CAPÍTULO 6:
Me levanté con los ojos hinchados de tanto llorar la otra noche, así que debía de tener la cara hinchada, además me dolía la cabeza. Me preparé para ir al instituto, y empecé a vestirme, me encaminé hacia el aseo, con la esperanza de que no tuviera tan mal aspecto como me imaginaba, pero lo cierto es que estaba peor de lo que me esperaba, tenía la cara y los ojos hinchados de tanto llorar, el pelo enmarañado y por si fuera poco, me sentía tan cansada, que no tenía fuerzas ni para cepillarme los dientes, pero me arreglé como pude, intente arreglarme el pelo hasta que empecé a hartarme y cogí las planchas, para que no se notaran los rizos desechos y bufados, al final no quedé muy satisfecha pero me valía para salir del paso, bajé al primer piso, pero no tenía ni el humor ni el ánimo como para comer, aunque sabía que hacía mal. Pero después de todo no tenía a nadie quien me dijera que tenía o no que hacer, así que me dirigí camino al instituto, cuando llegué la gente me miraba muy fijamente, pero puesto que ya estaba acostumbrada, no le di mayor importancia, ese día solo quería pasarlo desapercibida y si acababa cuanto antes mejor. Entré en la clase y fui a sentarme en mi sitio, con la cabeza gacha e intentando que el pelo me tapara la cara lo suficiente como para que nadie se diera cuenta de mi aspecto. Él entró alegremente por la puerta y me saludó, pero no era precisamente la persona que más me apetecía ver así que solo asentí con la cabeza pero sin mirarle.
-Jay, ¿te pasa algo?- me preguntó, tenía la voz ronca y cansada como para contestar y no me apetecía hablar con él, solo mentí y negué con la cabeza.
-¿Sabes?-me dijo- Me gusta que la gente me mire y conteste cuando les hablo.
No dije nada simplemente hice un gesto con los hombros de indiferencia.
-Oye si…-fue interrumpido, gracias a que el profesor llegó ‘’Salvada por la campana, lo mejor será que le evite, no me apetece enfrentarme con él ahora’’. El día transcurrió normal, Minho me echaba alguna que otra mirada para averiguar qué es lo que ocurría, pero yo le ignoraba completamente y ni si quiera le dirigía la palabra o le miraba.
El timbre sonó y yo me levante rápidamente con la cabeza gacha, parecía un alma en pena, un despojo social, pero a lo mejor eso es lo que era y hasta ahora solo había pretendido ser lo que no era. Me dirigí a la cafetería pero no tenía mucha hambre, iba a irme de allí cuando:
-JAY!!!- gritó una voz conocida, me giré y allí estaba Sacha hizo un gesto con la mano para que me dirigiera hacía allí, no me apetecía nada, pero igualmente fui. Cuando llegué me dijo:
-¿Quieres sentarte conmigo para almorzar?- me miró- ¿Qué te pasa?¿ has estado llorando? – me preguntó.
-No, no he estado llorando- sonreí falsamente.
-¿No vas a comer nada?
-No, no tengo hambre, es que he comido mucho en el desayuno-le mentí, solo quería irme de allí, pero ya que eso no iba a ser posible, me senté.
-Ayer me lo pasé muy bien, me divertí mucho contigo- me dijo alegremente.
-Ah, si yo… también me divertí- le dije.
-¿Sabes? Tengo que irme, tengo…tengo que recoger unos libros de la biblioteca que he encargado, así que me voy, ya nos veremos- con las mismas me levanté y la dejé en aquella mesa sola.
Me sentía muy mal, me sentía mareada y tenía ganas de vomitar, todo me daba vueltas y parecía que me fuera desmayar en cualquier momento, caminaba por el pasillo tambaleándome de un lado hacia otro, y tenía sudor frío, argh!, odiaba cuando me ponía así, porque entraba en un estado de ansiedad y con temblores, y nadie sabía cómo se sentía una en ese estado, así que no podía confiar en nadie, solo en mi capacidad de intentar relajarme, aunque no era muy buena, y me asustaba con facilidad, pero ya estaba acostumbrada a estos estados, así que no me importaba si alguien me veía.
-Jay!- gritó alguien a mi espalda, me adelanto y se puso delante de mí.
-Jay, oye tengo que hablar contigo Jay…- pero ya no podía oír nada, y vi como todo se tornaba borroso y oscuro, hasta que caí en la cuenta de que me estaba sufriendo una lipotimia y sabía perfectamente porque era.
Me desperté en la enfermería, no me acordaba que había ocurrido, ni como había llegado hasta aquel lugar, lo último que recordaba era que estaba hablando con Minho y…ya no recordaba nada más. La puerta se abrió y por ella entró el Dr. Hang:
-Vaya por fin te has despertado- me dijo con una sonrisa un tanto irónica.
-Sí, supongo, ¿Qué hago aquí?- le pregunté un tanto confundida.
-Te has desmayado y te han traído aquí, tu nivel de azúcar era muy bajo por eso has sufrido una lipotimia, ¿has comido algo?
-Eeh! No la verdad, ni para desayunar y ni para el almuerzo- le dije avergonzada, por mi gran estupidez cometida.
-Pues deberías comer algo, ¿no sabes que te podía haber pasado algo peor si no te llegan a traer aquí a tiempo?- me regaño, y la verdad es que lo tenía bien merecido- Toma- me entregó un bollo de pan recién hecho, era dulce y estaba calentito recién horneado, tenía una pinta estupenda y no me tuve ningún miramiento en comérmelo, de manera que lo engullí.
Cuando acabé de comer, salí a fuera, me sentía mucho mejor. Pero cuando fui a girar la esquina…Me encontré con que Minho y Sacha estaban hablando, parecían estar discutiendo, pero ella se abalanzó sobre los brazos de él, no podía seguir viendo más, porque eso dañaría mi corazón más de lo que lo estaba.
Por arte de magia y como si me hubieran leído la mente, alguien me tapo los ojos, y me giró dando paso a un pecho bastante fornido, pero…¿Quién era aquel chico?

Comments (2)

On 24 may 2013, 19:26:00 , Andrea dijo...

¿Por qué me haces sufrir así? ¿PORQUEEEEEEEEEEEEEE?

 
On 9 jun 2013, 20:55:00 , YoH dijo...

Bffff pobre chica, se nota que lo pasa mal. Muy entretenido el capi!