Canción 5: Enter Sandman
[Enlace a la canción en el título]
De todos los lugares
posibles para intentar conquistarlo Ashley jamás se hubiera imaginado acabar en
ese. Se hallaba a las puertas de un local situado en uno de los barrios más
ordinarios y monótonos que hubiera pisado nunca. Todo el barrio era de un
aburrido color gris, no había nada destacable, no estaba sucio pero tampoco
tenía un brillo especial; no era pobre pero tampoco se podía decir que fuera
pijo. En pocas palabras, parecía un sitio aburrido y el local al que Lillium le
había guiado era el edificio que mejor describía esa calle: pequeño, gris y
bastante oscuro.
- ¿Me has secuestrado para
llevarme al barrio más aburrido del mundo?- Preguntó Ashley de manera ácida.
- Paciencia... ¿Nunca te
han enseñado a que no hay que juzgar un libro por su portada?- Mientras decía
esto Lillium agarró la mano de Ashley con fuerza y lo arrastró al
interior del edificio. Ashley le dejó hacer, odiaba el efecto que ese
hombre causaba en él. Normalmente él no era tan manejable, pero con Lillium era
diferente. Aunque Lillium tenía un aspecto elegante desprendía un aura
dominante que aunque no quisiera le afectaba, hasta tal punto de dejarse llevar
a un lugar desconocido agarrado de su mano.
Ambos entraron al
local, la primera habitación era una pequeña sala con el suelo de madera donde
se hallaba una mujer en uniforme.
- Bienvenidos, ¿Tienen
reserva?- Preguntó la mujer.
- Claro, he reservado una
mesa a nombre de Lillium.- Respondió el susodicho. La mujer lo comprobó en los
documentos, afirmó con la cabeza y pidió que le siguieran. Cruzaron una puerta
roja y llegaron al salón principal. Era una estancia amplia con el suelo y las
paredes de madera y decoradas con guitarras eléctricas y discos de vinilo. En
el centro había un gran escenario dónde un hombre de raza negra estaba dándolo
todo en una improvisación de trompeta. Ashley quedó maravillado, ese sitio era
auténtico, un auténtico local de jazz. Uno de los estilos musicales que más le
gustaba, le encantaba que los músicos salieran a improvisar, a demostrar de qué
estaban hechos. Sin preparación, sin ataduras, sólo ellos y los instrumentos.
La animada música lo absorbió por completo, tanto, que no se dio cuenta de que
Lillium lo guió hasta una de las mesas del centro hasta que se sentó en la
silla.
- Esto es increíble.- Dijo
Ashley emocionado y por un segundo bajó sus barreras y sonrió ampliamente a
Lillium. Con una sonrisa desbordante y sincera, que le hacía ver mucho más
inocente de lo que era, le agradeció sinceramente que lo hubiese traído allí.
Pero solo fue un segundo, al cabo de un momento Ashley volvió a blandir su
sonrisa ladina y su mirada escéptica. Seguía sin fiarse del agente.
- Me alegro de que te haya
gustado.- Respondió Lillium sonriendo maliciosamente.
- Sí... esto es genial, es
auténtico. Eso es lo que me gusta del Jazz, la autenticidad.
- Así que autenticidad...-
murmuró Lillium pensativo.- ¿Tan importante te parece?
- Por supuesto.- Respondió
seguro.- La autenticidad es importante. De hecho... creo que es la razón por la
que no me fío de ti. Estoy seguro de que no eres auténtico. De que
traicionarías tus orígenes si eso te beneficiara.
- Así que es eso... Te
parezco una persona falsa.
- Lo eres.- Afirmó Ashley
convencido- lo sé des del momento en que te vi.
- Tienes buenos
instintos... Pero que no sea una persona íntegra no cambiará el hecho de que tú
y yo acabaremos juntos. Nunca suelto a una presa una vez la tengo en el punto
de mira.
- No te saldrás con la
tuya, por muy atractivo que seas, agente, yo no repito con nadie. No serás la
excepción.
- Eso lo veremos pequeño.
No te librarás de mis garras por mucho que lo intentes. A demás una vez te
tenga en mi cama como quiero, disfrutarás demasiado como para querer separarte
de mí.
La sonrisa glacial que
Lillium mostró en aquél momento estremeció al menor. Esa sonrisa era como la de
un lobo, no podía ocultar nada bueno. Pero era esa mezcla de secretos y
atracción física lo que hacía que fuera tan estimulante pasar tiempo con él.
Se observaron durante unos
minutos en silencio, analizándose el uno al otro. Compartiendo miradas de
deseo, de reto, de sospecha... Hasta que el hechizo se rompió cuando llegó
la camarera y les preguntó qué iban a tomar. Entonces volvieron al mundo real y
pidieron unos filetes que, según les informó la camarera, eran la especialidad
de la casa. Comieron mientras bromeaban de lo bien informadas que estaban las
fans acerca de los gustos musicales de Ashley, ya que Lillium había averiguado
que le gustaba el jazz a través de su página oficial. Y la conversación tomó un
aire menos pesado, cuando ya iban por los postres Lillium le preguntó algo que
le picaba mucho la curiosidad:
- Ashley tengo una
pregunta.
- Dispara.
- Si tus fans lo saben
casi todo de tu vida. ¿Por qué creen que eres hetero?
- No todas lo creen.
Algunas están convencidas de mi homosexualidad y saben de mi estilo de vida,
las que no... Yo creo que simplemente no lo quieren aceptar. Ya sabes, que el
chico de sus sueños quede tan lejos de su alcance debe ser difícil de admitir.
Es mi culpa por ser tan deseable.
- Ciertamente, con eso
estoy completamente de acuerdo.
Terminaron de comer y
disfrutaron del espectáculo musical hasta que Lillium consideró que ya era
tarde (Ashley se hubiese quedado más tiempo) y ambos volvieron al coche.
Durante el trayecto de vuelta ambos permanecieron en silencio, pero no era un
silencio incómodo, era un silencio cómplice. Ambos sabían cómo sería su
relación a partir de ahora. Lillium no cejaría en su intento de seducir a
Ashley, de hacerlo completamente suyo. Por el contrario Ashley creía que podía
dar rienda suelta a su atracción por Lillium sin que este lo “devorase por
completo”. Ambos sabían que había algo extraño en su relación, algo que no
encajaba en el otro. Pero poco les importaba, porque si estaban convencidos de
algo era de que aquella no iba a ser la última vez que se vieran.
El coche se detuvo
suavemente delante de la puerta del edificio donde vivía Ashley. Lillium puso
el freno de mano y apagó el motor, quitando las llaves del contacto. Ambos
salieron del coche y anduvieron hasta llegar al portal del edificio.
- Ha sido interesante, si
siempre es así no me importaría que me volvieras a intentar detener.- Dijo
Ashley con una media sonrisa.
- ¿No decías que tu no
ibas dos veces con la misma persona?
- Bueno, supongo que como tú
y yo no hemos ido todo el camino está bien que nos volvamos a ver. Pero en
cuanto pruebes el placer de follar con el gran Ashley Calamita desapareceré de
tu vida.
- Eso lo veremos mi
rockero rebelde, lo veremos pronto. - Dijo sonriendo fríamente.- Pero ya te lo
dije, eres mío.
Mientras decía estas palabras
Lillium se había ido acercando lentamente a Ashley hasta que sólo los separaban
tres dedos. Lillium alzó la mano para acariciar los mechones de pelo azules que
caían de manera salvaje contra las mejillas del cantante.
- Eres mío.- Lillium
rompió la distancia que los separaba atrayendo a Ashley hasta él por la
cintura. Puso cuidadosamente una de sus manos bajo el mentón del menor y le
levantó el rostro mientras que con el pulgar acariciaba suavemente los tiernos
labios de Ashley. Este estaba muy excitado, el corazón le latía a mil mientras
Lillium disfrutaba de la situación, tentándole, haciendo que deseara más. Y lo
estaba logrando, Ashley no podía resistirse a aquellas manos suaves que
acariciaban su piel como si fuera el diamante más valioso del mundo. Incapaz de
quedarse sin hacer nada mientras el otro disfrutaba Ashley abrió los labios y
mordió el travieso dedo de Lillium. Eso bastó para encender al mayor que,
incapaz de aguantar más, estrechó a Ashley contra su pecho mientras que sus
labios pasaron a devorar los del menor en un beso apasionado. En el instante en
que sus labios se encontraron Ashley se estremeció, lo deseaba, lo deseaba
muchísimo. Lillium tenía el don de hacer que se estremeciera de miedo y de
placer al mismo tiempo. Pero en ese momento no había lugar para el miedo, sólo
había lugar para una cosa: disfrutar de los labios del otro todo lo posible.
El beso no fue puro, el
contacto entre ellos rallaba lo animal, Lillium mordía los labios de Ashley y
su lengua recorría cada centímetro de la boca del otro sin pudor alguno. Ashley
no se quedaba corto, había rodeado a Lillium con sus brazos y le devolvía el
beso con toda la pasión que había en él. Sus lenguas se unían en una placentera
e insana danza que ni el uno ni el otro querían terminar.
Pero entonces ocurrió algo
inesperado. Imágenes fugaces empezaron a pasar por la mente de Ashley. Esas
imágenes tenían un único protagonista, Lillium. Imágenes de cuando aún no lo
conocía inundaron su mente en un remolino de extrañas vivencias: imágenes
sangrientas, imágenes violentas, imágenes de muerte y destrucción. Y al final
de toda esa carnicería, dos figuras tomadas de la mano. Un joven rubio de
aspecto aniñado que sonreía dulcemente a un hombre alto de pelo oscuro que
Ashley reconoció al instante. Era el mismo Lillium unos años más joven. Ambos
estaban de pié en medio de un círculo de cuerpos inertes. Cadáveres. Y ambos
sonreían complacidos.
Ese remolino de lo que a
Ashley le parecieron recuerdos sólo duró un segundo y precisamente eso es lo
que tardó el menor a cortar el contacto entre ambos. Ahora mientras miraba a
Lillium recordó el primer impulso que tuvo al verlo: “Corre Ashley, este
es peligroso. ¡CORRE!” Pero en esa ocasión no lo había hacho, y ahora tampoco
lo iba a obedecer. No se movió ni un centímetro. En vez de eso utilizó toda su
fuerza para recomponer su expresión y volver a su sonrisa ladina.
- Eso ha sido...
inesperado.- Intentó decir con voz segura, aunque le vibró un poco. Ashley
deseó con todas sus fuerzas que tomara ese temblor como emoción, y no como
terror.
- Ha sido interesante.-
Respondió Lillium con su sonrisa hermosa y glacial.- Me temo que ha sido
demasiado para una primera vez. Si ahora me quedo aquí no podré evitar comerte
por completo. Así que me voy, nos vemos pronto Ashley.
A modo de despedida
Lillium alzó su rostro y le dio un beso muy leve en los labios. Ashley lo notó
y se volvió a estremecer. ¿En qué demonios se había metido? Y aún así ¿por qué
ese contacto todavía le hacía temblar de deseo?
Ashley subió hasta su piso
como un autómata, abrió la puerta y se dirigió hacía su cama. Estaba muy
cansado, confundido y asustado. Lo mejor que podía hacer era dormir, mañana
vería las cosas de manera más clara. Cuando las cosas se enfriaran decidiría
que hacer. Con este pensamiento se dejó caer en su cómodo colchón y dejó
llevarse bajo el hechizo de Morfeo.
Esa noche estaba eufórico,
mucho más de lo normal y ese sentimiento lo volvía mucho más peligroso.
Localizó rápidamente a su objetivo, esa noche era una mujer. No era muy
frecuente que sus víctimas fueran mujeres, pero le agradaba mucho más. La
expresión de terror que mostraban al final era deliciosa. Más para un ser como
él.
Como siempre dejó que las
tinieblas lo envolvieran y se dispuso a seguir a su víctima. Ella se desvió hacia
la izquierda, tomando un callejón estrecho. Graso error, aunque no es como si
se hubiera podido salvar de haberse mantenido en la vía principal.
Él apareció de repente,
con su sonrisa sádica sembró el terror en su presa que cayó helada e inmóvil en
el frío suelo de Florencia. Lo último que vio la mujer fue esa sonrisa cruel y
un extraño brillo violeta. Él rió con ganas, hoy todo le salía redondo. Entonces
desapareció, escudado en las oscuras calles de esa ciudad milenaria.
Ashley despertó.
Estaba sudado y pálido, pero eso poco le importaba. Lo único que le preocupaba
en ese momento era su sueño, había vuelto a suceder. Todo iba mal, si no hacía
algo otra persona iba a morir. Entonces reparó en algo, el brillo violeta de
los ojos del asesino de sus sueños.
No podía ser, no era
posible que... ¿Pero y si fuera verdad?
Ashley estaba confundido,
asustado y vulnerable. Necesitaba ayuda ¿Pero a quién se lo podía contar?
Apenas esa pregunta fue formulada en su mente ya había obtenido la respuesta.
Estaba claro, en estas situaciones solo podía confiar en una persona.
Se dirigió hacía el
teléfono y marcó el número de Gabriel. Su amigo respondió al segundo pitido.
- ¿Si diga?
- Gabriel soy yo, te
necesito. Ahora.
- Ok, voy de camino.
Comments (1)
Cada vez esta mas interesante, dudo que Lillium sea el asesino, aunque claro, ahora hay mas sospechas askjdahkjd