(Nana)
Se oían
pasos mudos y tecleos constantes en todas partes. Los sonidos rebotaban en las
paredes grises del edificio y se multiplicaban. Nadie parecía tener un momento
que perder allí, todos trabajaban eficientemente sin apartar la vista de los
monitores. Nana evitó acercarse allí y buscó por sí misma el despacho nº2.
-A ver… Era
edificio norte, segundo piso. Enfrente de las residencias.-Murmuró frente a un
pequeño plano de la zona.
Acababa de
alojarse y no conocía el lugar, pero aun así consiguió presentarse ante su jefe
en poco tiempo. Era un hombre canoso, con unos ojos muy pequeños y la cara muy
enjuta. Sus manos callosas se movían frenéticas.
-Ah, sí,
sí, Nana-shii. No me andaré con rodeos: es usted muy joven y dudo que pueda ser
competente en este trabajo, pero necesitamos su colaboración.-Hablaba con una
voz estridente y sin dar aparente importancia a lo que decía.- Sabe que debe
olvidar su vida pasada, y eliminar cualquier lazo con el exterior. ¿Verdad? Si
no es así, se lo adelanto desde ya. No estamos para bromas. Y ahora, haga todo
lo que le pidan.
Nana no
cabía en sí de indignación. La furia ardía en su interior, pero,
afortunadamente, podía controlar los deseos de darse la vuelta y salir dando un
portazo. “Porque ya he firmado el contrato, que si no…”
-Zitao,
pasa.
Un chico,
alto, atlético, con pelo y ojos negros entró por la puerta con un sobre entre
sus dedos, y vistiendo un traje que le quedaba impecable. Parecía muy joven. Su
peinado era extravagante, y tenía varios pendientes en las orejas. Nana se
preguntó cómo había conseguido trabajar allí.
-Aquí está
todo, señor. No puedo asegurar nada, pero puede que vayamos por buen camino.-Se
detuvo en el centro de la estancia, y el jefe salió de la habitación musitando
un “bien hecho, te dejo el resto a ti”. El que acababa de entrar se volvió
hacia Nana, clavado sus oscuros ojos en los de ella, escrutando, calculador.-
Espero que pueda ayudarnos en la investigación en todo lo posible.-Hizo una pequeña
pausa, y continuó.- He oído que no vivía sola. ¿Le puedo hacer unas preguntas
sobre el tema?-Nana asintió, y tomaron asiento.- ¿Desde hace cuánto vive en
Seúl? ¿Siempre ha vivido con su compañera?
-Hace seis
años que vine aquí. Ella vino dos más tarde.
-¿A qué se
dedica?... Su compañera, me refiero.
-Terminó la
carrera de farmacia este verano, y estaba tomándose unos meses de descanso
antes de buscar trabajo.
-¿Edad?
-24.
-No, su
compañera.
-Ahhh…
-Nana no entendía a qué venían todas aquellas preguntas.- Va a cumplir 22.
-Por
casualidad… ¿Es esta persona de la que estamos hablando?- Abrió el sobre, y
sacó una foto.
“¡Oh, Dios
mío!” Efectivamente, era una foto de Selene. Se podía apreciar perfectamente
sus rasgos, observando con la mirada perdida a través de las ventanas de un
autobús.
-¿Pero
cómo…? ¿Por qué tienen una foto de ella?-Exclamó alterada Nana cogiendo a toda
prisa la fotografía con manos temblorosas.
-Entonces
es ella…-Zitao cerró los ojos y sonrió brevemente. Cuando los abrió preguntó
con sorna: Y dígame, ¿de qué color tiene los ojos esta chica?
Nana bufó
con incredulidad.
-¿De
verdad? Que es lo siguiente: “¿Cuál es su número de móvil?”. Si eso era lo que
querías saber desde un principio…-Comenzó a reírse de la situación, bajo la
atenta mirada del chico.- Selene tiene los ojos azules. Bueno… No del todo. Los
tiene medio azules grisáceos. –Nana frunció el ceño. “La verdad es que nunca lo
había pensado…”- Realmente… Realmente no los tiene de ningún color en
específico. Cambian según la luz.
-Así que,
de ningún color. ¿No?-Repitió él saboreando las palabras.
-Creo que
eso ya lo supone usted misma. ¿Me equivoco?
-Selene es
humana. ¡Oh por favor! ¡Esto es absurdo! ¡La he visto crecer conmigo! ¡Hemos
estado juntas desde hace años!
Él no dijo
nada. Se limitaba a mirar pasivamente la incredulidad y rabia de Nana. Estaba
tranquilo, como si lo supiera todo de antemano y solo estuviera esperando a que
los demás se dieran cuenta de lo que era obvio.
-¿Puede
decirme con total seguridad que jamás ha notado algo extraño en la manera de
comportarse de Selene?
Nana tomó
aire para contestar, pero se quedó parada. ¿De verdad no había nada raro? Esa
misma mañana había olido café, cuando no había nadie despierto aún. Muchas
veces veía, oía, olía cosas que… “Que yo no. Pero siempre pensé que...” Nana
dejó de darle vueltas y se echó las manos a la cabeza. Nunca lo había pensado
así, siempre lo había achacado a otras cosas, aunque ahora que lo meditaba mejor…
Realmente sí que era raro.
-Supongo
que no puedo hacer eso. Pero… Pero eso no significa que…
-Siempre
que haya una posibilidad, tenemos que asegurarnos. Necesitamos encontrarla.
¿Estará en su apartamento?
Zitao se
puso de pie con agilidad y levantó a Nana, que no tenía apenas fuerzas tras
todo aquello. Ahora no solo consistía en cambiar de vida por unos meses, ahora…
“Ahora tengo que encargarme de sentenciar a mi propia hermana.” Lágrimas
saladas cayeron por sus mejillas y se colaron entre sus labios. “¿Por qué?”
-No hay
porqués señorita. Solo… Tenemos que encontrarla.-Nana dio un respingo; no había
pronunciado la pregunta en voz alta. Zitao la miró penetrantemente, como si
quisiera tomar su voluntad. El silencio de la habitación se hizo más pesado.
Murmuró: Necesito encontrarla.
Por primera
vez Nana se fijó en lo tremendamente oscuros que eran sus ojos. Parecía que no
tenía pupila, o bien que tenía una pupila muy grande. “Necesito encontrarla”.
Aquello no podía ser cierto. No podía serlo. “Pero esos ojos… Y sabía lo que
pensaba… Y Selene… Y… Me estoy volviendo loca”.
-No pienso
hacerla daño, solo necesito verla. Me ayudarás, ¿verdad?
Comments (2)
Myungsoo primero...ahora me metes a mi querídisimo Tao de por medio y ya me muero... xD ¡Esto se pone interesante!
akdsjhjhds Esto esta cada vez mas interesante ^^ Me esta encantando cada vez mas, a ver que pasa con Selene.