempre consigo lo que me propongo y tú no eres mi objetivo, eres mi meta- Las lagrimas de dolor recorrieron su rostro hasta perderse en el suelo.
Ryosuke corrió hacia los brazos de Ryu, se saludaron con un cálido abrazo que se convirtió en un tierno beso.
-¿Como estas amor mío?- Preguntó Ryo.
-Como nunca... Ahora mismo, nadie es más feliz de yo. No sabes cuánto he deseado y esperado este momento, tenerte en mis brazos y que seas mío, verte dejar de sufrir por un idiota- Abrazó mas fuerte después de terminar.
-Sobre ese idiota vengo a hablarte- Se separó lentamente del cuerpo de Ryu y lo miró a los ojos.
-¿Qué pasa? No me asustes, no quiero verte mal- Acarició el rostro de su chico.
-No te preocupes, quería decirte que creo que debería perdonarle... Tal vez sea lo mejor- La melancolía se apoderó de su rostro debido a los recuerdos que le vino a la mente.
Ryu sintió miedo, temor de que Ryosuke saliera dañado, incluso pavor de perderlo otra vez, pero cuando se calmó comprendió que eso ya no sucedería, ahora era suyo y confiaba plenamente en el amor que los unía.
-¿Sabes mi vida? A pesar de todo confío en vuestra amistad y en lo mucho que os queréis como amigos, pensándolo calmadamente creo que si os perdonarais es lo mejor que os podría pasar nunca. Verte feliz hará que mis sueños se cumplan - Decidido juntó los labios con los de Ryo, este se separó.
-Ya soy feliz junto a ti- Ahora dominó él la escena dándole un toque de pasión. - Tengo algo más que decirte - Mostró su hermosa sonrisa, la que hacía que la vida de Ryu fuera mas fácil.
-Dime...- Observaba como un tonto aquel rasgo del joven.
-Esta tarde le daremos una sorpresa a Nozomi, ya he hablado con Kiyoshi, tenemos que ir a prepararlo todo.
Kyo cargaba un gran ramo de flores de múltiples colores, Hikari y Kiyoshi se encontraban a su lado. Estos dos llevaban decoración y globos, los tres iban por la calle dirección al hospital. Kiyoshi tomó la palabra.
-¿Os ha quedado claro como lo haremos?- Dijo con una sonrisa.
-No tiene mucha complicación, esto es de tontos- Dijo malhumorado como era él. Hikari nerviosa habló.
-Pues a mí no me ha quedado muy claro- Agachó la cabeza.
-Cariño, tu es que eres un caso especial- Se burló de ella.
-¡Calla!- Se cabreó.
-A ver Hikari, es fácil- Se dispuso a explicarlo otra vez - Tu entras con el ramo de flores y le das tu carta, conforme la lea ella irá a coger el resto de cartas que están en el ramo ¿Verdad? Pues ahí nos darás la señal y entraremos todos con los globos y con la tarta.
-Entiendo ¿Cual era la señal?- Kyo y Kiyoshi se echaron la mano a la cabeza.
-La señal era un estornudo, debes de fingirlo- Dijo Kyo.
-¡Esta bien!- Se llenó de energías.
-Conozco bien a Nozomi, se que ella quiere que celebremos una pequeña fiesta y disfrutemos de ella, no quiere que le mostremos nuestra tristeza- Se le humedecieron los ojos.
-Kiyoshi, ya te he dicho que haremos lo que tu veas mejor para ella- Kyo confiaba en él y sabría que el hecho de hacer una fiesta no le molestaría a Nozomi.
Se reunieron todos en el hospital, a pesar de que Ryo y Kyo no estaban perdonados el ambiente no era incomodo, todos estaban unidos y animados por la causa de hacer feliz a Nozomi, no dejarían que sus problemas rompieran la felicidad de su amiga, todos habían madurado bastante.
-¿Estáis listos?- Preguntó Kiyoshi.
Todos asintieron y entonces Hikari tocó la puerta, la voz de Nozomi se escuchó como un susurro, entonces abrió la puerta y entró con el ramo de flores.
-Hola Nozomi- Dijo con una tierna sonrisa.
-¡Oh! Eres tu Hikari- Se sorprendió de que no fuera ni Ryosuke ni su gran amigo Kiyoshi.
-Sí, te he traído este regalo- Dejó el ramo de flores en la mesa y le acercó su carta. Nozomi la abrió con una sonrisa y comenzó a leerla.
"Querida Nozomi, no ha pasado mucho tiempo desde que nos conocemos... Podríamos haber aprovechado más el tiempo juntas, lo siento.
Siempre he pensado que el tiempo es muy valioso ¿No crees? Bueno, claro que pensarás que sí. Mi familia siempre está ocupada por trabajo, entonces cada vez que puedo estar un momento con ellos lo aprovecho al instante. Quería decirte que eres mi ejemplo a seguir, siempre estas con tu enorme sonrisa alegrándonos la vida. A pesar de todo estas a nuestro lado y aprovechas el tiempo al máximo, no has renegado a los sentimientos que han venido, ya que te hacían sentir más viva, no has evitado ningún momento que te hicieran desear quedarte, todas las veces has ido de frente contra los problemas y los has superado.
Ciertamente no sé cómo te recordaran el resto, pero en mi corazón siempre serás recordada como una heroína, la heroína que a pesar de no haber estado mucho con ella, logró hacerme ver que debo de vivir la vida aprovechando cada instante, siendo feliz y no arrepintiéndome de nada.
Gracias Nozomi, estarás presente en mí como ahora."
Las lagrimas fluyeron de los ojos de Nozomi como si un rio fuera, Hikari fingió un estornudo en ese momento y le dio un fuerte abrazo.
El resto entraron de golpe sin pensárselo dos veces con un "¡Sorpresa!". La gran sonrisa de todos provocó que Nozomi llorara aún más, no se esperaba aquel encuentro con sus amigos.
Pero ellos no fueron los únicos que entraron a la sala, también lo hizo el médico junto a una enfermera.
-Siento mucho la interrupción, pero tenemos que dar una noticia - Tosió y continuó - No sabemos cómo, tal vez nos hubiéramos equivocado, pero Nozomi ha mejorado con su enfermedad todo este tiempo, aun quedan esperanzas para ella- Hizo una profunda reverencia.
Todos gritaron de alegría y comenzaron a saltar y corrieron a abrazar a Nozomi, nadie se lo podía creer y menos ella.
Ryosuke admiró aquella escena con una felicidad especial que no había sentido nunca. Su novio, Ryu, sabía que ahora todo iba a ir bien con él, le quedaba una larga vida que hacer a su lado, siendo felices, una familia que formar, un amor que darse. Observó a Kiyoshi, aquel fiel amigo que ha tenido durante toda su vida, estaba dándolo todo por la protagonista del día. Nozomi, aquella chica de corazón puro que tanta felicidad le había dado ¿Cómo era posible? Nadie cabía en la escena de que Nozomi se iba a recuperar ¿Gracias a él? No... descubrió que fue gracias al amor de todos, ese era el milagro del amor. Sus ojos se dirigieron hacia la preciosa pareja, se le iluminaron al ver a Hikari feliz junto a su amado, aquel chico tan importante para Ryo había cambiado tanto, ya no era el mismo niño con el que solía jugar cuando era pequeño, ahora era un hombre, ya no le despertaba los mismos sentimientos que antes, ahora eran unos sentimientos aun mas fuertes. Más que nunca estaba dispuesto a ir a hablar con él y a per...
Unos fuertes mareos se apoderaron de Ryo, un brusco pinchazo provocó un dolor que se extendió por todo el cuerpo y se desmayó allí mismo.
Mei seguía observándose en el espejo, buscando cualquier defecto en su rostro, misión imposible.
Desde pequeña siempre fue preciosa, inteligente, deseada y amada por todos. No tiene ni una sola mancha en su historial, ninguna que el resto de personas puedan ver. Nunca fue una niña egoísta y caprichosa, pero siempre que fijaba su atención en algo lo conseguía el cien por cien de las veces ¿Algo que se hubiera propuesto y no hubiera logrado? ¡Jamás! Siempre ganaba todo.
Ella era consciente de aquello, la gente que la envidiaba era destruida y los que la querían recompensados, siempre ha formado a su alrededor una vida perfecta, solo había una cosa que se le escapaba de la mano y que no podía manejar, el amor.
No podía comprarlo, ni forzarlo. Para las personas aquel hecho era más claro que el agua, pero ella, alguien que ha tenido todo lo que ha deseado, no lo podía comprender y eso la frustraba.
¿Por qué? A todos los hombres que les dirigía una mirada tímida e inocente se arrodillaban ante ella, a todas las mujeres que admiraba con pasión conseguía provocar el deseo de estar con ella.
¿Por qué ahora no podía controlar aquello? ¿De qué le servía la belleza? ¿Y el carisma? ¿El dinero?
Derribó todas las cosas que había sobre la mesa y frustrada despeinó su pelo, volvió a mirarse en el cristal y ahora la Mei que veía era distinta. Ahora era una flor marchita.
-¿Por qué no podemos decidir de quien nos enamoramos? Si esa persona no siente lo mismo por ti...- Hablaba consigo misma - Todo habrá terminado - Golpeó el espejo agrietándolo un poco - No es suficiente con los sueños, no me llenan unos segundos a tu lado, si tan solo pudiéramos amarnos, sería feliz. Quiero creer que algún día estaremos así - Volvió a golpear el espejo rompiéndolo más -¡Déjame olvidar la realidad!- Gritó - Quería que pensarás que yo era la única especial, podría dejarte marchar con tu gran sonrisa, pero no - Dio el golpe certero y el espejo se rompió en mil pedazos cortando su mano...
Mei se levantó y agarró un trozo de cristal con fuerza, su mano sangró aún más.
-Esta noche volveré a soñar contigo y mañana ya no será un sueño, siempre consigo lo que me propongo y tú no eres mi objetivo, eres mi meta- Las lagrimas de dolor recorrieron su rostro hasta perderse en el suelo.
Ryosuke corrió hacia los brazos de Ryu, se saludaron con un cálido abrazo que se convirtió en un tierno beso.
-¿Como estas amor mío?- Preguntó Ryo.
-Como nunca... Ahora mismo, nadie es más feliz de yo. No sabes cuánto he deseado y esperado este momento, tenerte en mis brazos y que seas mío, verte dejar de sufrir por un idiota- Abrazó mas fuerte después de terminar.
-Sobre ese idiota vengo a hablarte- Se separó lentamente del cuerpo de Ryu y lo miró a los ojos.
-¿Qué pasa? No me asustes, no quiero verte mal- Acarició el rostro de su chico.
-No te preocupes, quería decirte que creo que debería perdonarle... Tal vez sea lo mejor- La melancolía se apoderó de su rostro debido a los recuerdos que le vino a la mente.
Ryu sintió miedo, temor de que Ryosuke saliera dañado, incluso pavor de perderlo otra vez, pero cuando se calmó comprendió que eso ya no sucedería, ahora era suyo y confiaba plenamente en el amor que los unía.
-¿Sabes mi vida? A pesar de todo confío en vuestra amistad y en lo mucho que os queréis como amigos, pensándolo calmadamente creo que si os perdonarais es lo mejor que os podría pasar nunca. Verte feliz hará que mis sueños se cumplan - Decidido juntó los labios con los de Ryo, este se separó.
-Ya soy feliz junto a ti- Ahora dominó él la escena dándole un toque de pasión. - Tengo algo más que decirte - Mostró su hermosa sonrisa, la que hacía que la vida de Ryu fuera mas fácil.
-Dime...- Observaba como un tonto aquel rasgo del joven.
-Esta tarde le daremos una sorpresa a Nozomi, ya he hablado con Kiyoshi, tenemos que ir a prepararlo todo.
Kyo cargaba un gran ramo de flores de múltiples colores, Hikari y Kiyoshi se encontraban a su lado. Estos dos llevaban decoración y globos, los tres iban por la calle dirección al hospital. Kiyoshi tomó la palabra.
-¿Os ha quedado claro como lo haremos?- Dijo con una sonrisa.
-No tiene mucha complicación, esto es de tontos- Dijo malhumorado como era él. Hikari nerviosa habló.
-Pues a mí no me ha quedado muy claro- Agachó la cabeza.
-Cariño, tu es que eres un caso especial- Se burló de ella.
-¡Calla!- Se cabreó.
-A ver Hikari, es fácil- Se dispuso a explicarlo otra vez - Tu entras con el ramo de flores y le das tu carta, conforme la lea ella irá a coger el resto de cartas que están en el ramo ¿Verdad? Pues ahí nos darás la señal y entraremos todos con los globos y con la tarta.
-Entiendo ¿Cual era la señal?- Kyo y Kiyoshi se echaron la mano a la cabeza.
-La señal era un estornudo, debes de fingirlo- Dijo Kyo.
-¡Esta bien!- Se llenó de energías.
-Conozco bien a Nozomi, se que ella quiere que celebremos una pequeña fiesta y disfrutemos de ella, no quiere que le mostremos nuestra tristeza- Se le humedecieron los ojos.
-Kiyoshi, ya te he dicho que haremos lo que tu veas mejor para ella- Kyo confiaba en él y sabría que el hecho de hacer una fiesta no le molestaría a Nozomi.
Se reunieron todos en el hospital, a pesar de que Ryo y Kyo no estaban perdonados el ambiente no era incomodo, todos estaban unidos y animados por la causa de hacer feliz a Nozomi, no dejarían que sus problemas rompieran la felicidad de su amiga, todos habían madurado bastante.
-¿Estáis listos?- Preguntó Kiyoshi.
Todos asintieron y entonces Hikari tocó la puerta, la voz de Nozomi se escuchó como un susurro, entonces abrió la puerta y entró con el ramo de flores.
-Hola Nozomi- Dijo con una tierna sonrisa.
-¡Oh! Eres tu Hikari- Se sorprendió de que no fuera ni Ryosuke ni su gran amigo Kiyoshi.
-Sí, te he traído este regalo- Dejó el ramo de flores en la mesa y le acercó su carta. Nozomi la abrió con una sonrisa y comenzó a leerla.
"Querida Nozomi, no ha pasado mucho tiempo desde que nos conocemos... Podríamos haber aprovechado más el tiempo juntas, lo siento.
Siempre he pensado que el tiempo es muy valioso ¿No crees? Bueno, claro que pensarás que sí. Mi familia siempre está ocupada por trabajo, entonces cada vez que puedo estar un momento con ellos lo aprovecho al instante. Quería decirte que eres mi ejemplo a seguir, siempre estas con tu enorme sonrisa alegrándonos la vida. A pesar de todo estas a nuestro lado y aprovechas el tiempo al máximo, no has renegado a los sentimientos que han venido, ya que te hacían sentir más viva, no has evitado ningún momento que te hicieran desear quedarte, todas las veces has ido de frente contra los problemas y los has superado.
Ciertamente no sé cómo te recordaran el resto, pero en mi corazón siempre serás recordada como una heroína, la heroína que a pesar de no haber estado mucho con ella, logró hacerme ver que debo de vivir la vida aprovechando cada instante, siendo feliz y no arrepintiéndome de nada.
Gracias Nozomi, estarás presente en mí como ahora."
Las lagrimas fluyeron de los ojos de Nozomi como si un rio fuera, Hikari fingió un estornudo en ese momento y le dio un fuerte abrazo.
El resto entraron de golpe sin pensárselo dos veces con un "¡Sorpresa!". La gran sonrisa de todos provocó que Nozomi llorara aún más, no se esperaba aquel encuentro con sus amigos.
Pero ellos no fueron los únicos que entraron a la sala, también lo hizo el médico junto a una enfermera.
-Siento mucho la interrupción, pero tenemos que dar una noticia - Tosió y continuó - No sabemos cómo, tal vez nos hubiéramos equivocado, pero Nozomi ha mejorado con su enfermedad todo este tiempo, aun quedan esperanzas para ella- Hizo una profunda reverencia.
Todos gritaron de alegría y comenzaron a saltar y corrieron a abrazar a Nozomi, nadie se lo podía creer y menos ella.
Ryosuke admiró aquella escena con una felicidad especial que no había sentido nunca. Su novio, Ryu, sabía que ahora todo iba a ir bien con él, le quedaba una larga vida que hacer a su lado, siendo felices, una familia que formar, un amor que darse. Observó a Kiyoshi, aquel fiel amigo que ha tenido durante toda su vida, estaba dándolo todo por la protagonista del día. Nozomi, aquella chica de corazón puro que tanta felicidad le había dado ¿Cómo era posible? Nadie cabía en la escena de que Nozomi se iba a recuperar ¿Gracias a él? No... descubrió que fue gracias al amor de todos, ese era el milagro del amor. Sus ojos se dirigieron hacia la preciosa pareja, se le iluminaron al ver a Hikari feliz junto a su amado, aquel chico tan importante para Ryo había cambiado tanto, ya no era el mismo niño con el que solía jugar cuando era pequeño, ahora era un hombre, ya no le despertaba los mismos sentimientos que antes, ahora eran unos sentimientos aun mas fuertes. Más que nunca estaba dispuesto a ir a hablar con él y a per...
Unos fuertes mareos se apoderaron de Ryo, un brusco pinchazo provocó un dolor que se extendió por todo el cuerpo y se desmayó allí mismo.
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