¿Se lo había dicho de verdad? Y lo que era
más destacable aún, ¿él había accedido a quedarse? Estábamos los dos allí,
tumbados en la cama, mirándonos, entrelazando nuestros dedos. “Bueno, ya sabes
que es porque le gustas…” dijo una vocecita en mi cabeza. Sonreí, y ante su
estupefacción y la mía propia, me acerqué a él para que su chaqueta nos
cubriera a los dos, y me abracé a su cuerpo, escondiendo la cara en el hueco de
su cuello. Myungsoo también me acercó a él, rodeándome con sus brazos, y
acariciando mi cabello. Notar como a pesar de que sus latidos iban a mil por
hora, su respiración se había vuelto pesada y algo más rápida, y su cuerpo
desprendía calor y hormonas por doquier, él sonreía y simplemente me mantenía
cerca, me hacía sentir feliz y protegida. Notaba mi corazón temblar agitado
bajo mi piel.
Quizá pasó un minuto, quizá una hora o dos,
cuando Myungsoo tomó valor para decir:
-¿Me contaras lo que te pasaba?
Asentí contra su hombro. Ahora que sabía
tanto sobre él, aunque me diera vergüenza contarle lo de Nana, le debía algo en
cierta manera. Me separé un poco, para que me pudiera escuchar, y comencé a
relatarle a grandes rasgos mi historia.
-¿Recuerdas cuando me preguntaste por qué no
vivía con mi amiga? –Movió la cabeza, afirmando.- Pues verás… Digamos que ella
trabaja para los malos, y los malos me buscan para… Investigación.
Investigación y… -“¿Cómo le digo que quieren matarme?”- Y bueno, quieren
deshacerse de mí. –Bajo mis brazos, sentí como Myungsoo se tensaba.- Y como
ella ahora es uno de ellos… Me fui de la casa antes de que nadie se diera
cuenta. Lo más seguro es que aún no sepan que yo soy quién buscan, pero…
Siempre existe la posibilidad…
-Y por eso… Estabas preocupada… Y no querías
salir.- Volvió a arrimarse a mí, escondiéndome con su cuerpo.- Aquí estás a
salvo.-Murmuró cerca de mi oído, haciendo que se me encogieran las entrañas.
Me agarró más fuertemente, y besó mi frente
varias veces, mientras hundía sus dedos en mi pelo, y masajeaba mi nuca
superficialmente. No recordaba que era eso de respirar. “Seremos lo que sea,
pero parecemos una pareja. Totalmente.” Tragué saliva.
-Esta tarde Nana me mandó un mensaje. Me
decía de vernos mañana por la tarde, y parecía totalmente normal. No creo que
hayan descubierto nada sobre mí, ¿qué pruebas podrían tener?... Pero no sé si
fiarme y… Ella siempre ha sido mi mejor amiga… Pero me parece que ya no puedo
confiar en lo que me diga, porque no puedo saber… Ufff…-Resoplé indecisa.
Myungsoo comenzó a mover el cuello, nervioso.
Su cuerpo se convulsionaba, y al no soltarme, yo también iba de un lado para
otro, preguntándome que pasaba. Profirió una carcajada, que solo me hizo
sentirme más confundida. Cerraba los ojos con fuerza, y se mordía el labio para
no reír.
-¿Qué…? –Murmuré, mientras veía como
intentaba hablarme entre pequeñas risas.
-Me… Me haces cos… Cosquillas.-Consiguió
parar de reír cuando alcé la cabeza y me aparté de su cuello. “Con que cuello
sensible…” me dije con voz traviesa.-Ejem… -Carraspeó en busca de la formalidad
que se había perdido. Me miró arrepentido y murmuró: Así que, lo que te da
miedo es no poder fiarte de ella…
-Sí.-Afirmé volviendo a mi posición de antes.
Myungsoo volvió a acomodar sus manos entre mi desordenado cabello.- Si confío
en ella, puede que me acabe traicionando… Y ahora mismo, eso sería igual a...
Bueno, ya sabes. Pero si no…
-Te traicionas a ti misma y te escondes sin
oportunidad de luchar.- Pronunció con voz fúnebre.- ¿No hay alguna otra salida?
-Para mañana, no. Aunque… Voy a ir. Con
cuidado, pero iré. No puedo…
-Pero… Estamos hablando de tu vida, no te lo
tomes a la ligera…-La voz de Myungsoo se quebraba. Seguramente era demasiada
información. Demasiado importante.
Suspiró, mientras bajaba su mano de la nuca a
mi hombro, y me acercaba aún más a él, afianzando el abrazo. Su mejilla
abandonó el almohadón y se acomodó en mi pelo. ¿Realmente estaba pasando? “Sí,
sí, sí. No empieces a delirar ahora, Selene. Es REAL” En ese momento el peligro
que pudiera correr mi vida me daba completamente igual, solo podía pensar en
él.
-No voy a morir mañana. No lo haré. Es
imposible que me pase algo mañana. Lo que no sé es lo que me depara el
futuro.-Susurré con determinación, deslizando las puntas de mis dedos por su
cuello. De repente su pulso cambió, y se volvió frenético en un momento.
Sonreí, y continué.- Confiaré en Nana, y volveré aquí. Y no pasará nada.-Él
asintió nerviosamente varias veces, con el cuerpo tenso.
-¿Y qué… Qué…- Suspiró e intentó
concentrarse.- ¿Qué es lo que has hecho mal para que quieran…?
-No he hecho nada malo. –Murmuré negando con
la cabeza.- Me persiguen por ser quién soy…-Musité presionando mi nariz contra
su cuello, dejando caer mi respiración en él.
-¿Y quién… Quién…-Jadeó en su intento de
mantener la compostura.- Quién…? Maldita sea… -Susurró cambiando su posición
respecto a mi cuerpo, aprisionándome bajo el suyo.-... Me estás volviendo loco…
Aunque su cuerpo ardía, cuando sus ojos se
encontraron con los míos, dudaban, indecisos. Le miré e intenté sonreír, aunque
temblorosa. “Me estás volviendo loco…” se repetía en mi cabeza. “¿Lo ha dicho?
Entonces… Ya no tiene más excusas.”
Posó sus dedos en mis sienes, apoyando la
palma de su mano en mis mejillas y me acarició tiernamente. Su suavidad, su
calor, su cariño… Cerré los ojos y me dejé llevar por su roce, apretando mi
mejilla contra él. Sonrió, y sonreí. Miré sus ojos negros entre las brumas de
la noche. Brillaban tanto, parecían decir tantas cosas… Yo también alcé la mano
y le acaricié. Él besó mis nudillos y me volvió a mirar, mordiéndose el labio
inferior.
-No sé si debería hacer esto.-Murmuró con
duda. Reí.
-Creo que ya has hecho muchas cosas que no
deberías.
-Cierto.-Murmuró pícaramente.
Se inclinó más sobre mí, colocando mi mano en
su nuca. Me abrazó haciendo que la chaqueta que nos cubría finalmente cayera al
suelo. Hundí mis dedos en su sedoso pelo, agarrándolo, acercándole más, hasta
sentir su tibio aliento sobre mí. El agitó la cabeza lentamente, y antes de
fundir su boca con la mía, musitó:
-Será una locura, pero… Selene… Saranghe.-Me
moví debajo de él, acabando con esa pequeña separación que estaba pudiendo
conmigo. Respondí a su confesión con el beso.
Nuestros labios se encontraron al fin, llenos
de ardientes súplicas que se vieron cumplidas. El roce ligero y tierno, fue
ganando en presión. Nos miramos, cómplices, y nos abandonamos a nuestros
verdaderos sentimientos. Movimos nuestros labios, aumentando la intensidad.
Jugué con su pelo en mis manos, hundiéndole más en mí. Nuestras bocas se encontraban
hambrientas la una de la otra, moviéndose con fiereza y pasión. Mordiendo,
jugando, separándose y volviéndose a unir. Cuando todo aquello se quedó corto,
abrí la boca para jadear, a la vez que Myungsoo introducía su juguetona lengua
en mi boca. La adrenalina me cegó. Tiré de su pelo, introduciéndole más,
presionando y acariciando su lengua más y más.
Estuvimos besándonos hasta que
nuestra sed se calmó, cuando nos quedamos casi sin fuerzas, hasta que el
cansancio no abatió, cuando nuestros cuerpos no pudieron soportar todas
aquellas emociones y sensaciones. Solo nos habíamos besado, pero había sido tan
intenso… “Si esto es solo un beso, no me quiero imaginar… No, no. No imagines.”
-Deberíamos dormir.-Aconsejé, sin poder
evitar meter el dedo en el hoyuelo que se formó en su mejilla, al sonreír.
-Ahhh… Deberíamos, sí.-Suspiró.
Nos levantamos y él se fue a su
habitación, dirigiéndome una última sonrisa. Yo me cambié y me puse el pijama
sin prisa, rememorando todo lo que había pasado. Me estaba estirando antes de
meterme en la cama, cuando noté unos brazos alrededor de mi cintura. Con un
respingo, me quise girar, y me encontré con sus ojos, brillando divertidos.
-Vamos a dormir.-Y sin esperar a que
contestara, me cogió y me metió bajo las sábanas, arropándose él a mi
lado.-Buenas noches.
Apagó la luz, me besó en la frente y se
giró en la cama, dándome la espalda. Yo bufé incrédula, riendo. “Con que esas
tenemos, ¿eh?” Me arrimé a él y le soplé en el cuello, haciendo que se
retorciera. Se dio la vuelta, y se llevó el dedo a los labios, intentando no
reír. “Dormir, dormir…” susurró. Asentí, antes de volver a atacar con
cosquillas. Él se intentó defender atacando con la misma moneda. Cuando
conseguimos dormir sería bastante tarde ya.
“Click, click, click” Abrí los ojos,
encontrando una cámara pegada a mi cara. Asustada, retrocedí, calmándome una
vez volví a la realidad, y vi a un Myungsoo sonriente, detrás de la máquina.
-Señorita asistente personal, hoy vas a ser
mi modelo.
-Ohh…-Murmuré adormilada.
Hasta que no me duché, no caí en la cuenta de
lo que acababa de decir. “¿Modelo? ¿Yo?”. Desayuné mientras él preparaba todo
lo necesario para la sesión de fotos. Comí poco, estaba medio nerviosa.
Myungsoo inspeccionó mi armario, eligiendo la ropa, y una vez me la puse, y me
maquillé un poco, salí a su encuentro, pensando que cara poner ante la cámara.
Él me miró sonriendo con ternura.
-Qué poco te gusta maquillarte.- “¿Eh?”
murmuré. Él cogió un poco de brillo de labios, y me besó antes de aplicármelo
delicadamente.- ¿Estás preparada?
-Bueno…
-Solo sé natural, sonríe. Ponte aquí.
Me colocó y comenzó a fotografiarme mientras
me indicaba ciertos movimientos. Yo reía e intentaba hacerlo, dándome igual lo
ridícula que podría estar siendo. Mirando al techo, poniendo caras de niña,
pucheros, miradas inocentes, pícaras… En la terraza, en el salón, en el banco,
con este vestido, con la otra falda… Al final me parecía que estaba siendo
bastante profesional, pero era agotador.
Myungsoo seguía sin soltar la cámara,
haciendo fotos insaciablemente, hasta que, cansada, me acerqué hasta donde
estaba y se la quite de las manos. Él quiso replicar, pero le cerré la boca con
mis labios.
-Te toca. No me mires con esa cara, colócate
allí.
Él se fue riendo, y cuando miré a través de
la pantalla su mirada había cambiado totalmente. Seria, fuerte, profunda. Le
observé mientras posaba, pulsando el botón de la cámara sin atender demasiado a
la imagen. Su belleza era hipnotizante.
Continué con la sesión, hasta que aburrida,
fui felizmente a su lado, y apoyando la cabeza en su hombro, nos hice una
fotografía. Cuando la miramos, estaba descuadrada y mal enfocada.
-Eso es culpa de tus brazos cortos.-“¡Ehhh!”
murmuré dándole un suave codazo.- Ahora…-Dijo rodeándome con su cuerpo,
juntando nuestras mejillas.- ¿Ves? Mucho mejor. –Chasqueé la lengua, agitando
la cabeza.
Continuamos haciéndonos fotos juntos,
poniendo caras raras, sonrientes, e incluso alguna en la que aparecíamos
besando las mejillas del otro. Las horas pasaban sin que fuéramos conscientes,
hasta que empezamos a sentir hambre. Decidimos dejarlo, y fui a cambiarme,
cuando miré la hora en el móvil, vi que también tenía un mensaje. De Nana.
“A las 5 donde siempre. ^^”
Ya eran las tres. Respiré intranquila y
nerviosa. Mi instinto me decía que no fuera, pero no quería faltar, quería
comprobarlo. Myungsoo apareció por el quicio de mi puerta, y al verme, pálida y
temblorosa, me abrazó preocupado y miró la pantalla del teléfono.
-¿Tienes que ir obligatoriamente?
-…Iré con cuidado.-Murmuré pensando en mis
poderes.
-¿No... No te puedo acompañar? -Iba a decir que no, pero él siguió.- Así puedes ir más segura, y yo me quedaría más tranquilo.
Negué con la cabeza, aunque la idea no me desagradara del todo.
-Te lo agradezco, de verdad, pero no me va a pasar nada. Confío en Nana.
Me miró inseguro, así que sonreí y le cogí de la mano.
-¿Qué vamos a comer?
-¿No... No te puedo acompañar? -Iba a decir que no, pero él siguió.- Así puedes ir más segura, y yo me quedaría más tranquilo.
Negué con la cabeza, aunque la idea no me desagradara del todo.
-Te lo agradezco, de verdad, pero no me va a pasar nada. Confío en Nana.
Me miró inseguro, así que sonreí y le cogí de la mano.
-¿Qué vamos a comer?
Comments (0)