~~Kokoa's Day~~ Narración por Kokoa
-¡Mamaaaa! Quiero más comida- Lloriqueaba, tengo hambre, mas
comida. Mi mama se acercó cabreada a mí.
-¡No te pienso dar más! ¡Estás muy gorda! Debes ponerte a
dieta- Nooooooo, mama era el dragón que tiene raptados a mis preciosos bollos
diarios en la gran torre. Yo quiero comer, además no estoy tan gorda, solo un
poco, pero mi hombre Ryu me ama.
-¡Kokoa! ¡Ya estas besando a la nada!- Dejé de hacer aquella
estupidez.
-¡Esta tarde te presentaré a mi novio! ¡Veras que no
necesito adelgazar!- Jum! Cuando vea lo guapo que es Ryu mi madre se morirá de
envidia porque ella nunca habrá podido cazar un hombre como ese. Me levanté de
la mesa y me puse mis calcetas, salí corriendo, llegaba tarde otra vez y no
quiero que el profesor me regañe, no me gusta, me pone nerviosa.
Una vez ya en la escuela, el profesor me gritaba.
-¡Otra vez tarde! ¡A la próxima ya no te dejo entrar!- Cogió
aquella regla que tanto me aterrorizaba, yo solo podía hacer reverencias
mientras me disculpaba y me sentaba en mi sitio. Esta vez me costó más de lo
normal que mi trasero entrara en la silla, creo que comí demasiado bollos ayer,
pero están tan ricos, tan dulces y esponjosos, con su cremita por dentro.
Cuando me di cuenta mi saliva estaba en el pupitre. La clase terminó, fui de
las ultimas en salir, tuve dificultades para levantarme. Takara y sus horribles
amigas se dirigían hacia mí, comencé a temblar.
-Mira, debe ser difícil para una ballena caminar fuera del
mar ¿No creéis chicas?- Takara comenzó a reírse como una loca. Sus amigas
lameculos la seguían.
-Sí, debe serlo, ten cuidado no se enfade y te eche un
chorro de agua por esos orificios tan grandes de su nariz- Hacía oídos sordos
de las palabras de Yuri.
-Una nariz de cerdo, imaginaos a Gordkoa revolcándose en el
barro, la verdad es que le pega- Todas se reían muchísimo, yo agachaba la
cabeza, intentaba contener mis lagrimas.
-¿Pero existe algún charco de barro tan grande como para que
Gordkoa pueda revolcarse en él?- Aquellas palabras de Takara hicieron que saliera
corriendo, me tropecé, caí al suelo, escuché más risas detrás mía. Me levanté
llorando y corrí.
Nos tocaba clase de gimnasia, después de lo que había
sucedido no quería hacer, pensé en fugarme, así que llegué la primera al
gimnasio, entré en los vestuarios y me escondí en uno de los aseos. Me quedé
allí llorando en silencio, las chicas entraron, se cambiaron y salieron, al
cabo de un rato escuché una voz, me resultaba familiar, parecía la de Hikari.
-¡Llego tarde!- Noté que Hikari iba con prisas, oí como
abría su taquilla, pero junto a ese sonido se escuchó un fuerte grito que
provenía de su garganta.
-¡Una araña!- Estaba aterrorizada, seguía gritando. -¡Muy
grande!- No quería salir del aseo a ayudarla porque se me notaría en los ojos
que he llorado.
-¿Quién eres?- Escuché decir a Hikari, de repente algo se
estampó contra una taquilla, Hikari comenzó a gritar, se oían forcejeos, salí
corriendo del aseo, me encontré con Hikari en el suelo mientras una chica intentaba
pegarle, pude notarlo por su pecho, ya que su rostro estaba tapado con una
media.
-¡Déjala en paz!- Grité, levantó su cabeza y se marchó
corriendo. Corrí hacia Hikari y la ayudé a levantarse.
-Muchas gracias- Su expresión era triste. Miró hacia el
interior de su taquilla, estaba escrito con pintura roja "Lárgate de este
instituto" Aquello me pareció tan cutre y de niño pequeño, cuando me di
cuenta Hikari estaba llorando, parece que a ella le había afectado bastante.
-No llores- No sabía cómo consolarla cuando hace unos
momentos yo estaba en el aseo llorando por algo parecido.
-Da igual, debo acostumbrarme a esto- Parecía que no era la
primera vez. Hikari cogió sus cosas y se marchó.
Seguí mi día normal de escuela, a la salida esperé para
encontrarme con Ryu, lo vi venir desde lejos, tan alto, tan fuerte, tan
masculino y sexy, me volví loca, por un momento dejé de pensar en comida.
-¡Hola mi amado Ryu! - Me lancé a él abrazándolo.
-¿Qué haces?- Me
apartó
-¡Soy tu novia Kokoa! Lo sé todo sobre ti, llevo
observándote desde hace años- Estaba tan emocionada, era la primera vez que
hablaba con él.
-No te conozco ¿De mi clase?- Aquellas palabras me dolieron
mucho.
-Le he dicho a mi madre que somos pareja ¿Te gustaría salir
conmigo y venir esta tarde a mi casa?- Su expresión era extraña, me miraba como
si yo estuviera loca.
-Lo siento... pero no- Mi corazón, noté como se partía en
dos.
-¿Qué? ¿No te gustan las chicas? ¿Por qué me rechazas?- No
encontraba otra explicación de por qué rechazar al amor de su vida.
-¿Cómo? ¡No es eso! ¡No me gustan las chicas como tú!-
Terminó la conversación con aquello y se marchó. Me quede mirando fijamente
como se alejaba, comencé a llorar. Llegué a mi casa, subí corriendo a mi
cuarto.
-¡Kokoa la cena!- Ignoré aquella palabras, me desvestí
rápidamente quedándome en ropa interior, me miré en el espejo.
-A partir de hoy, estarás a dieta, harás ejercicio y Ryu te
amará- Los insultos de Takara, las criticas de mi madre y el rechazo de Ryu
provocaron un cambio importante en mi, en mi forma de pensar.
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