Canción 10:Whispers in the dark

[Enlace a la canción en el título]
Vladimir estaba un poco preocupado. Hacía más de una hora que Gabriel estaba reunido con el jefe del Bahamut. Él conocía a Demian de hacía un par de años, cuando empezó a frecuentar esos lares. Sabía que estaba enterado de todos los tejemanejes de la ciudad, pero no estaba seguro de haber hecho bien presentándole a Gabriel. El líder del grupo era un muchacho demasiado bueno para el oscuro mundo dónde vivía Demian. No quería que se viera demasiado influenciado, pero claro, no le podía decir que no a Gabriel. Menos si estaba investigando para ayudar a un amigo. Ese era su punto fuerte, y encima era un cabezota de cuidado.

Vladimir decidió que su amigo sabría cuidarse solo, de momento. Empezaba a amanecer, no quería hacer tarde a clase (curiosamente, a pesar de su apariencia, y estrafalaria forma de ser era un estudiante de matrícula) así que le dejó como recado a un camarero informar de su marcha a Gabriel cuando este saliera de su reunión.

Primero se pasó por su casa para coger sus cosas y luego sacó su coche del aparcamiento y empezó a conducir hacia la universidad. Pero mientras conducía sonó el teléfono. Miró quien era el contacto y contestó de inmediato, poniendo el manos libres para no chocar.

* Hola Violet-chan. Es un honor que me llames a estas horas de la mañana.- Notó como Violet reía al otro lado del teléfono e inmediatamente una sensación cálida le inundó el pecho.
* Chico, si para ti un honor es que te llamen a las siete menos diez… Eres un poco extraño. Aunque bueno, eres muy extraño así que ya no sé porque me sorprendo.
* Mi querida hada del mal, estás divagando.
* Cierto, te llamaba por un favor.
* Me rompes el corazón, y yo que pensaba que me llamabas para que mi voz te diera fuerzas para afrontar el día…- Violet volvió a sonreír al otro lado de la línea, luego su tono cambió a uno más serio.
* Verás, esta mañana me he despertado temprano y he salido a correr…- Eso le pareció extraño a Hayate, Violet era perezosa, nunca saldría de casa temprano y menos para correr. Pero esperó a que ella terminara de contar su historia.- Mientras corría me he encontrado a un chico que estaba tratando de violar a una chica.
* ¿QUÉ? ¿TÚ ESTÁS BIEN? ¿NO HAS SALIDO HERIDA VERDAD?
* No, no… Ha sido al revés, yo he tumbado al tío y lo he dejado en el suelo. Luego he ido a ayudar a la chica porque parecía estar mal y el tío ha escapado. La he acompañado al hospital, al parecer está bien y ahora le he dicho que vaya a la comisaria. Pero se siente insegura de ir sola y queda un poco lejos. ¿Puedes venir a recogernos con tu coche?

Vladimir suspiró aliviado, no le había pasado nada a su chica. Pero el hecho de que ella sola se hubiera puesto en peligro de esa manera le incomodaba y a la vez se sentía orgulloso de ella. Era la chica más valiente que conocía. Entonces le dijo a Violet que le esperara quince minutos, que ahora pasaba a por ellas.







* Mi amigo nos pasa a recoger.- Dijo Violet sonriendo a la chica.
* Muchas gracias, enserio. Siento ser una molestia. Me salvas y encima te pido que me acompañes a todas partes.
* No es problema mujer. A de más, me has caído bien Elisa.- La chica no pudo evitar devolverle la sonrisa. “Su salvadora” era la mujer más increíble que había conocido, y era preciosa. Aunque tratara de ocultarlo debajo de esa ropa tan holgada. Elisa se sorprendió observándola atentamente, casi embobada, perdiéndose en el verdor de sus ojos. Realmente Violet era una belleza.

Ambas esperaron en silencio hasta que el enorme 4x4 de Hayate apareció. Les tocó el claxon en señal de bienvenida y les hizo un gesto invitándolas a entrar. Violet y Elisa entraron en el coche, Violet en el asiento del copiloto y Elisa en el de detrás.

* Hola mi dulce dama oscura.
* Hola Hayate, gracias por recogernos.
* No me llames Hayate, me cambié el nombre. Ahora es Vladimir, mi nombre artístico.
* Pero a mí me gusta mucho más Hayate.

Ambos bromeaban como siempre mientras el coche avanzaba hacia la estación de policía. Intentaron hacer que Elisa se sintiera cómoda con ellos, así que evitaron a posta las preguntas sobre el ataque. Simplemente hablaban de manera natural hasta que llegaron a su destino.

* Ya hemos llegado mis dulces damas.- Dijo Hayate mientras sonreía mirando a Elisa.- ¿Queréis qué os acompañe dentro también?
* ¿No llegarás tarde a la universidad? – Dijo Elisa con aire preocupado.- Ya has hecho mucho, y tú también Violet. Puedo ocuparme sola del resto. A de más podrías salir perjudicada con lo de atacar a un desconocido.

Dicho esto Elisa se despidió, pero antes de que se marchara Violet le pidió su número de teléfono para que la informara más tarde. Se volvieron a despedir, está vez con dos besos y Elisa se marchó.

Todo parecía muy inocente, a los ojos de cualquiera. Pero Vladimir no era cualquiera, se había fijado en la manera que esa chica había mirado a Violet. Eran los mismos ojos con los que él miraba a la guitarrista. Lo último que le faltaba, ahora aparte de apartar a los tíos tendría que esconderla de las chicas también. “Maldita y sensual Violet, me hace ir de culo.”

Pero mientras la llevaba hacia la universidad había algo que le incomodaba más. Violet NUNCA salía a correr, le estaba ocultando algo. “¿Un novio quizás? No, imposible. Violet no me ocultaría que está saliendo con alguien. Siempre me lo ha contado cuando un chico le gustaba. ¿Entonces?” Hayate decidió arriesgarse y preguntó.
* Violet, ¿qué me estás ocultando?- La chica no esperaba esa pregunta, se puso un poco nerviosa. Lo notó por como desviaba la vista, normalmente, ella siempre le miraba a los ojos.
* Cosas… Ya sabes “una mujer no es una mujer si no tiene un secreto que ocultar”.- Dijo intentando quitar hierro al asunto.
* No sé de quién es esa cita, mi dulce dama. Pero no me importa. Estoy preocupado por ti.
* No es nada… No hace falta que me protejas de todo Hayate. Se cuidarme sola.
* Ya… El que no sabe estar sin cuidar de ti soy yo. Ya sabes “Un caballero no es un caballero si no tiene una dama que proteger.”
* Tú no eres un caballero.
* Por supuesto que sí, soy un caballero oscuro. Pero un caballero a fin de cuentas.
* Pues búscate otra dama.
* Imposible, mi dulce princesa del mal, tú eres la única mujer a quien estoy dispuesto a proteger.

Entonces Violet se sonrojó, odiaba que Hayate fuera tan encantador cuando hablaba con ella. No ayudaba a que pudiera superar su triste amor no correspondido. Pero era imposible decirle que no cuando se ponía así. Cogió aliento y se dispuso a contarle los extraños sucesos que había notado en su cuerpo.









Ashley había vuelto al salón junto con Lillium y esperaba sentado en una de las butacas a que este se dignara a explicarle alguna cosa que aclarara los misterios que estaban rodeando su vida. Lillium se hallaba enfrente de él, y lo observaba silenciosamente. Como si lo analizara, o viera a través de él.

* Te puedo contar algunas cosas Ashley. Pero puede que no sean suficientes respuestas para ti.
* Algo es algo. Empieza a hablar o moriré de viejo.- Respondió impaciente el menor.
* Bueno empecemos con lo básico. Sí, yo soy el que ha estado limpiando esta ciudad de los desperdicios humanos que la contaminaban.

Ashley tragó saliva nervioso. Una cosa era tener la sospecha (o la certeza) de que la persona que tienes delante era capaz de asesinar. Otra muy distinta es que lo aceptara, pero como si fuera la cosa más natural del mundo. Como si matar seres humanos no fuese distinto de sacar la basura. Lillium siempre había hablado con una frialdad que provocaba que se le despertara el instinto de supervivencia. Y ahora solamente estaba empezando a comprender el porqué de ese hecho. Pero hizo de tripas corazón y susurró.

* Eso lo suponía. Sigue hablando.
* Verás Ashley, yo pertenezco a un noble pueblo que ha vivido en este planeta durante mucho tiempo. Nos alimentamos del miedo y el alma de los humanos. Pero como sois muchos hicimos un pacto y solo nos alimentamos de los humanos “malvados”, en teoría.
* ¿En teoría?
* Ya sabes… Siempre puede haber algunos… Accidentes. A de más este pacto se hizo hace solo 250 años. Algunos simplemente no se acostumbran al cambio.

Al decir esto los ojos de Lillium se oscurecieron, como si ya no estuviera allí, como si estuviera contemplando el pasado con tristeza. Pero de repente volvió al presente, miró fijamente a Ashley que seguía observándolo y prosiguió.

* Algunos todavía piensan en recuperar el poder que teníamos antaño. Al fin y al cabo, ¿qué son los humanos a parte de simples monos demasiado orgullosos?
* ¿Crees que tu raza es mejor?
* Por supuesto. Es decir, hasta los malditos brujos tienen más sentido de la responsabilidad.
* ¿Qué otras razas hay?- Dijo Ashley sorprendido, había todo un mundo que desconocía.
* Bueno está lo típico, vampiros, hombres lobo, brujos, demonios (pero no los de la Biblia), sirenas, shinigamis, fantasmas, señores de las sombras… Ya sabes, criaturas oscuras.
* ¿Todo lo sobrenatural vive en la oscuridad?
* Claro, las únicas criaturas “inteligentes” que habitáis en la luz sois vosotros, los malditos humanos. Aunque antes había otra raza que vivía en la luz, pero están extintos.
* Dices que estas especies son mejores… que están más evolucionadas… Entonces ¿por qué gobernamos nosotros?
* Porque aunque a nosotros nos joda los humanos tenéis la habilidad de “crear” nuevo conocimiento. Hacéis avanzar el mundo desde que descubristeis el fuego. Y sois muchos más, aunque con el suficiente poder podríamos conquistaros. Pero claro… aniquilar a nuestro alimento es un suicidio.

A Ashley todo ese bombardeo de información le estaba mareando. Especies en las sombras, pactos extraños, poderes prohibidos… Cada vez tenía más y más preguntas, y ninguna información acerca de sus visiones. Aún no sabía qué demonios era él y lo que debía hacer para poder bloquearlas y que dejaran de atormentarle. Así que cogió aire y preguntó.
* ¿Qué soy yo? Tengo visiones de tus asesinatos y ahora puedo mover objetos con la mente. ¿Qué coño me has hecho?
* Yo no te he hecho nada cariño, y realmente, no sé qué tipo de criatura eres. Hueles a humano, pero desde que te vi intuí en ti mucho poder.
* ¿Entonces me perseguías por eso?- Preguntó Ashley molesto y al instante se arrepintió de haber formulado esa pregunta. ¿Qué era? ¿Una estúpida quinceañera moja-bragas? Pero el mal ya estaba hecho Lillium sonreía triunfante a su lado.
* Al principio, querido Ashley, me picaste la curiosidad por tu poder. Pero a los cinco minutos de hablar contigo ya deseaba tenerte por otras razones. Eres un “humano” muy particular.

Y en contra de su voluntad esas palabras hicieron latir con fuerza y excitación el corazón de Ashley. Pero no iba a admitirlo, no iba a admitir tan fácilmente que ese ser frío y más creído que él mismo le hacía perder la compostura como ningún otro hombre lo había hecho.
* Ashley, yo te ayudaré a buscar información acerca de lo que te pasa. Pero quiero algo a cambio.
* Todo siempre tiene un precio ¿verdad agente?
* Correcto.
* ¿Cuál es?
* Yo te ayudo con tu problema y tú me ayudas con el mío.- Dijo mientras le cogía la mano y la llevaba hasta su entrepierna- ya sabes que es lo que quiero. Tú y yo juntos, si no, no hay trato.
* Eres un asesino ¿recuerdas?
* Y a ti eso no te importó ayer por la noche mientras gemías de placer. Yo he sido sincero querido, te toca a ti.
* Está bien, saldremos. Pero en cuanto esté recuperado me desharé de ti.

Dijo Ashley, pero ni él mismo creía en sus palabras en ese momento. Pero bueno, había dado un gran paso en su investigación y aunque tenía mil preguntas más, en ese momento sólo le importaba la pasión con la que le observaban esos ojos violetas.












Después de permanecer unos minutos en silencio, mientras Gabriel digería toda la información que había recibido Demian lo observaba atento. Al parecer Gabriel no era más que un humano normal y corriente. No notaba ninguna clase de poder en él, y aún así la determinación que se podía ver en el azul de sus ojos denotaba pureza y mucha fuerza de voluntad. Demian pensó que podría pasarse largo tiempo contemplándolo y no se cansaría. Cuando Gabriel levantó la cabeza y lo miró directamente Demian sonrió y dijo con un tono jovial:

* Bueno querido Gabriel, ya te he contado lo que se de Lillium y su relación con las extrañas muertes de Florencia.
* Sí, pero sigo sin poder ayudar a Ashley…
* Creo, que tu amigo no te ha pedido ayuda ¿verdad?
* ¡Claro que no lo ha hecho! Es demasiado orgulloso. Pero yo soy el que debe estar allí para él. Cuando esos susurros en la oscuridad lo acosen yo debo estar con él. Soy su mejor amigo.
* Una… “amistad” muy profunda sí. Está bien ayudaré a tu amigo en lo que pueda, pero antes mi pago.
* Cierto.
* Vas a ser mi espía personal durante 3 meses. Todo lo que tú veas yo lo veré, incluso cuando te duches pero tú tranquilo que eso no me importa.- Siguió diciendo Demain con un tono jovial.
* ¿Y cómo vas a hacer eso?
* Con un conjuro simple.
* ¿No tendré nada de intimidad?
* Nada. Durante tres meses.
* Está bien, hazlo. Pero TIENES que ayudar a Ashley.
* Tenemos un trato.


Entonces Demian se levanto se sacó una pequeña bolsa de tela de los pantalones, la abrió y le esparció lo que contenía (algunos polvos y ingredientes identificables) a Gabriel en la cabeza mientras pronunciaba frases en un idioma desconocido. Usaba palabras extrañas con cierta musicalidad al acabar los ojos de Demian resplandecieron como dos pequeñas llamas, entonces volvió a sonreír.

* El conjuro está hecho, tranquilo no deja ninguna marca.
* Entonces yo ya he cumplido mi parte. Me despido por hoy- Dijo Gabriel mientras se levantaba de su asiento y le tendía la mano a Demian- ha sido un placer.

Demian aceptó el apretón de manos de Gabriel pero en vez de estrecharla y dejarla ir, tiró de ella con fuerza hacia sí mismo. Haciendo que Gabriel perdiera el equilibrio y se acercara un poco más a Demian. Este aprovechando la situación le dio un casto beso en los labios.

* Así formalizamos un contrato los magos.- Volvió a sonreír de manera pícara y se esfumó de golpe.
Vladimir escuchó asombrado la historia de Violet, como ella poco a poco estaba cambiando. No supo porqué pero el extraño cambio que estaba sufriendo le gustó. Violet se estaba convirtiendo en algo extraño, extraño como él. Ahora se parecían un poco más, pensó esperanzado que si las cosas seguían así tal vez no tuviera que renunciar a ella. Luego se dio cuenta de que aunque Violet estuviera cambiando, no tenía instintos asesinos, no soñaba con despedazar lentamente a la gente que le caía mal. Ella estaba cambiando, y se estaba volviendo más buena de lo que era. Entonces se sintió sucio, frustrado y terriblemente… enamorado.

Cuando terminó de contar la historia Violet temblaba, tenía miedo de que la mirase de forma distinta. Él lo notó “pequeña idiota, aunque devorases bebés te seguiría amando” y la abrazó, aún más consciente de la distancia que los separaba. Del porqué seguiría hiendo de flor en flor mientras anhelaba a una única mujer, esa única pizca de luz cálida y hermosa que en ese momento se encontraba entre sus brazos.






Pasaron dos semanas desde que cada miembro de la banda realizó sus actividades nocturnas. Ashley había cumplido con lo que había prometido, salía con Lillium cada vez que este se lo pedía y tenían mucho sexo (cosa que no le disgustaba). También se había vuelto más distante, no les contaba las cosas como antes. Los secretos que ocultaba no se lo permitían. Eso hizo que sus amigos empezaran a sospechar ya que aparte de su cambio de actitud, solía desaparecer bastante y nunca dejaba claro dónde iba. Eso preocupó a Gabriel más que a los otros, pero cada vez que le preguntaba a Ashley este simplemente cambiaba de tema, y si insistía se iba o le decía que no era asunto suyo. Lo que estaba empezando a cabrear bastante al líder de la banda. Que Ashley estuviera tan distante y no poder hacer nada sin la certeza de que un brujo lo estaba mirando podía acabar con su paciencia infinita. Violet y Vladimir habían seguido como siempre, como si nada hubiese cambiado, pero cuando Violet se sentía insegura era al primero al que llamaba.

En ese momento estaban los cuatro, practicando para el concurso al que se iban a presentar. Los malditos “Luka Goers” se habían quedado con la sala de prácticas de la universidad de manera indefinida. Así que practicaban en el garaje de Vladimir siempre que podían. Gabriel y Ashley habían compuesto buena parte de la canción y estaban bastante orgullosos con el resultado, pero aún quedaban muchos detalles por pulir, y el tiempo se les echaba encima. Aunque había algo que les estaba sorprendiendo.

* Yo alucino Violet, siempre has sido buena… Pero últimamente, no sé, estás perfecta con la guitarra.- Dijo Ashley al verla “calentar”.
* Ya sabes, el secreto de todo artista es la práctica.
* Pues debes haber practicado dormida porque vamos…- Insistió Ashley.
* Ya… Es que algunas practicamos, no como otros que desaparecen misteriosamente sin motivos. ¿Cierto Ashley?
* Vete a la mierda marimacho.
* Yo también te quiero.

Bromeaban y practicaban como siempre, la música era una buena manera para desconectar de los problemas de cada uno y cuando estaban reunidos lo aprovechaban y se lo pasaban bien. Cuando terminaron la práctica se despidieron y se fueron (excepto Vladimir porque estaba en su casa).

De camino Ashley, Gabriel y Violet charlaban como siempre, pero había un aura extraña en la situación, ahora que no estaban ocupados con la música, Violet se dio cuenta de que había algo que no encajaba en esa imagen. Algo que no estaba bien. Observó más atentamente y se dio cuenta de dos pequeños detalles que la perturbaron. Ashley y Gabriel estaban el uno a cada lado de ella cuando siempre iban juntos, y casi no se miraban a los ojos cuando hablaban. Algo estaba pasando entre esos dos, y se tenía que solucionar. Así que decidió dejarles solos para que pudieran hablar y tomó otro camino.

Gabriel se dio cuenta de repente de que Violet les acababa de dejar a él y Ashley a solas. Últimamente habían estado algo alejados, por culpa de los secretos que ambos se estaban ocultando. Pero no le gustaba esa sensación, no le gustaba estar tan alejado de Ashley, algo en su pecho dolía cuando no tenían un momento para estar sólo ellos dos en todo el día. Así que se armó de valor y le cogió de la mano, algo que hacía varios días que no hacía, y le dijo.

* Ashley, ven a mi casa… Quiero contarte algo.- Ashley lo miró extrañado, Gabriel estaba muy serio, pero notar su cálida mano le reconfortó. Había estado algo alejado de él esos últimos días. Pero le necesitaba.
* Ok, yo también quiero decirte algo.- Gabriel le miró y una de sus radiantes sonrisas asomó de sus labios.
* Sabes que siempre puedes contar conmigo cuando las cosas se van de madre ¿verdad?
* Lo sé.- Respondió Ashley devolviéndole la sonrisa.

Ambos apresuraron el paso para llegar al piso de Ashley, el trayecto duró unos diez minutos en los que ambos permanecieron en silencio. Pero un silencio cómodo mientras disfrutaban de la sensación de sus manos unidas, como siempre, como si los acontecimientos que estaban por ocurrir no fueran difíciles de superar mientras ellos dos estuvieran unidos.

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