20# Torrijas, conversaciones a escondidas y Karaoke. Maravilloso plan de tarde.
Todo estaba riquísimo, pero comí tanto que creía que iba a explotar. Los chicos estaban perfectamente, no parecían cansarse, ni estar saciados. Yo suspiré mirando la comida, sin poder probar ni un bocado más.
-Selene, ¿has probado esto?-Me insistía Sungyeol a mi lado.
-No, pero no pasa nada, estoy llena. Gracias.-Murmuré sintiendo el estómago pesado.
-¿De verdad no vas a probarlo? Es mi plato favorito…
-¡Yah! ¡Hyung! Que ha dicho que no quiere más, no seas pesado.-Le reprochó Sungjong, que también había dejado de comer.- Yo tampoco puedo más y a mí no me ofreces… -Sungyeol rápidamente le dio un codazo, sonriendo y pinchando al pequeño.
-¿Has terminado ya?-Preguntó un animado Dongwoo.- Pero… ¡Si aún falta el postre! -Los demás que iban acabando con lo que quedaba, emitieron varios quejidos. Nadie había pensado en el postre.- ¡Si es lo mejor! Vengaaa… ¿Quién viene conmigo a elegirlo? -Todos se miraron entre sí, reventados y riendo maliciosamente giraron la cabeza hacia mí.- ¿Selene?
“Supongo que me toca ir”. Resoplé, resignada, y asentí sonriendo. No me podía negar tampoco, además no estaría mal estirar las piernas… Aun así, me giré y miré con fingido resentimiento a Myungsoo. “Podría traerlo sin esfuerzos con sus poderes… O levantarse él… ¬¬” Él me miró intentando parecer inocente, encogiéndose de hombros.
-Si quieres, te acompaño…-Murmuró, sin mucho entusiasmo.

Negué enseguida y metí el dedo en el hoyuelo que se formó en su mejilla al instante. 


“Que vago, este hombre…” Chasqueé la lengua y fui junto a Dongwoo a la barra, comprobando entre lo que podíamos elegir. En cuanto leí cierta cosa, me volví como loca. ¿Dónde habían quedado mis palabras de que no comería más?
-¡¡Hay torrijas!! ¿En serio? ¿No es ninguna broma? –Señalé el lugar donde lo ponía en la carta, haciendo que Dongwoo lo comprobara.
-Si… Torrijas. ¿Qué pasa con eso?
-¡To-torrijas! Siempre las hacían en el orfanato en Pascua. Están suuper buenas…
Dongwoo me quitó el menú de las manos y pidió ocho torrijas, entusiasmado. En ese momento, me pareció escuchar mi nombre, y me volví, pero, por supuesto, nadie me había llamado, habría sido alguno de ellos, hablando de… “Ehh… Puedes comprobarlo”
-Sí, gracias. Mesa diez. Sí… -Se giró de nuevo hacia mí.- Jamás las hemos comido, quizá las han puesto nuevas. Pero viendo tu cara… ¡Hay que probarlas! ¡CHICOS! Preparaos para disfrutar de un delicioso postre patrocinado por…-Se deslizó hasta las sillas de los demás y comenzó a hacer su propio anuncio de dulces. Todos rieron a carcajadas.
Yo regresé algo más lenta, y aproveche para evadirme poniendo como excusa una visita al baño. Me encerré en uno de esos cubículos y me dispuse a espiarles. Prometía ser interesante. “Muy interesante” murmuré con una risa malvada. Tomé aire, y me sumergí en su conversación.

-Pues no sé Myungsoo, la chica parece maja. A mí me ha caído bastante bien, poco habladora, pero… Como te gustan a ti, ¿no? Inocentes, risueñas. –Dijo… “¿Sungkyu? Creo que sí es él.”
-¡Sí!-Exclamo entusiasmado, Hoya.- Lo clava hasta en el pelo: largo y un poco ondulado. Cuando la he visto aparecer ha sido como una visión de lo que nos decías que sería tu chica ideal.- Todos afirmaron lo que se había dicho.
-Myungsoo, se parece a ti.-Apuntó Sungjong.- No te preocupes. No creo que vaya  a ser difícil integrarla en la familia.
-No, desde luego. A mí me tiene ganado.- Rio Dongwoo.
-¡Y yo la tengo ganada a ella!-Intervino Woohyun, bromeando como siempre. Todos se carcajearon de su vena narcisista.- Lo siento Myungsoo, no puedes hacer nada para remediarlo. Ella me encanta y yo le encanto.
-Claro, claro. Pero es a mí a quien quiere.-Murmuró Myungsoo con un cierto toque de celos.
-Que sí, pabbo. Lo sé. Como si no se le notara… -Myungsoo se rio un poco incómodo, susurrando un pequeño “Ah, ¿sí?” Todos rieron, bufando incrédulos.- ¡Oh, venga, Myungmyung! No nos mires así, está bastante claro que está loca por ti. Aunque quizá no sea tan obvia como tú…
-¿Qué? ¿Soy obvio?
-No, no eres obvio. Eres algo más allá.
Los siguientes sonidos fueron un poco confusos, no podía ver lo que estaba sucediendo, así que simplemente supuse que Myungsoo estaría pegando a Woohyun, consiguiendo su pequeña venganza, mientras reían y mascullaban cachos de conversación.
Decidí que tendría que dejar de espiar e ir saliendo. “Además, a saber lo que se piensan si estoy mucho rato aquí…” Por eso, me puse de nuevo en marcha. Me atusé un momento el flequillo en el espejo, sonreí y me dije “Fighting” y salí de allí.
Di dos pasos y volví a retroceder. Seguían hablando de mí. A pesar de que sabía que no debería estar escuchando a escondidas y me sentía ilegal en cierta manera… Me escondí detrás de la puerta, observando la conversación.
-¡Eh! ¡Lee Sungyeol! ¿No dices nada?- Dijo Woohyun aún entre risas.- Todos hemos opinado. ¡Te toca!


Se giraron mirando a Sungyeol, que estaba serio, para lo que era habitual en él. Se removió un poco en su asiento, sonriendo ligeramente, intentando que la silenciosa y pesada atmósfera que se había creado se disolviera.
-Oh, bueno… Claro que me gusta Selene. ¿Por qué no iba a hacerlo?-Se encogió de hombros.- Solo que… ¡Puff! Necesito ir al baño.-Acto seguido se levantó y se encaminó hacia donde estaba yo.
“Selene, actúa como si estuvieras saliendo de aquí, naturalmente, tranquila, nadie sabe que has estado oyendo…” Me tranquilicé. Respiré hondo y salí al pasillo, encontrándome con Sungyeol junto enfrente. Le sonreí e intenté escabullirme inclinando la cabeza hasta donde estaban todos. Pero se paró a decirme algo. Algo que no llegué a entender.
-¿Qué? –Pregunté, pues no había oído bien. Estaba más pendiente de lo que decían en la mesa.- ¿Qué asar… Qué?- “¿Asar túnicas?” Había escuchado.
Él se acercó sonriendo, negando con la cabeza. Miró al comedor y señaló.
-Que ya van a llegar las torrijas.
-Ah. Aaaahhhh…- Me sentía bastante estúpida. “Tantos poderes, para que me siga pasando esto…”. Asentí, notando de nuevo como el calor se esparcía por toda mi cara.
Sungyeol me dio unos pequeños toques en el hombro y entró en el baño. Suspiró y oí el agua correr, a la vez que su pulso se hacía algo más lento. Solo entonces, mientras caminaba hacia mi sitio, me di cuenta de lo rápido que había sido cuando se había encontrado conmigo. Pestañeé sorprendida, pero no pensé en eso más. El postre estaba servido.

-Esas cosas estaban muy buenas…-Murmuró Sungkyu melancólico por la calle. Él querría haber seguido comiendo.
-To-rri-jas, Sungkyu, to-rri-jas.-Le advirtió Dongwoo
-Como sea.
-¡Yah! Chicos, ¿y si vamos a un karaoke? –Sungyeol saltó sobre ellos, gritando la propuesta. Hoya apoyó contundentemente la moción.
Se perdieron entre risas, saltos y quejas de parte de Sungkyu, mientras Myungsoo y yo nos quedábamos algo atrás, disfrutando del paseo.


Sabía que estaba sonriendo aunque mirara a otra parte. Sabía que estaba contento de lo que le habían dicho, y de que todo hubiera ido bien. Me acerqué y con un suave  “miau”, le abracé de improviso. Él se rio, como era de esperar.
-¿Miau? Ay mi gatita…-Susurró levantando mi peso del suelo, y dando una vuelta. Me agarré a él, mientras seguíamos girando. Cuando paró, me acarició un momento las mejillas.- Es tarde ya, ¿estás segura de que no prefieres que volvamos a casa?
Miré a mí alrededor: era cierto. Estaba atardeciendo, el agua del río Hang reflejaba un pardo cielo de otoño, que dejaba paso, lentamente, a una luna menguante que parecía sonreír sobre Seúl. El aire corría entre las hojas caídas, que se arremolinaban ahora a nuestros pies estáticos.
-Pero… Decían de ir a…-Callé cuando acercó su rostro lo suficiente para besarme. Asintió, sonriente.
-Pero podemos decirles que estamos cansados. Hoy ha sido un día… Intenso.
Sonrió. Y por la forma en la que lo hizo, sentí como si una descarga eléctrica bajara por toda mi espalda hasta mi vientre. Parecía decir “esta noche también lo será.” Abrí los ojos, intentando enfocar la realidad y no mi imaginación, que iba por libre. “La noche me confunde” me excusé conmigo misma, a la vez que corría para alcanzarle, con la cabeza agachada, ocultando mi sonrojo.
-Chicos, nosotros nos vamos a casa. Estamos cansados después de todo el día fuera. Pasadlo bien.
-¿Os vais? ¡Traidores! –Exclamó Sungjong. Haciendo que todos rieran, excepto Sungyeol, que nos miraba a Myungsoo y a mí, intermitentemente, con una mirada casi… ¿Preocupada?
-¿No os podéis quedar un rato más? Solo habéis salido unas cuantas horas… Por dos o tres canciones… No creo que pase nada.-Ahora sí, volvió a ser el con una gran sonrisa en su boca.- Además, aún no ha visto bailar a Dongwoo y Hoya, eso es casi pecado.-“Eso, eso” afirmaron los eludidos.
Myungsoo y yo nos miramos, sin saber qué hacer. Finamente, nos convencieron para ir al Karaoke, poniendo como excusa que estaba cerca. “Mentira” pensé cuando al fin llegamos. Agotada tras el largo camino, lo primero que hice fue sentarme, viendo como ellos elegían canciones y animaban el ambiente con sus tonterías


-Y ahora, con todos ustedes…-Woohyun, rio y se retractó un momento.- Con usted, público privilegiado… ¡Infinite!
Y ante mi propia sorpresa, comenzaron a bailar con una perfecta coordinación, con movimientos gráciles y precisos. Sus voces se alineaban formando un sonido que me encantó. Realmente, no me lo esperaba. Eran buenos, muy buenos. Aplaudí con estrepito cuando acabaron.
-Gracias, gracias. –Dijo el mismo presentador, lanzando besos y formando corazones con las manos.
-Woohyun, déjalo, anda.
Siguieron cantando, bailando y haciendo tonterías, varias canciones más, instigándome a que me uniera a ellos cada vez más a menudo. Yo rehusaba, pero no tardé mucho en caer  por su entusiasmo y locura. Junto con Myungsoo, comencé a elegir alguna canción que conociera y me gustara… Pero no encontraba ninguna que me llamara la atención.
-Aquí no están todas. Si quieres puedes ir a preguntar.
-No, bueno, no pasa nada. Si conozco las que están aquí, solo que no sé cuál elegir…-Myungsoo me pasó el brazo por la cintura, apoyando la barbilla sobre mi hombro.
-Anda, te acompaño, si quieres. ¿Vale? –Se puso de pie y me tendió la mano.- ¿Vamos?
-¡Tshh, tshh, tshh! ¿A dónde crees que vas, amigo? ¡Te toca cantar!
Woohyun agarró a Myungsoo del cuello y le arrastró hasta la máquina, cediéndole un micrófono. Él se encogió de hombros y se mordió el labio. Miró a Sungyeol indeciso, y le pidió que me acompañara él, mientras podía leer en sus labios un “lo siento, Woohyun me obliga. Ahora nos vemos” Me despedí con la mano, y salí al vestíbulo con Sungyeol. Suspiré, dejando atrás esa habitación ruidosa y oscura.


-Sungyeol, es una tontería, no hace falta que vayamos a preguntarlo. Luego canto alguna cosa, y ya está.-Él puso los brazos en jarras.
-¿Cómo que cualquier cosa? ¡Vamos a buscar una canción!-Me cogió de la muñeca y me llevó detrás de él.
-Sungyeol, en serio… Sung…
Él sonrió un momento, negando con la cabeza, antes de reanudar la marcha hasta el vestíbulo… O intentarlo. Cuando volvió la vista al frente, se encontró con un hombre enorme, corpulento, que olía a humo y agua estancada. Con un solo movimiento, estampó a Sungyeol contra la pared, inmovilizándole, dejándole solo emitir pequeños quejidos de dolor. Yo me quede inmóvil unos instantes, sorprendida, confusa y sin saber qué hacer, valorando la situación. “Han venido a por mí, han venido. ¡CORRE!” ¿Pero a donde, si la salida estaba taponada por esa bestia? ¿A la sala del karaoke? ¿Y poner en peligro a los demás? ¿Dejando allí a Sungyeol? Con la adrenalina recorriendo mi cuerpo, me sentí capaz de gritar:
-¡SUÉLTALE!- Y lanzarme a su mano, arañando, intentando aflojar la presión sobre Sungyeol. Pero solo sirvió para que apretara con más fuerza, dejándome oír un crujido mudo.- ¡Suéltale! ¿Qué quieres?
-Selene Ariza, me va usted a tener que acompañar.-Explicó con voz grave, dejándome oler su aliento amargo. “Vienen a por mí. ¿Qué voy a hacer?”
-V-vale… Pero déjale.-Acto seguido, liberó a Sungyeol, que se deslizó hasta el suelo, agotado.
Entonces, sin perder un momento, me di la vuelta y comencé a correr por el pasillo, esperando que hubiera alguna otra salida, otra puerta, cualquier cosa. Mi corazón latía lleno de loca desesperación. Ese podía ser mi último día. Aquel hombre me seguía con una velocidad insospechada para alguien de su tamaño.
Llegué al final, y para mi suerte, había una puerta y no estaba cerrada con llave. Respirando algo más aliviada, aunque aún en alerta máxima, la atravesé, dirigiéndome hasta la calle principal, en busca de algún taxi. Crucé el callejón sin darme tiempo afijarme en nada más que no fueran las luces de la ciudad. Antes de llegar a la avenida, la oscuridad me sobrevino, la noche se hizo cerrada. Solo quedó el silencio.





Comments (1)

On 9 jun 2013, 11:20:00 , GodWolf dijo...

jajaja Me encanta Infinite xD Son únicos en todo y bueno el final esta muy interesante *_*