CAPÍTULO 1:
Empezar de nuevo, siempre es un fastidio. Esta vez mi lugar
de destino era Seúl en Corea, a mi padre lo habían destinado allí, y como no,
había que viajar todos con él. Pero lo que me pasó allí, fue como un sueño del
que no quise despertar.
Después de estar dando unos cinco, cuatro años de coreano
acabamos por mudarnos a Seúl, el centro de Corea, a veces creía que mi padre lo
tenía todo planeado, siempre me mandaba estudiar idiomas por lo que pudiera
pasar en el futuro, a veces pensaba que sabía que nos íbamos a mudar de un
momento a otro y por eso me mandaba
estudiar tantos idiomas.
Hoy era mi primer día en mi nuevo instituto, nuevo lugar,
nuevos amigos, nueva vida, ya ni me molestaba en hacer amigos. Llevaba un
uniforme con falda gris y una chaqueta azul marino oscuro con corbata, la
verdad es que el uniforme me gustaba, siempre he sido un poquito rara al
gustarme ciertas cosas, pero la verdad es que el sitio donde habían destinado a
mi padre era el que más me gustaba de todos, la cultura asiática era una de mis
favoritas. Pero a lo que más le tenía miedo, era al tener que enfrentarme a mis
nuevos compañeros de clase, me preocupaba que me discriminaran por el hecho de
ser occidental y no tener sus mismos
rasgos.
Acababa de cruzar las puertas de ese extraño e inexplorado
lugar, plagado de ojos que no paraban de mirarme y cuchichear a mis espaldas,
la verdad es que era un poco incómodo, por una parte pensaba que encajaría, al
tener el pelo castaño oscuro, rizado con flequillo y una piel blanca como la
nieve que daba paso a unos labios finos y rosados con unos ojos color miel, pero
me paré y pensé ``No, esto no va a salir bien, es imposible, por el amor de
dios si ni siquiera soy asiática..´´ Estuve a punto de darme la
vuelta, si no fuera porque vi a la persona que cambiaría el curso de mi vida,
en ese momento supe que estábamos destinados a conocernos. Él era atlético,
tenía un moreno perfecto, a pesar de ser asiático, unos labios carnosos y el
pelo oscuro, si no lo veía no lo creía, parecía una tonta ahí en medio del
pasillo, por un minuto había olvidado que el centro de atención era yo y que
infinitos de ojos me estaban mirando, así que me di media vuelta y me encamine
a dirección para acabar mi transferencia, cuando la hube acabado me dirigí a mi
clase, mi clase, gente dentro de ella, nueva en el lugar, por un momento creí
que iba a morir, para comprobar que tipo de gente me había tocado en clase me
asomé por el cristal discretamente, y allí estaba, allí estaba aquel morenazo
asiático que minutos atrás me había quitado el habla. Con el corazón en un puño
toque a la puerta, y entré. Por desgracia olvidé que en aquella cultura se veía
de buena educación, que el alumno nuevo se presentara públicamente, genial, en
aquel instante sentí que iba a odiar el resto del día. El profesor como no, me
dijo que me presentara.
-Hola, me llamo Jay . Vengo de España, espero que podamos ser
amigos, cuídenme bien- dije, creo que no me dio un infarto de milagro:
-Ahh , bienvenida, bienvenida- dijo- En aquel momento una
mirada de él bastó para que el corazón se me acelerara más deprisa y las
piernas me temblasen, dio la casualidad de que mi pupitre estaba justo al lado
del de él, solo se podía tomar de dos formas para bien o para mal.
Comments (2)
Muy bien! Ya tengo ganas de leer el próximo y eso mismo voy a hacer :)
Guau, esta bastante bien ^^ Como introducción es muy llamativo, a ver cómo sigue!!