Aquella sala blanca tenía un olor a enfermedad, el típico olor que tenían todas las salas donde los pacientes esperaban a que el medico les llamara. Nozomi tosía mucho, estaba esperando a que los médicos le dijeran el motivo de su desmayo. Cuando levantó su vista vio a Kiyoshi entrar por la puerta.
-¡Nozomi! ¿Qué ha pasado?- Este colocó su mano en la frente de Nozomi como tomándole la fiebre. Los médicos salieron y la llamaron, entró su madre, Nozomi se quedó con Kiyoshi.
-Estoy bien no te preocupes- Se podía notar en su aspecto que mentía.
-No, no estás bien- Cogió la mano de Nozomi.
-¿Sabes? Me prometí no llorar, pero no puedo mas- Sus ojos se humedecieron.
-¿Qué pasa?- Se asustó de la reacción.
-Ryosuke... Kiyoshi, quiero verle, quiero hablar con él, quiero ser su amiga y decirle todo lo que siento. No lo entiendes...- Apretó con fuerza la mano de su amigo, este seguía sorprendido.
-¿A qué viene esto?- Nozomi tomó la palabra
-Eres mi mejor amigo y confío en ti, así que te contaré algo que creo que mereces saber. Kiyoshi, me voy a morir, tengo leucemia- Fue difícil que salieran las palabras pero mas difícil fue para Kiyoshi digerirlas.
-¿Qué? ¡Debe ser una broma! No es posible ¡Tiene que haber solución!- Estalló en lagrimas como nunca lo había hecho.
-No, es terminal, los médicos ya me lo han dicho, no hay solución Kiyoshi. Mi madre no puede enterarse de que lo sabes y menos de que me gusta Ryosuke, no puedo enamorarme- Se secaba sus lagrimas con las manos.
-No, no puede suceder esto, no. ¡Nozomi! ¡Eres lo único que tengo! Nadie es tan importante como tú en mi vida, no, Nozomi, por favor, no- Kiyoshi nos respondía, Nozomi cogió su rostro con sus manos, lo acarició.
-Tranquilo, no debemos llorar, debemos sonreír, mira, mírame, mira este mundo. Ahora mismo en estos segundos están muriendo personas ¿Ves que algo a tu alrededor cambie? No ¿Verdad? La gente muere y el mundo sigue su curso, el único mundo que se desmorona es el de los seres cercanos a esa persona ¿Es así? Si ¿No? ¿Qué podemos hacer para que sea más fácil? ¡Sonreír! Si, debemos de sonreír y buscar la felicidad, quiero irme de aquí con una sonrisa, como una persona feliz y quiero irme con la imagen de la sonrisa de mis seres queridos- Tal y como dijo en sus palabras, terminó aquella conversación con una sonrisa resplandeciente.


Kokoa era otra persona que estaba sonriendo al ver como su peso había disminuido cuatro kilos, se miró en el espejo y apreció como había adelgazado un poco, pero no era suficiente, todavía seguía siendo aquella chica que detestaba. Bajó a comer junto a sus padres.
-Kokoa hoy te he hecho mucha comida- Dijo su madre mientras comía.
-No creo que coma mucho, solo un poco- Hablaba desanimada. Su padre extrañado le preguntó.
-¿Te pasa algo hija? Últimamente has perdido tu energía- Kokoa suspiró
-Estoy bien, no os preocupéis- Kokoa tan solo comió un poco y se levantó de la mesa.
-¿A dónde vas? ¡Come más!- Le gritó su madre
-¡Mama no quiero más! No me encuentro bien- Se dirigió al aseo, abrió el grifo para que nadie la pudiera escuchar y se volvió a posar ante su perdición. ¿En qué momento el adelgazar por Ryu se convirtió en una enfermedad por verse delgada ella misma?


Por la zona centro de Tokyo se encontraba Ryu que caminaba junto a Ryosuke por un parque, este último se detuvo y señaló a una fuente que había. Se dirigieron hacia ella, Ryosuke se sentó y con su mano tocó el agua.
-Me encanta el agua- Aquella sonrisa que tenía Ryosuke hacía que Ryu se sintiera feliz, sentía como si fuera su deber protegerle.
-¿Y eso?- Preguntó intrigado
-Fíjate en ella, es clara, bonita, tranquila y calmada, perfecta- Seguía tocándola
-Pero el agua puede tornarse turbia y peligrosa- El pensamiento de Ryosuke chocó con el suyo
-Eso es lo que la hace perfecta, el mundo está hecho de cosas malas y buenas, el conjunto de ellas es lo perfecto. A veces desearía poder tener un equilibrio de las dos- Dejó  de tocar el agua.
-Pero Ryosuke, tu estas lleno de cosas buenas, no necesitas malas, solo traen problemas, además cualquiera puede ser malo- No entendía porque Ryosuke decía aquellas palabras.
-No debes de restarle merito a la gente buena que es mala, para una persona buena ser mala es igual de difícil que para una mala ser buena. ¿Sabes? Yo también me considero una persona buena y me gustaría poder ser malo, ser cruel con esas personas sin llorar, sin sentir por ellos, poder eliminarlas de mi vida como si de basura se tratasen, pero no, solo puedo amarlas- Perdió aquella sonrisa que tenía.
-Hey, no quiero verte así- Ryu cogió a Ryosuke y comenzó a hacerle cosquillas, este se reía muchísimo y intentaba escapar, tenía demasiadas cosquillas. Retorciéndose pisó a Ryu y provocó que los dos se cayeran al suelo, riéndose en el suelo se miraron el uno al otro.
-Gracias Ryu, no sé como agradecerte todo lo que haces por mi- Aquella sonrisa volvió.
-Simplemente no te separes de mi- En su rostro se dibujó una sonrisa sincera.


También se reían Hikari y Kyo con la conversación que estaban teniendo. Kyo hablaba cabreado.
-¿Me estás diciendo que no se vivir solo? ¿Que siempre me he criado entre algodones?- Este señalaba a Hikari como juzgándola de algo.
-Sí, lo estoy diciendo, los niños ricos y mimados como tú no saben vivir solos y sin mayordomos que le hagan todo- Esta se reía burlándose de él.
-¡No tengo un mayordomo que me lo haga todo!- Se cruzó de brazos. En ese momento Hikari sintió que Kyo era muy dulce.
-Siempre has tenido las cosas fáciles para todo seguro- Tocaba a Kyo para chincharle más.
-¡Prefiero vivir con facilidades que degollando gorrinos como tú!- Estalló, Hikari le dio una torta.
-¿¡Pero qué barbaridades dices imbécil!?- Los dos terminaron aquella discusión con risas como hacían siempre. Aunque parece que esta conversación afectó a Kyo mas de lo que Hikari podría pensar, cuando este volvió a su casa buscó a su madre para hablar con ella.
-Mama, me gustaría decirte algo- Su madre estaba trabajando en su despacho.
-Si vas a decirme que eres gay, ya lo sabía- Kyo estalló de rabia.
-¿PERO QUE DICES MAMA?- Esta comenzó a reírse.
-Venga, dime- No apartaba la vista de los papeles.
-Me gustaría independizarme, alquilar una habitación cerca del instituto- Agachó su cabeza, en cambio su madre dirigió la vista hacia él.
-¿Y esta decisión?- Dejó el papeleo.
-Alguna vez en mi vida tendré que independizarme y hacer las cosas por mi mismo- Él no se daba cuenta, pero poco a poco Hikari iba cambiando su vida, con sus palabras, los pensamientos y acciones de Kyo cambiaban y parecían que lo llevaban por un buen camino.
-Está bien, pero serás tú quien tenga que buscar el piso y quien se encargará de la mudanza y todo, además de que yo te ayudaré a alquilarlo pero todos tus gastos te los costearas tu. Tal vez tengas que buscar un trabajo, nunca se sabe- Estaba muy seria.
-No te preocupes mama, lucharé por lo que quiero- La mirada de Kyo era desafiante.
-Así me gusta. Espero que no sea uno de tus caprichos- Suspiró
-No lo es mama, todo lo contrario, esto lo hago para aprender a vivir sin caprichos, enfrentarme a la vida de verdad- Sonrió sin mostrar sus dientes.
-¿A qué chica tratas de impresionar?- Su pestañeo fue largo.
-Tal vez en un principio todos pensamos eso, impresionar a alguien, pero solo quiero impresionarme a mí, ver de lo que soy capaz- Con sus manos hizo el símbolo de la victoria.
-Está bien- Kyo se fue de la sala y su madre sonrió -Mi hijo vuela del nido- Continuó con su trabajo.

Hikari se dirigió a la cafetería donde siempre se juntaba con Mei, esta le había enviado un mensaje citándola. Llegó a la cafetería y un chico pasó por delante de ella, Hikari se quedó impresionada por aquel chico. Tenía un largo y sedoso pelo rubio, sus labios eran preciosos y sus ojos estaban bastante bien definidos. Su nariz era perfecta junto a su rostro masculino. A parte de que era un chico alto de 1'80 y con un cuerpo fornido. Hikari se fijó en el culo también.
"Lo tiene en su sitio, si ¿Por qué siempre me fijo en eso?-  Hikari continuó y se sentó saludando a Mei como siempre.
-¿Que tal estas?- Preguntó Mei a su amiga.
-Bien- Se fijó que aquel chico volvía. Mei se levantó.

-¡Ah! Os presento. Sora, esta bella chica es Hikari. Hikari, el es Sora- Hikari se levantó e hizo una reverencia, estaba muy nerviosa, nunca se imaginó que conocería a aquel chico.

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