Nana
17# Interrumpiendo el Destino, nuevos sin sentidos.
Nana volvió a mirar el reloj. Ya eran las seis casi, y Tao no aparecía. Ya no sabía que hacer allí con ese hombre escrutándola como si fuera sospechosa de un crimen. Decidió pagar y salir fuera, a seguir esperando. Cuando se estaba despidiendo del dueño del local, sintió un fuerte tirón en su brazo, y por inercia casi tropieza contra la puerta de salida. Zitao la estaba empujando a toda prisa. ¿Qué había pasado? Decir que parecía enfadado era quedarse corta. Avisó al guardia para que les siguiera rápidamente, pero Tao se volvió hacia él y negó con la cabeza.
-Volvemos solos. Tenemos prisa, el plan no ha salido como creíamos. –El hombre parecía incrédulo e indignado, pero asintió en silencio, medio temeroso.
Realmente daba miedo. Sus ojos parecían echar fuego, su cara se crispaba de vez en cuando, y hacía rato que había sobrepasado el límite de velocidad. Nana prefería mantenerse callada, aunque al fin y al cabo, Tao sabía todo lo que estaba pensando, y aun así no frenaba. Con una rapidez vertiginosa llegaron a la base y él la guio hasta su despacho, dando grandes zancadas y resoplando furioso. Nana sentía curiosidad por saber qué pasaba, aunque temía lo que pudiera decirla.
Tao ni siquiera se molestó en cerrar la puerta, y Nana no sabía si debía entrar, sentía que iba a explotar de un momento a otro, y así fue. Zitao se apoyaba en la mesa, respirando con fuerza, cuando un temblor le recorrió entero y con un grito rabioso dio un golpe con su puño en la madera y tiró todo lo que había encima, la pateó con un solo pie y la mandó al otro lado de la habitación. Pero eso no fue suficiente. Llevándose las manos al pelo y descolocándolo, continuó destruyendo su propio despacho, golpeando muebles y paredes. Cuando se hubo cansado, se tiró en un sillón, con un resoplido y desesperación en sus ojos.

-Le mataré, juro que le mataré. Ese malnacido que cree que puede quitármela…


Nana no sabía si irse, en su fuero interno era lo que más deseaba, salir corriendo y esconderse, pero la curiosidad también la movía a quedarse allí y poder saber qué había ocurrido. Tao alzó la vista y la miro seriamente.
-Pasa.
Nana entró y cerró la puerta tras de sí, con miedo, pero ansiosa.
-Me encontré con Selene.-Dijo tomando aire, cansado.- Iba despistada y evité que tuviera un accidente, así que me vino perfecto para acercarme a ella. –Murmuró un poco más sosegado.
-Ohh… Bien, y ¿entonces?
-Entonces estuvimos un rato juntos, y te puedo asegurar que es ella…-Se tiró del cuello de la camiseta e hizo una mueca.- Leí lo que pensaba en profundidad, y llegué a sus recuerdos más cercanos. Te oyó hablar, y te vio desde la tienda de la otra acera. –Nana abrió la boca sorprendida.
-Que poderes más chulos… Bueno y entonces que, ¿qué pasó más? ¿Había amor en el aire?-Se mordió el labio cuando cayó en la cuenta de que si estaba enfadado y furioso era por algo. Probablemente su plan no funcionó.
-…No.-Tao soltó el aire mientras cerraba sus puños, que se sacudían, tensos.-No, no hubo nada. Al principio me parecía normal, no me conocía, aunque… Yo tampoco y te aseguro que no he visto alguien así, tan perfecta para mí. –Agitó la cabeza, contrariado y de mal humor.- Bebía los vientos por ella, pero Selene estaba deseando irse. –Se levantó de nuevo, inquieto. Sus dedos estaban blancos por la presión.- Pero no podía dejarla ir, me sentía tan frustrado… No quería apartarme de ella. La necesito, pero Selene no parece que…-Paró para tomar aire y tratar de serenarse. Abrió los ojos y la irracionalidad que desprendían me dio verdadero pánico.- No está sola, luego llegó su… Lo-que-sea. Vino y se encaró conmigo el muy imbécil. No sé qué quién demonios es, pero me ocuparé... –A partir de aquí su voz se volvió aguda y comenzó a no terminar las frases, como si pensara en alto, mientras destruía más objetos.- “Ese maldito”… “La tiene para él, eso es lo que se cree.” “Pero será mía”… “Estamos destinados.”…” El Universo entero”… “Está en su contra”…”Haré lo que haga falta”…”No se va a quedar así”…”¡NO!”

-¿Ta-Tao? –Murmuró Nana, intentando que saliera de sus delirios. Él la miró desde su pequeño mundo de locura y sonrió.- ¿Qué… Vas… A hacer? Si ella está con él, pero es Alpha… ¿Deberíamos encubrirles? Creo que si dejamos pasar tiempo, se olvidarán de esto…
-¿Encubrirles?-Rio secamente Tao.- Encubrirles… ¿Para qué? ¿Para que sean felices y coman perdices? ¡NO!-Chilló con nuevas convulsiones furiosas.- Él va a alejarse de ella, de eso me ocuparé yo. Me da igual lo que tenga que hacer. Me da igual. –La miró con un brillo intenso de malicia.- Si ella no está cerca de él… Si ella está a mi lado, aquí… No podrán verse, y yo la salvaré, me acabara amando y se rendirá ante mí. Será mía.
-Tao…-Nana se aclaró la garganta. Tenía que decirle unas cuantas cosas, le daban igual las consecuencias. Bufó irónicamente y prosiguió: ¿Estas insinuando… Que vas a traerla… AQUÍ? ¿DÓNDE VAN A EXPERIMENTAR CON ELLA, MUTILARLA Y A SABER QUE COSAS MÁS ANTES DE MATARLA? ¡¡ESTÁS COMPLETAMENTE LOCO!!-Abrió la puerta y se largó de allí con paso firme, dispuesta a hacer las maletas. Tao se rio estridentemente.
-¿Ah, sí? ¿Te vas? ¿Crees que te recibirá con los brazos abiertos y estaréis juntas? Ella piensa que la has traicionado, y te odiará. –La cogió por los hombros y sonrió.-Yo soy el único que puede decirle que todo era un plan, porque ahora mismo… Solo va a confiar en mí. Al menos, en ti desde luego que no. –“¿Lo tenías todo planeado, no?” rugió mentalmente Nana.- No del todo, no me esperaba que esa cosa estuviera con ella… Pero me libraré de él.
- ¿Y qué quieres hacer? ¿Matarle y traerla aquí contigo? ¿Tiene ese algún sentido? Estás perdiendo la cabeza… Tao, vuelve en ti.
-¡Nuestro destino es estar juntos! ¡Es el mismo destino el que me llevará a acabar con él!
-Tao… -Susurró Nana, realmente preocupada.- No puedes decidir acabar con la vida de alguien así como así… Esto es serio, tiene que haber otra salida…
-¿Acaso crees que no lo he pensado? Le puedo acusar… Puedo hacer cualquier cosa, esta organización está en mis manos. No harán nada que yo no quiera que hagan y si digo que le atrapen le atraparan, diré que él es Omega.
-¡Pero eres tú!
-¡Y por eso yo debería estar con Selene, NO ÉL! Por eso tiene que desaparecer. Puedo cambiar las pruebas, puedo hacer cualquier cosa. –La observó con intensidad un momento y añadió: y tú me ayudarás, porque si no… La perderás para siempre.


Nana le miró con odio. “¿Qué puedo hacer?” No quería aceptar, era una tontería decir que sí, pero tampoco podía decir que no, pues eso significaría trabajar para personas con el mismo propósito pero ignorantes que no sabían cuál era la verdad y no se iban a detener al atacar a Selene. Aun así, le parecía que Tao necesitaba tranquilizarse antes de nada.
-Vale, pues haré lo que tú digas.-Apuntó hastiada, para continuar cautelosa: pero, tranquilo. Hay tiempo, no va a pasar nada por tardar un poco más…
Él suspiró y pulsó un botón en su teléfono.
-Secretaria Seo, por favor búscame el coche con esta matrícula. Te paso la foto.
-¿Qué matrícula?
-La del “amigo” de Selene. Necesito encontrarle.
- Oye, tú lo que yo te digo te viene dando más o menos igual, ¿no?
-Seguiremos mi plan. Y mi plan lleva en marcha desde hace un tiempo. No tengo prisa. –“Ya, claro.”- Quiero ver los resultados lo antes posible.
-¿Y cuál… Es tu siguiente paso? –A Nana no le gustaba todo eso, pero cuanto más cerca de Tao, más controlado lo podía tener.
-Necesito ganarme la confianza de Selene, al menos conocerla un poco más, verla… Intentar que se dé cuenta de que yo soy quién debería… -Apretó la mandíbula e inspiró profundamente, controlándose.- Ver lo que hace falta para estar con ella y quitar del medio a…
No pudo continuar, pues entró en la habitación la secretaria Seo con varios documentos en las manos.
-Señor Huang, me han avisado de que se ha olvidado esto en el coche. Son los papeles que traía con usted del despacho de su padre.
Los dejó con delicadeza sobre la mesa, se inclinó en un saludo educado, y volvió a salir. Nana se acercó a curiosear lo que eran, ya que Zitao hacía caso omiso y seguía planeando, con el móvil en sus manos, escribiendo algo.
-¿Tao? ¿Para qué necesitas esto?
-Para nada, los cogí sin mirarlos, solo necesitaba algo para fingir que…
-¿Tienes hermanos?-Tao se removió en su rincón, extrañado.
-No.-Nana le señaló los documentos, encogiéndose de hombros.
-¿Y estas partidas de nacimiento? Hay dos, una tuya y otra…
Antes de que pudiera seguir hablando, Zitao le arrancó los papeles de las manos. “No tiene sentido”.

Comments (1)

On 6 jun 2013, 15:59:00 , GodWolf dijo...

Interesante, me hago una idea del hermano pero no me arriesgaré :P