-Ji Sunnie..- Susurraba una voz dulce cerca del oído del chico. -Ji Sunnie..- El chico parecía no inmutarse, se le notaba en la cara que estaba profundamente dormido, la niña se acostó al lado del chico y empezó a tocarle la cara con un dedo pero el chico seguía sin moverse, de golpe con una sonrisa en los labios, el chico abrió los ojos y cogió a la niña de los costados, echándosela encima y empezando a hacerle cosquillas, ésta reía sin poder parar, pataleaba intentado que parara de hacerle cosquillas, tras unos minutos, el chico la echó a su lado y la miró con una sonrisa. -Jinnie, un día vas a morir de risa ¿Lo sabes verdad?- La niña asintió con las mejillas infladas y una pequeña sonrisa en los labios, se levantó de la cama y cogió a su hermano de la mano para tirar de él hacia la cocina.
-Mamá y yo te hemos preparado el desayuno Jixun-
-¿Cuántas veces te tengo que decir que no me llames Jixun enana?- La niña giró la cabeza y le sacó la lengua al chico, éste negó con la cabeza y se dejó llevar por la pequeña. Media un metro y pocos centimetros, apenas le llegaba a la cintura. Ambos entraron a la cocina, la niña se sentó en la silla más alta, y él justo a su lado.
-Buenos días mamá- la madre aún terminando las tortitas que estaba preparando en la sartén se giró y miró a su hijo con una pequeña sonrisa en los labios.
-Buenos días hijo ¿Cómo has dormido?- La mujer, a la que ya se le notaban crecer las canas, y las arrugas empezaban a distinguirse en la cara se acercó a la mesa con las tortitas y el zumo hecho en una bandeja, lo dejó en el centro de la mesa y se sentó frente a sus hijos con una sonrisa, él la miró devolviéndole la sonrisa.
-Bien, gracias ¿Y vosotras?- Pasó una mano por el pelo de Jinnie la cual sonreía con la boca aún llena de tortitas.
-Muy bien- Dijeron las dos a la vez. -Hoy dormí con mamá por que tenía miedo- Él miró a su madre la cual observó a la niña entre suspiros. 
-¿Aún no se le pasa?- La niña, a pesar de que sabía que hablaban de ella, simplemente comía y bebía sin opinar nada, le encantaba comer como a nadie en el mundo. Aunque aquello terminaba por notársele en la tripa.
-No.. aún no- La madre suspiró agachando la cabeza hacia el plato.
-Jinnie, que te parece si ésta noche duermes conmigo?- La niña giró la cabeza y miró a su hermano con los ojos brillantes, se incorporo en la silla y lo abrazó con fuerza por el cuello. Éste correspondió el abrazo y terminó con el desayuno. Cuando se disponía a dejar la mesa su madre lo cogió del brazo y le dijo que esperase.
-Hoy tengo entrevista de trabajo.. ¿Podrías llevar a Jinnie al colegio?-
-Claro mamá, antes de clase la llevaré- La madre mandó a la pequeña a prepararse para su primer día en aquél colegio. El chico fue al baño, se peinó y arreglo. Volvió a la cocina y vió a la pequeña emocionada en la puerta con la mochila y arreglada para ir a clase. Cogió su propia mochila y agarró a la pequeña de la mano para salir de casa. Durante el camino hasta el colegio jugaron a varios juegos de palabras, curiosamente siempre ganaba la pequeña. Una vez llegaron al colegio, la niña se giró y le dió un pequeño beso en la mejilla a su hermano.
-Luego vendré a por ti ¿Vale preciosa?- La pequeña asintió y salió corriendo hacia el interior del colegio. 
Ji Sun fué hacia el instituto, a pesar de tener ya la mayoria de edad, todavía estaba en el ultimo curso, ya que por cuestiones de mudanzas y demás había tenido que repetir. Entró a la clase que tenía apuntada, cuando llegó la puerta estaba abierta, y todo el mundo estaba por ahí dando vueltas, no habían demasiados sitios libres, al fondo, justo al lado de la ventana había uno libre, se acercó dejando la mochila sobre la mesa y se sentó en su pupitre mirando por la ventana. No conocía a nadie, y conocer gente, hacer amigos, para volver a mudarse en poco tiempo no le hacía precisamente ilusión. Todo el mundo lo miraba y cuchicheaba por lo bajo sobre él. Ji Sun simplemente los ignoraba pues ya estaba acostumbrado a aquella situación. 
El profesor entró en clase y todos se sentaron cada uno en su lugar y en completo silencio, era un hombre mayor, que imponía bastante respeto. Se colocó frente a la pizarra y los miró a todos en busca de uno solo.
-Ji Sun, venga aquí- Ji Sun se levantó y caminó hasta al lado del profesor, al cual le sacaba casi una cabeza. Éste le hizo una seña para que se presentase.
-Hola, soy Ji Sun, tengo 18 años y vengo de Seúl, espero conocer gente y..- Antes de terminar la frase vió algo que lo dejó bastante sorprendido, esa chica, aquella chica que estaba en el asiento de delante del suyo le sonaba mucho su cara, debía conocerla, vólvió a la realidad y siguió. - ..y bueno, nada más- Hizo una pequeña reverencia y volvió a su asiento, todos aplaudieron. El profesor los mandó a abrir el libro y empezar a tomar apuntes, Ji Sun así lo hizo, pero de todas forma por su cabeza seguía pasando la chica que tenía delante. ¿De qué podía conocerla? Decidió escribirle una notita en la que se podía leer "¿Nos conocemos de antes?" Se la lanzó mientras el profesor estaba de cara a la pizarra, siguió copiando mientras la chica contestaba, ésta pasó la mano hacia atrás y él le cogió la nota. En la respuesta ponía "Con que Dante ¿no?" No pudo evitar reprimir una sonrisa, pero a pesar de aquello él seguía sin saber quien era ella. "Vaya.. veo que nos conocemos ¿Quién eres?" Volvió a lanzarle la notita, cuando la leyó, la chica no pudo reprimir una pequeña risa, el profesor se dió la vuelta y la miró.
-¿Lo ve gracioso señorita Haneul?- Ella agachó la cabeza y negó.
-No.. perdone..- Volvió a reir, ésta vez con una mano en la boca y más silenciosamente. Cogió la nota y contestó "No lo sé.. tú que crees? ¿No te acuerdas de mi?" Al leer aquello Ji Sun sonrió de medio lado, ya lo recordaba. "Oh.. eres tú señorita misteriosa.. Con que Haneul ¿no?" Le devolvió la nota en la que ponía "Sabes mi nombre, pero no quien soy. Te espero al terminar las clases en la azotea." Ahí terminó su conversación, Ji Sun decidió dejarlo estar, pensaba ir, por supuesto, pero la dejaría con la duda hasta el momento. En el resto de clases de la mañana se dedicaron varias miradas y sonrisas. Él no podía evitar dejar de mirarla, era ta diferente a la noche en la que la había visto. El pelo ondulado y rojo se había convertido en un recogido hecho rápido, sus ropas elegantes y ajustadas, se habían convertido en ropa más bien grande y las tonelada de maquillaje habían desaparecido. Además llevaba unas gafas grandes de pasta. Cuando tocó el último timbre, ambos salieron rápido de clase, ella salió antes, él simplemente se limitó a seguirla, pues no conocía el lugar y no sabía como llegar a la azotea. Cuando ella entró subió las escaleras, él entró detrás cerrando la puerta. Ambos subieron hasta arriba. Cuando él llegó ella estaba en el tejado de una especie de caseta, sentada en el borde mirándole. Él, por otro lado se sentó frente a ella pero en el suelo de abajo. 
-Vaya vaya.. Dante ¿eh?- Ella rió mirándole, y él sonrió burlón sin apartar la vista de ella.
-Con que Haneul ¿mh? Bonito nombre..- Ella chasqueó la lengua, parecía que le molestaba que le dijeran piropos. Ella se echó boca arriba en el tejado mirando hacia el cielo, él seguía mirándola.
-Cuéntame cosas sobre ti "Dante" ¿O debo llamarte Ji Sun?- Ella rió algo sarcástica sin girarse a mirarlo.
-¿Qué quieres saber?-
-¿Por qué fuiste a un sitio así cuando eres nuevo en la ciudad?- Él simplemente rió.
-Me gusta la velocidad. Y me gusta ganarle a novatos como esos.- Ella se puso en pie, su mirada lo dijo todo, lo acababa de fusilar con ésta, algo que le sorprendió ¿Por qué lo miraba así? Realmente tenía razón, eran unos novatos, les había ganado a todos a la primera.
-No vuelvas a decir eso. No son novatos. Tú eres el que viniste con el oxido. Ellos no llevan-
Se quedo bloqueado, no sabía que decir ante aquello, simplemente se echó y cerró los ojos.
-Novatos..- Murmuró bajito para que no le escuchara. Ella bajó rápidamente y se colocó de pie justo tras su cabeza.
-Vuelves a decirlo y te chafo la cabeza.- Al abrir los ojos, la falda de la chica se abría ante él, su mirada fue directa a lo que se hallaba debajo de aquella falda.
-¿Te gusta provocar a los demás?- Se sorprendió al escucharlo ¿Cómo podía ser tan grosero con una chica? A Haneul no le faltaban ganas de pegarle, pero sus modales se lo impedían, si hubiera sido en otro momento le hubiera dado lo que merecía. Igualmente, sus mejillas tomaron un color algo más rosado. Se apartó un poco de él sin dejar de mirarle.
-Eres tú el pervertido que sólo sabe aprovechar para mirar- Aquella chica parecía completamente diferente a la chica que había conocido la noche pasada. De ser una chica dura y sexy, a ser una chica dulce y tímida. Aquello le gustaba Ji Sun, que no podía dejar de sonreír.
-Ésta noche vendrás de nuevo al puente?- Le preguntó ella con el ceño algo fruncido.
-Si la señorita misteriosa me da permiso, iré, si no, no-
-Te doy mi permiso.. de hecho, te reto a una carrera, pero sin usar el óxido- Él la miró con una sonrisa ladina en los labios ¿Quería quedar en ridículo delante de sus amigas? Por el encantado. No había nada que le gustase más que ganar. Se levantó del suelo y le ofreció la mano, ésta la estrechó.
-Trato hecho, ésta noche sabrás lo que significa la palabra "Perder"- Ella sonrió y tiró de su mano para acercarlo a ella y susurró cerca de su oído con una pequeña sonrisa sarcástica.
-Mh.. ésta noche vas a descubrir el sabor de la derrota- Se alejó de él, dándole antes un pequeño empujón. Cogió su mochila y bajó las escaleras de dos en dos corriendo. Se quedó boquiabierto, no esperaba lo que acababa de suceder. ¿Realmente pensaba que le iba a ganar? ¿A él? Nunca había perdido ni una sola carrera, contra nadie. Pero estaba dispuesto a competir contra ella si así lo quería. A pesar de todo, no podía dejar de sonreír. Pasó el día deseando en que llegara la noche.

Comments (1)

On 22 may 2013, 22:52:00 , GodWolf dijo...

Haneul esta cogida? Lo digo porque me la pido como esposa ahora mismo, es demasiado perfecta lsjdlkjaklsdjkal

Me encanta como escribes.