Canción 7: The show must go on
[Enlace a la canción en el título]
El profesor de historia de
la música explicaba con voz monótona las obras musicales que habían sido
compuestas durante el renacimiento. Como no era una clase muy interesante el
vocalista de los Blue Dagas dejó de prestar atención después de los primero
cinco minutos. En vez de eso dejó fluir sus pensamientos. Necesitaba pensar.
Después de la noche anterior había tomado una decisión. Quedaría con Lillium.
Pero la idea aún le helaba la sangre. No todos los días se quedaba con un
asesino a sangre fría del mundo sobrenatural.
Cuando las clases
terminaron Ashley ya no podía más con sus nervios, corrió, casi voló, hasta su
piso. Necesitaba estar calmado, había quedado con muchos chicos en su vida.
Sólo tenía que aparentar que Lillium no le daba miedo y que le seguía atrayendo
tanto como antes. Sacó el móvil del bolsillo y miró en contactos, allí estaba
su nombre, junto a su número de teléfono, esperando a que se atreviera a
llamar. Y Ashley podía ser muchas cosas, pero no era un cobarde. Marcó el
número y esperó con los nervios a flor de piel mientras se escuchaba el biiiiip
del teléfono al llamar.
- Sabía que llamarías
tarde o temprano, mi chico rebelde.- Dijo Lillium desde el otro lado de la
línea.
- No te lo tengas tan creído
agente.- Respondió Ashley en un tono natural.
- Bueno... has llamado
¿no?- Dijo mientras su risa glacial inundaba los oídos de Ashley.
- Sí... he llamado. ¿Te
apetece quedar?
- Me apeteces tú
Ashley.-Bromeó.- En 15 minutos estoy en tu casa.
- No... Mejor yo voy a la
tuya ¿Qué te parece?
- Me parece, que no vas a
salir de ahí durante una semana.- Dijo Lillium con confianza, y Ashley no pudo
evitar pensar en que se estaba metiendo en la guarida del lobo, pero no podía
hacer nada más. Si quería respuestas, la casa de Lillium parecía el lugar más
lógico para empezar a buscar.
- Chuleas demasiado señor
agente. Dame tu dirección, iré hasta allí.
- De eso nada precioso, te
voy a ir a buscar. Así que será mejor que prepares lo que quieras llevarte en
una bolsa rápido porque en quince minutos quiero tu bonito culo en mi coche.
Y colgó. Había sido
directo, tenía quince minutos para prepararse. Pero a Ashley nadie le daba
prisas, si quería actuar como de costumbre tendría que seguir con su actitud
rebelde, así que después de pensar fríamente durante un minuto “¿Cómo actuaría
si no supiera que mata a gente?” supo qué tenía que hacer.
Fue tranquilamente a su
habitación y abrió su cajón preferido. ¡Había tanto por elegir en ese cajón!
Condones de sabores, aceites, juguetes, esposas etc. “Las esposas no son
necesarias, él ya tiene.” Así que simplemente arrojó condones y su aceite
favorito en la bolsa. Después se dispuso a ponerse otro cambio de ropa. Uno que
fuera irresistible, cuanto más embobado estuviera Lillium menos caso le haría a
sus otras intenciones. Para terminar metió su móvil con cámara HD en la bolsa.
Si encontraba algo que pudiera serle útil le haría una foto con él, así sería
fácil disimular. Entonces pensó en ponerse algo de ropa más provocativa pero
otro plan más típico de él afloró en su interior. “Debo ser natural al fin y al
cabo. The show must go on Ashley” Con ese plan en mente esperó a que Lillium le
vinera a buscar.
“Carry on my wayward
son...”
sonó el móvil y supo que era su señal para salir. Cogió su bolsa con todo el
“equipaje” que había preparado para la ocasión y bajó. Lillium le esperaba
apoyado en su flamante coche. Cuando le vio sonrió de medio lado y le hizo un
gesto para que entrara en el coche. Ashley se acomodó en el asiento y dejó su
pequeña bolsa en los asientos de atrás.
- Vaya, ¿intentas
seducirme con un chándal?- Dijo Lillium sarcásticamente mirando la ropa que
llevaba Ashley: una sudadera de un grupo de rock (AC/DC) y unos pantalones de
chándal azul oscuro.
- Hoy no he salido de
casa, y me gusta esta ropa. Es cómoda y confortable. Además para seducirte no
necesito ropa.- Contestó alegre el menor. De momento todo estaba
marchando bien, la parte peligrosa llegaría después. Pero no pudo evitar
fijarse en Lillium. Hoy no llevaba traje, sino que iba más informal, con una
simple camisa blanca, unos pantalones tejanos algo deshilachados y unos zapatos
negros. También se había recogido su larga melena negra en una coleta baja que
le caía hermosamente por un hombro, incluso de diario Lillium no perdía ni un
ápice de elegancia. Ashley tragó saliva mientras le observaba, sabía que
Lillium era malvado, lo había sabido inconscientemente desde que lo conoció,
pero no sabía por qué incluso sabiendo que era un asesino su cuerpo reaccionaba
de esa manera al tenerlo cerca. “Al menos lo de fingirme atraído por él
no será difícil.”- Pensó.
Después de conducir
durante unos 10 minutos (a una velocidad que doblaba la permitida) llegaron a
una casa de aspecto antiguo situada en la parte vieja de Florencia. Sus paredes
eran de un blanco sucio y desgastado por el paso del tiempo, las puertas de
madera gruesa y sus bisagras de hierro forjado. Ashley la observó atentamente,
no era el lugar en el que hubiese esperado que viviese Lillium.
- Me gusta esta calle y
estas casas.
- No esperaba que vivieras
en una casa tan vieja.
- Yo tampoco cuando me
mudé hace algunos meses, pero ¿qué puedo decir? el encanto de la Florencia de
antaño pudo conmigo.
- Me gusta, las casas
antiguas tienen más personalidad.- Dicho eso Ashley se giró para mirarle el
rostro, y se topó con sus ojos violeta. El mayor le escrutaba con una expresión
seria y apasionada. Y entonces le sonrió dulcemente por primera vez desde que
le conoció.
- Exacto. Eso pensé cuando
la compré. Poca gente lo entiende.
Inesperadamente, Lillium
le cogió la mano y lo atrajo hacía sí mismo mientras que con la otra mano sacó
las llaves y abrió la puerta. Ambos entraron en la casa y cerraron la puerta
tras de sí. Se encontraban en una sala iluminada tenuemente por la luz de los
últimos rayos de sol del día. Era alargada y estaba decorada con reproducciones
a tamaño real de cuadros renacentistas. Mientras avanzaban por el clásico suelo
de tablero de ajedrez Ashley se maravillaba con la curiosa casa de Lillium,
seguro que escondía algo que le interesaba en ese lugar.
- Sonará típico pero Da
Vinci es mi favorito. Aunque estas reproducciones no le llegan ni a la suela de
los zapatos.
- Ahora mismo pareces una
especie de “conde Drácula” en tu antigua mansión rodeado de arte.
Lillium sonrió
misteriosamente y siguió avanzando, con Ashley agarrado de la mano, hasta
llegar a otra sala. Era ancha y el suelo estaba forrado con una moqueta verde.
La habitación estaba repleta de estanterías que rebosaban libros de todos los
tamaños. En uno de los extremos de la sala había una hoguera encendida y varias
butacas de cuero rojo alrededor.
- Esta es la sala de
estar, básicamente aquí me relajo.
- ¿No hay tele?
- No. Sé que es raro, pero
es que todo lo que quiero mirar lo hago por ordenador así que era un gasto
inútil y al mudarme decidí que no pondría ninguna.
- De todo lo que tienes
por aquí creo que el hecho de no tener tele no es lo peor.- Bromeó Ashley
riendo.
- Tienes razón, hay cosas
mucho más curiosas aquí.- Dijo Lillium sonriendo fríamente, como si fuera una
broma personal. - ¡O mis modales! ¿Quieres algo de beber?
- Una coca-cola, con una
rodaja de limón y hielo.
- Que exigente...
- Obviamente.
Dicho esto Lillium se
retiró, tenía máximo un minuto de margen, no era suficiente para explorar a
gusto pero era algo. Ashley miró curioso los libros que tenía Lillium en las
estanterías, aunque supuso que Lillium guardaría mejor sus secretos. Las casas
antiguas eran famosas por tener escondrijos al fin y al cabo. De su muy breve
búsqueda entre los libros solo pudo enterarse de los gustos de lectura de
Lillium. Mayormente novelas negras: detectives, asesinatos y cadáveres. En ese
momento Lillium volvió a la habitación.
- ¿Ves algo que te guste?
- No mucho, no soy muy
dado a la lectura la verdad. Pero parece que tú te llevas el trabajo a casa.
- Bueno... Sherlock Holmes
me inspiró para ser lo que soy hoy.- Dijo Lillium, y Ashley no pudo evitar
preguntarse si le influenció en lo de asesinar o en lo de ser policía.
- Coge tu bebida y siéntate.-
Ashley obedeció y se sentó en una de las butacas. Lillium se sentó en la
contigua y lo miró.- Dime Ashley ¿Por qué has decidido al fin llamarme?
- Simplemente me vino en
gana.- Dijo el menor, en ese momento empezó a ponerse nervioso, debía
mantenerse en calma y llevar una conversación normal. Y aunque Ashley fuera
bueno actuando sabía de sobras que Lillium no era un cualquiera.
- Así que te vino en
gana... Nadie lo diría después del recibimiento que me dio tu amigo.
- ¡A lo que hizo Gabriel!
No tienes que preocuparte por él.
- Por supuesto que no. Él
se tiene que preocupar por mí que es distinto.- A Ashley le vino un escalofrío,
acababa de amenazar a Gabriel. No podía permitirlo.
- No en serio, es sólo que
mal entendió la situación. Verás es que él es muy protector conmigo ya que
últimamente los fans se han empezado a poner... demasiado excitados. Uno me
siguió a casa y se pensó que eras tú. - Ashley había ensayado esa respuesta
decenas de veces mentalmente, así que consiguió que le saliera bastante natural.
Lo primero era proteger a Gabriel, demasiados problemas le había causado ya a
su amigo.
- Entiendo... pero sigue
sin gustarme ese tío.- Dijo Lillium mientras se levantaba de su butaca y se
plantaba frente la de Ashley.- No me gusta, nada.- Repitió mientras se agachaba
y apoyaba una de sus rodillas en el cojín de la butaca de Ashley.- Sois
demasiado “amigos”- Susurro sensualmente en su oído.- Me pone celoso.
Lillium se encontraba
apoyado en la butaca, justo encima de Ashley, pero sin aplastarle, y le
acariciaba los mechones de pelo que cruzaban su rostro con sus finos dedos.
- No digas bobadas,
Gabriel es solo mi mejor amigo. Además sigue sin tener que importarte, tú y yo
no somos nada.
- En eso te equivocas, tú
eres mío, como no he parado de repetirte desde que te conocí.- Dijo, mientras
deslizaba su nariz por su cuello- cada parte de ti me pertenece, aunque no lo
reconozcas.
Lillium empezó a besar su
cuello, marcándolo, mientras deslizaba sus manos por debajo de su sudadera y
recorría todo su cuerpo con sus fríos dedos. La escena se estaba caldeando y
Ashley sabía cómo iba a acabar si no lo detenía, pero, extrañamente la idea de
que ese hombre, que sabía que era un asesino, lo tocase no le repugnaba. En vez
de estar temblando de miedo (como supuso que pasaría) se encontraba invadido
por un inmenso placer, y ese cosquilleo eléctrico típico de sus roces con
Lillium. Cuando el mayor acarició sus pezones con los dedos Ashley empezó a
bajar la guardia y cuando los labios de Lillium se encontraron con los suyos y
su lengua lo dominó totalmente, simplemente se rindió al placer. Ya pensaría en
la investigación después, en ese momento sus prioridades habían cambiado.
Gabriel estaba muy
preocupado, desde lo sucedido el día anterior no podía calmarse. Su amistad con
Ashley era muy sólida, de eso estaba convencido. El hecho de que .le estuviese
ocultando cosas sólo podía significar una cosa. Su amigo se estaba metiendo en
un lío gordo. Seguramente por eso no le había contado nada, seguro que pensaba que
se preocuparía demasiado e intentaría detenerle. Y la verdad, debía admitir que
en eso Ashley tenía razón. Se podía llegar a poner muy sobreprotector con su
amigo.
Pero el hecho de que
seguramente Ashley se molestaría cuando se enterara no iba a hacer que se
detuviera. Por primera vez tenía una “pista” de lo que le estaba pasando a su
amigo. Ese agente de policía, la reacción de Ashley al verlo había sido similar
a la de cuando lo encontró en el piso. Seguro que eso significaba algo,
necesitaba enterarse de quién era ese tío. Pero no se fiaba de las versiones
oficiales, seguro que no decían nada, como tampoco decían nada todos los
artículos de las últimas muertes que había habido en la ciudad. Pero Gabriel
sabía de un lugar dónde los rumores y los hechos no oficiales eran el pan de
cada día. El Bahamut. Y por suerte para él, otro de sus pocos amigos
tenía contactos allí.
Cogió el móvil y le llamó:
- ¡Buenas Gabriel! Que extraño
acontecimiento, que me llames si hoy no ensayamos nuestros dotes musicales.
- Ya lo sé, es sólo que...
¿Tienes planes para esta noche?
- No, mañana debo ocuparme
de una prueba de gran importancia.
- ¿Tienes un examen?
- Podemos decir que sí.
- Eso no te suele
representar un impedimento.
- Vaya, vaya, Gabriel. ¿Al
final Ashley te ha arrastrado al lado oscuro?
- Creo que se ha metido en un lío gordo, necesito investigar a un
tipo. Y sólo se me ocurre el Bahamut, pero no tengo la contraseña de esta
semana y...
- Siempre estoy dispuesto
para guiarte en el camino a la perdición, pequeño ángel.
- Gracias tío te debo una.
Te paso a buscar en 2 horas.
Dicho esto apagó el móvil
y empezó a buscar algo que ponerse, esa noche ningún integrante de los Blue
Dagas iba a dormir bien.
Comments (1)
Joer cada vez esta mas interesante y Ashley es demasiado carismático, enamora y mucho xD Y Lillium me esta empezando a cansar un poco.