Era de noche, la madrugada ya se había adentrado en la ciudad. Las luces brillaban a más no poder, no había ni un solo rincón de la ciudad donde hubiera un sólo ápice de oscuridad, hasta el más estrecho de los callejones tenía una farola o una ventana que lo iluminara. Era una ciudad bastante grande, habían zonas abarrotadas de altos y bastos edificios, en cambio, habían zonas industriales, donde habían miles de naves. En funcionamiento o no, pero ahí estaban. Luego estaba el puente de Yongseo, era un puente bastante largo y ancho, tenía una iluminación fascinante, era espectacular ir allí por la noche, pero nadi solía hacerlo, ya que allí por la noche solían rugir los motores de coches de gama más bien alta, los colores
eran bastante llamativos. Éste tipo de coches no se solían ver por el día, nadie conocía a la
gente que los llevaba, era un secreto de aquella "banda" a la que la gente solía llamar "Non stop" por que ninguna noche faltaban aquellos coches rugiendo de un lado al otro
del puente.
Al principio del puente habían cuatro coches paralelos; el primero de éstos era de color plateado brillante y a cada lado del coche llevaba una especie de cenefas azules, en los bajos del coche llevaba luces de neon que se iluminaban conforme el conductor apretaba el acelerador. El segundo, un descapotable, pintado entero de negro brillante, no llevaba ningún tipo de adorno que se pudiera ver a simple vista, aunque cabía destacar que todo el interior estaba forrado de cuero rojo. El tercero, era notablemente más pequeño que el resto de coches que habían en el lugar, era color verde claro, el capó delantero era de fibra de carbono, lo que le hacía ser de color negro brillante, algo que probablemente aumentaría la velocidad del coche. Por último, un coche bastante llamativo, de color rojo oscuro, sin ningún tipo de decoración, pero llamaba la atención sus puertas, se abrían hacia arriba. Era bastante bajo, pero aquello lo hacía ser más elegante, las ventanas traseras y el capó tenían las lunas pintadas de color rojo oscuro casi negro algo que lo hacía másinteresante para la mayoría de las personas que se encontraban a su alrededor. Nadie de los que allí estaban conocía al conductor de aquél lujoso coche.
Poco después de que los coches se colocaran en su posición inicial, una chica, vestida tan solo
por una falda de un palmo roja, y un top ajustado hasta justo debajo del pecho se colocó
enfrente a los cuatro coches, el público bajó el volumen de sus palabras, aquello iba a empezar.
-La única regla es.. que no hay reglas.- Tras decir aquello, la chica levantó las manos, y
tras unos segundos con éstas levantadas con un golpe seco bajó las mismas quedando a cuclillas en el suelo. Los cuatro coches pasaron a su alrededor dejando tras ellos unos largos hilos de humo gris oscuro. La carrera acababa de empezar.

A lo largo del puente habían cientos de personas a cada lado, todos gritaban los nombres de los conductores de los coches, aunque apenas se podía distinguir lo que decían. El coche negro iba en cabeza, el resto, en una fila india lo seguían, en último lugar se encontraba el de color rojo, éste redujo la velocidad, los espectadores no entendían aquello, pero el chico que se encontraba en el interior sabía lo que hacía. Cuando estuvo a una distancia determinada del coche que iba por delante suya apretó el acelerador hasta el fondo, empezó a adelantar a sus contrincantes uno a uno, hasta que finalmente alcanzó al primero, miró por la ventana al chico que se encontraba en el coche paralelo, le dedicó una sonrisa caprichosa y mientras pisaba el acelerador, apretó el botón rojo que indicaba que el óxido nitroso iba a comenzar a funcionar. La velocidad del coche aumentó casi el doble, lo que hizo que sin duda llegase bastante antes que los demás. Pisó de golpe el freno e hizo girar el coche de forma que quedara mirando hacia el resto de coches, y así esperarlos.
Por otro lado, el coche plateado y el verde iban a la misma altura, por sus sonrisas y miradas, se notaba el pique que tenían, uno de ellos giró el volante de manera algo brusca, haciendo que el lateral del coche chocara contra el del contrario, éste, al no esperarlo perdió el control del coche por unos instantes, pero en escasos segundos volvió a su lugar, el contrario tan solo había adelantado unos metros, por lo que simplemente lo alcanzó. En ese momento, dió una estocada al contrincante, haciendo que el coche plateado simplemente perdiera el control por completo y diera varias vueltas sobre si mismo, quedando parado en medio del puente. El conductor dió un golpe al volante cabreado. Después llegó al otro lado del puente en último lugar. Una vez habían llegado todos, la chica que les había dado el toque de salida, se acercó al chico del coche ganador haciéndole salir del coche. Era un chico bastante alto, mediría aproximadamente un metro setenta y algo. El pelo le tapaba las orejas, lo llevaba un poco rizado, de color cobrizo. Su cara era fina, sus labios eran gruesos y rosados, mostraban una sonrisa traviesa que siempre era así. Sus ojos achinados de color marrón lo hacían aún más atractivo. Su piel era de tono canela, brillaba bajo las luces del puente. Lo cogió de la mano y lo llevó al "centro" de todo el grupo de gente que había allí rodeando los coches. Se acercó a su oido y susurró.
-¿Cual es tu nombre?- Musitó la chica entre el barullo.
-Dante, me llamo Dante.- Dijo el chico con un tono seco, pero una sonrisa burlona y orgullosa se dibujaba en sus labios.
La chica tiró de su mano hacia arriba levantando ambas manos y con una sonrisa gritó.
-El ganador de ésta noche es DANTE!- Al escuchar el nombre, la gente que allí se encontraba empezó a cuchichear cosas, por algunos lados se escuchaba "¿Ese quién es?" Por otros "Qué guapo" y pequeñas risas, y por el lado de los perdedores "Menudo el gilipollas". La chica soltó su mano y lo dejó ir, ella se fué por su lado en busca del que se suponía que era su novio, por otro lado él, se acercó a su coche, pasó una mano por el capó delantero y susurró "Sigue así". Un chico se le acercó por detrás, dándole un toque en el hombro con la mano. Cuando se giró vió un chico no muy alto, le llegaba por la barbilla, era delgadito. Su pelo le llegaba hasta los hombros, era castaño claro, casi rubio, y lo llevaba medio ondulado, sus ojos también rasgados eran del color de la miel.
-Hola, soy Taka el dueño del coche verde, tú debes ser Dante, por lo que he oído antes- Sonrió de manera dulce tras hablar y estiró la mano esperando que el contrario la estrechara, y así lo hizo.
-Sí, has escuchado bien.. ¿Taka? ¿Eres japonés?- El chico aún con la sonrisa dibujada, soltó su mano y con la misma se arrascó la nuca, se le notaba algo tímido.
-Oh.. sí, imagino que se me nota- Su acento era completamente diferente al resto de japoneses que había conocido antes, su coreano era mucho más fluido de lo normal.
-Sí, aunque en tu acento ape..- Un grito con el nombre de Taka le dejó la frase a medias, era una chica delgada y notablemente más alta que Taka, era muy moreana para ser asiática, se acercó a Taka y tiró de él con fuerza para llevárselo con ella, al chico se le cambió la sonrisa de dulce burlona.
-Bueno amigo, mi damisela me llama, creo que he de irme, espero que nos volvamos a ver por aquí.- Dante asintió con la cabeza despidiéndose de él con la mano y vió irse de allí a su nuevo amigo. Se encaminó hacia el coche, abrió la puerta y bajó la ventanilla hasta abajo del todo.
Por la ventana pudo ver un pequeño grupo formado por tres chicas hablando y mirándole, una de ella le llamó la atención más que las otras, por lo que le pareció era tan alta como él con tacones. Su piel era clara, y a pesar de la distancia se notaba que su piel era suave. El pelo le llegaba casi hasta la cintura, era de color rojo oscuro, era ondulado y brillante. Su figura era bastante esbelta parecía recién sacada de una revista de modelos. Las otras dos chicas eran muy parecidas, algo más bajitas que la anterior, una de ellas rubia con el pelo corto, y la otra tenía el pelo liso con el flequillo recto y todo negro.
-Es bastante guapo no crees Sunny?- Preguntó la rubia mirando a Dante fijamente desde lejos.
-Bastante Hara, bastante..- Sunny, sin apartar la vista de él, comenzó a caminar hacia él sin previo aviso. Las dos chicas que quedaban se acercaron la una a la otra y empezaron a cuchichear. Sunny se acercó a la ventanilla del coche, Dante no le había apartado la mirada en ningún momento. La chica apoyó un brazo en la ventanilla y si inclinó para ver al conductor más de cerca. Llevaba una camiseta con bastante escote, algo que la sexualidad masculina de Dante no podía evitar era mirar hacía aquél "mar de sensaciones" que aquella chica le estaba mostrando de frente. Ella se rió y llevó una mano a la barbilla del chico haciéndole levantar la mirada hasta su cara.
-Mi cara está justo aquí..- Le dedicó una pequeña con aquellos finos labios y después chasqueó la lengua parecía dolida.
-Perdóname, pero es que si pones ese par de exhuberancias justo delante de mi cara ¿Cómo pretendes que reaccione?- Dejó escapar una sonrisa burlona y la miró a los ojos. -¿Qué se te ofrece?- La chica le echó una mirada fulminante tras escuchar aquellas palabras provenientes del chico. "¿Cómo puede ser tan bruto?" Pensó la chica antes de contestarle.
-Nada, sólo quería saber más de ti ¿Eres nuevo por aquí? ¿Cómo te llamas?-
-Vaya.. interesante. Sí, soy nuevo por aquí, me acabo de mudar. Y me llaman Dante ¿Y cual es tu..?- Antes de poder formular la frase se escucharon sirenas de policia acercarse a la distancia, todo el mundo empezó a correr a sus coches y salir pitando de aquél puente.
-ENTRA, CORRE!- Le gritó a la chica, ésta rodeó el coche entrando algo torpemente en el lado del copiloto. Dante pisó el acelerador todo lo que pudo. Llevaba un coche de policia pegado a él, dió un giro rápido y seco, metiéndose por pequeñas calles que no sabía donde pararían, pero que hicieron perder de vista al coche que les perseguía tras unos minutos dando vueltas, aún se oían las sirenas de los coches a lo lejos, pero allí ya no les podrían encontrar. En uno de los callejones, paró el coche, dudaba que pedirle tanto a aquél coche era algo que no se podía permitir, sería de lo mejor, pero apretar tanto el acelerador acabaría quemando el motor de un momento a otro. Dejó el coche apagado durante un rato. El silencio entre ambos era bastante incómodo. Ella lo rompió.
-No te lo diré- Lo dijo con una sonrisa burlona mientras abría la puerta del coche, él bajó la ventana de la puerta de ella, y ésta se apoyó como momentos antes.
-¿El qué no me dirás?- Preguntó con una sonrisa de medio lado.
-Mi nombre, no te lo pienso decir-
-No es justo, tú sabes el mío- Ella se encogió de hombros con una sonrisa atrevida.
-Ya nos veremos.. Dante- Dijo en tono burlón alejándose de él con movimientos delicados.
-¿No quieres que te lleve? - Ella con una mano, aún caminando de espaldas a él, negó sin dejar de caminar. Dante no pudo apartar la mirada de aquella chica, aquellas piernas, aquél trasero. Todo en aquella chica era perfecto. Incluso las toneladas de maquillaje que llevaba en la cara.
Arrancó el coche y volvió a casa. Había sido una noche bastante movidita, pero había valido la pena, había ganado su primera carrera y había conocido a una chica preciosa. ¿Qué más podía pedir?

Comments (1)

On 22 may 2013, 16:21:00 , GodWolf dijo...

Coches guapos, carreras de coches, tias buenas, persecuciones y un prota que se llama Dante, este fic reúne todas las características para poner a alguien palote.