Los rayos de luz entrando por la ventana provocaron que Kokoa abriera su ojos. Se levantó de su cama y lo primero que hizo fue
dirigirse al aseo y postrarse ante aquel espejo. Observó su cuerpo mientras sus
ojos se caían de la tristeza, ella misma se estiraba de sus mofletes a consecuencia de su decepción al ver que no había adelgazado, al menos físicamente perceptible.
"Lo lograré poco a poco" - Pensó consolándose a sí
misma. Se vistió y bajó a desayunar con más seriedad de la normal.
-¡Kokoa! ¿Qué vas a desayunar hoy?- Su madre le preguntó
mientras abría la nevera.
-No te preocupes, no voy a tomar nada, solo un poco de leche
de soja- Aquella sonrisa que tenía por las mañanas se había desvanecido ante el
hecho de que Ryu no la amara por su cuerpo.
Después de unos pocos tragos de aquella leche Kokoa cogió todo lo
necesario para la escuela y se marchó corriendo para perder peso.
Bajo los arboles de cerezo, Nozomi caminaba junto a Kiyoshi.
-Kiyoshi ¿Como esta Ryosuke? No puedo soportar verlo así, a
él no, le amo demasiado- Otra sonrisa que desapareció fue la de Nozomi, su
preocupación por Ryosuke hacía que sus días perdieran toda belleza.
-Creo que esta mejor, la verdad es que no sé lo que le pasa
ni físicamente ni interiormente, no cuenta nada- Kiyoshi también mostraba
cierta preocupación por su amigo aunque pareciera lo contrario.
Nozomi se detuvo y tapó sus ojos, aquellas lagrimas de dolor
comenzaron a fluir.
-¡Nozomi! ¿Pero qué?- Este se
detuvo asombrado
-¿No te das cuenta de que Ryo es mi motivo para luchar en
esta vida? Le llevo amando desde hace tanto tiempo, no puedo verle así de
destruido. Pensarás que soy una tonta o una ilusa por amar a un chico con el
que ni si quiera hablo, pero le he estado observando día a día, sus
expresiones, su sonrisa, su comportamiento, lo que le gusta, lo que no, su
corazón puro y lleno de amor lo he abierto, lo he descubierto por mi misma y
todo ese conjunto ha hecho que sienta por él lo que ninguna persona me ha hecho
sentir- Nozomi secó sus lagrimas.
-Vaya...- Su amigo estaba sin palabras ¿No conocía ese lado
de Nozomi? ¿O estaba celoso de escuchar aquellas palabras?
Una conversación parecida estaba ocurriendo por el camino de
Ryu y Ryota.
-Ryu, sé que soy el único que lo sabe y no debes de tener
miedo, nadie más lo sabrá, pero me gustaría preguntarte varias cosas ¿Puedo?-
Estaba incomodo de hablar de este tema, el que su amigo Ryu fuera gay o al
menos estuviera enamorado de un chico no le hacía sentirse cómodo.
-Sí, puedes - Ryu ya perdió cualquier vergüenza, le era
fácil hablar sin tapujos de el tema y más ahora cuando su mente la ocupaba
Ryosuke al cien por cien.
-¿Como supiste que te gustaba Ryosuke?- Ryota lo miraba de
reojo.
-No lo sé bien, teníamos una amistad normal, no le veía como
nada más y nunca me hubiera imaginado que pudieran florecer sentimientos en mi
corazón sobre él, solo sé que cuando mi mente perdió la fuerza para negarlo día
tras día, me di cuenta de lo mucho que lo amaba- Hablar de aquel tema le dolía como si un montón de agujeras se le clavaran en la piel.
-¿Seguro que no estás confundido? Es fácil confundir la
amistad con el amor- Buscaba cualquier hecho que negara aquel rasgo de
homosexualidad en Ryu.
-¿Confundido? No, eso pensé, pero no. Pienso que el
verdadero amor nace de una verdadera amistad primero. Hubiera pensado que
estaba confundido si él fuera el primero, pero después de haber estado con mas
personas en esta vida y descubrir que él te hace sentir cosas que nadie te ha
hecho sentir hace que confirmes aquel hecho que niegas- El era un chico fuerte,
pero al hablar de este tema sus ojos se tornaban llorosos.
En la escuela el día a día seguía siendo el mismo, Kyo entró
y se sentó como siempre. Hikari hablaba con Mei con toda la normalidad del
mundo, como si aquella noche, ese beso, la huida furtiva, nada hubiera ocurrido.
-¿Parece que ahora te llevas bien con Kyo no?- Mei sabía
perfectamente lo que buscaba.
-Si ¿Te molesta?- Agachó su cabeza.
-¿Molestarme? ¡Para nada! Me alegra mucho, es un buen chico,
pero ten cuidado- Otra vez la hermosa sonrisa de Mei aliviaba las penas de
Hikari.
-¡Sí! Tenías razón en lo
que dijiste, es mucho más agradable de lo que pensaba ¿Por qué debo llevar
cuidado?- Se asustó un poco de esas palabras.
-Si te lo dijera no sería
divertido, no te preocupes, no pasará nada- Le guiñó un ojo y se dirigió a su
sitio. Hikari también se fue. Mei logró lo que quería, confundir a Hikari.
Mei marchó hacia Ryosuke.
-¿Te importa si hoy
quedamos? Me gustaría que vinieras a mi casa y habláramos- Mei tocaba con
delicadeza el pelo de Ryosuke.
-No creo...- Fue
interrumpido.
-A la salida te recojo,
también comes en mi casa, te gustará el menú- Se echó su pelo atrás y se marchó
con aquella sonrisa lasciva.
Kyo y Hikari también
conversaban.
-Hikari...- Kyo estaba
serio y no la miraba.
-Dime- Su sonrisa hizo que
Kyo se pusiera más nervioso.
-Ya sé que es pronto...
pero me gustaría... no se... no creo- Se estaba poniendo rojo
-¿Qué? ¡Suéltalo!- Iba a
morir de la intriga.
-¿Están tus padres en tu
casa hoy?- Después de soltar aquella frase Kyo se dio cuenta de lo que había
dicho.
-¡DEPRAVADO!- Gritó
mientras intentaba golpearlo.
-¡No! ¡No! Me explico, solo
quiero que vengas esta tarde a mi casa y
así te cuento mis problemas y eso- Estaba rojo como un tomate, ni si quiera era
capaz de mirarla.
-¿Enserio? ¡PUES CLARO QUE
VOY!- Hikari se lanzó al cuello de Kyo y lo abrazó. Este se puso nervioso,
notaba como sus piernas y manos temblaban, lentamente las colocó en la espalda
de Hikari, esta apretó con más fuerza, Kyo hizo lo mismo pero sin querer pulsó
aquel botón del sujetador. Antes de que pudiera percatarse de lo que había
hecho ya tenía la cara doblada de la torta que recibió por parte de Hikari.
Después de un largo día, cuando el sol ya estaba en lo mas alto, la escuela terminó y Ryu se encontró con Ryosuke en la salida.
-Hola Ryosuke- Le miraba
con cierta pena
-Hola...- Ryo ni levantaba
su cabeza
Ryu apretó sus puños y
lentamente se acercó a Ryosuke y lo abrazó. Este respondió apretando con fuerza
-Gracias, gracias- La voz rota de Ryo sonaba como si en cualquier momento fuera a llorar.
-¿Sabes que me tienes a tu
lado para lo que sea no?- Agarró el rostro de Ryo con sus manos.
-Lo sé, te debo mucho-
Aquel momento fue interrumpido por Mei que apareció.
-Lo siento Ryu, pero hoy es
mío, vamos Ryosuke, sube- Dijo mientras se dirigía al coche.
Ryo la siguió, se giró y
sonrió a Ryu. Este se quedó allí hasta que el coche se marchó.
Cuando una persona tiene un sueño no debe de abandonarlo, así pensaba Sakura que se encontraba caminado por las
calles de Tokio. Levantó su mano y miró la tarjeta de aquel
profesor de Ballet, en la que se encontraba una dirección. Cuando llegó a su
destino miró el edificio nerviosa y apretó su mano contra su pecho, entró
decisiva.
Allí había una
recepcionista, se dirigió a hablar con ella.
-Disculpe, para hablar con
el señor Takamura- La recepcionista no le prestó mucha atención ya que estaba
hablando por teléfono.
-Sí, suba a la segunda
planta y busque su despacho- Así hizo, y una vez frente a aquella puerta entró,
de los nervios se le olvidó hasta tocar. Se encontró con aquel hombre sentado.
-¡Oh! ¡Qué alegría verte
aquí! Siéntate- Le dijo aquel señor con una sonrisa.
-Estoy interesada en las
clases- Comenzaron una conversación que no llevó mucho tiempo, Sakura se
levantó del asiento y se marchó. Al cabo de un rato entró otro hombre al
despacho.
-¿Esa es la chica
Takamura?- Movió la cabeza afirmando mientras sonreía con cierta malicia.
En casa de Mei, Ryosuke y ella terminaron de comer, después de eso se sentaron en el sofá del salón.
-Gracias Mei por haberme
dado de comer- Su voz tan apagada mostraba que era imposible subir sus ánimos.
-No me lo digas así Ryo,
parece que este alimentando a un mendigo desconocido- Esta se rió.
-Como si lo fuera...- Este
sonrió levemente.
-Nos conocemos desde
pequeños, los tres- Mei sabía perfectamente cómo sacar los temas, como perforar
el corazón para provocar el suceso que quería.
-Mei ¿Lo sabes todo?- Ryo sabía que ella era demasiado inteligente.
-Tus sentimientos sí, los
de Kyo también- Su sonrisa chulesca puso nervioso a Ryosuke.
-El... conmigo...- No le
salían aquellas palabras.
-¿No me digas? Cuando
pensaba que Kyo no podía sorprenderme más...- Miró hacia un lado, sus ojos
brillaban, su mirada lasciva mostraba que maquinaba algo.
-Creo que debería hablar
con él, arreglar esto, no puedo vivir sin él- Debido a que Ryo no la miraba
esta aprovechó para sonreír.
-¿Arreglarlo? ¿Estás loco?
¿Cómo vas a perdonarle esto? El que te usara de esta manera- Como un juego de
cartas Mei tenía la mejor baza y no solo eso, ella era capaz de ver las cartas
del resto. Ryo levantó su mirada, comenzó a temblar.
-¿Cuánto tiempo más le vas
a permitir que te trate así? ¡Si no le demuestras que sientes! ¡Si no le
demuestra que puedes pararle los pies! El seguirá y tú te destruirás- Mei
respiraba fuertemente.
-¿Destruirme más todavía?
No es posible...- Una lagrima fue el aviso de las muchas que vendrían después.
-Eres más fuerte de lo que
crees Ryo- Este levantó rápidamente su cabeza con asombro, solo Kyo le llamaba
Ryo y Mei sabía eso perfectamente.
Mei se acercó a él y colocó
su mano en el hombro de Ryo.
-No te preocupes Ryo, no
estás solo en esto- Mei sonrió, miraba fijamente a los ojos de Ryo, poco a poco
se fue acercando a él, con su mano levantó la barbilla de su amigo, le miró con
deseo y juntó sus labios con lo de él. Los besaba con furia haciendo que Ryo
cediera, buscaba su lengua y lo consiguió, Ryo también jugó, mordía los labios
de Mei con pasión, esta colocó su mano en el muslo de Ryo. Separaron sus labios
un segundo.
-Mei...- Esta le calló con
otro beso.
Comments (1)
Mei me empieza a caer mal LOL