-Oh, oh, oh, oh, ooouuuoooohh!!!
Ante los gritos de Woohyung y
Sungkyu, y los saltos entusiastas de Sungjong y Dongwoo, Myungsoo fue a
sentarse en el sofá agotado, mientras seguía observándoles con una sonrisa.
Respirando algo más tranquilo, miró a su alrededor, y se dio cuenta de que
Sungyeol y Selene aún no habían vuelto. Sacó su móvil y consultó la hora: era
bastante tarde.
-Hoya-hyung, ¿han vuelto ya
Sungyeol y Selene? Hace mucho tiempo que se fueron, ¿no?
-Bueno, no tanto. Lo mismo se han
perdido… O sigue sin saber que canción elegir.-Murmuró Hoya riendo.
-Pero… ¿No deberían de haber
vuelto ya?-Murmuró Myungsoo, preocupado. Hoya se encogió de hombros.
-Ve a buscarles.-Acto seguido
alcanzó su vaso, y dando un gran trago, regresó a la acción con uno de sus
bailes.
“¿Debería?” pensó para sí mismo.
Por alguna razón estaba inquieto, se sentía nervioso. “Es una idiotez” se dijo,
negando con la cabeza y se mantuvo esperando allí, sentado, un rato más. Le
pidieron volver a cantar, pero su humor había decaído considerablemente, por lo
que se negó con una sonrisa, mientras continuaba atento, ojeando la puerta de
vez en cuando. Pero no regresaban. Ninguno de los dos.
Sin poder aguantar más el estar en
esa pequeña sala, salió un momento con la excusa de que iba al baño, bajo la
cual se escondía su verdadera razón: encontrar a aquellos dos.
Miró en los aseos, por si acaso,
pero como a sabía, no estaban allí, todo estaba vacío. Caminó raudo hasta la
entrada, y preguntó por ellos, que deberían haber pasado por allí a consultar
el listado completo de canciones.
-No, aquí no ha venido nadie a
preguntar. Lo siento.
-Y… ¿N-no hay otro sitio donde
consultarlo?
-No ¿ocurre algo?
-No, no pasa nada.-Myungsoo se dio
la vuelta, conteniendo el aliento. ¿Qué significaba eso?- P-pero, ¿está segura?
¿No ha salido nadie ni siquiera?
-Joven, llevo aquí cuatro horas
ya, y le puedo asegurar que nadie ha salido ni me ha preguntado nada.
–Chaqueando con la lengua, volvió su atención a la revista que estaba leyendo.
-Vale, gracias.-Miró hacia el
pasillo, que estaba vacío y se decidió.
Sin perder ni un momento más con
una conversación que no le conducía a ningún sitio, Myungsoo salió de allí,
dispuesto a buscar en el más recóndito rincón hasta encontrarles. Con el
corazón encogido recorrió todos los restaurantes, tiendas y clubs cercanos.
Pero no encontró nada. Les llamó incontables veces a sus móviles, pero tampoco
le sirvió de nada.
Continuó su búsqueda, sin darse
por vencido, preguntando a mujeres, hombres y niños por las calles, recorriendo
cada vez más lugares, sin encontrar ninguna señal. Simplemente habían
desaparecido. No estaban en el karaoke ni en los alrededores.
Se obligaba a sí mismo a pensar
cosas positivas, que quizá hubieran perdido el móvil… “¿Los dos?”… O tal vez
estarían en casa…”¿Sin avisar y sin contestar al teléfono?”… O a alguno de los
dos le había pasado algo y habían ido al hospital… “¿Y entonces no nos lo
habrían dicho enseguida? ¿Por qué no contestan entonces?” Se estaba volviendo
loco, no sabía a qué atenerse, qué podía haber pasado. ¿Dónde estaban? ¿Por qué
no aparecían? Se echó las manos a la cabeza, removiéndose el pelo, desesperado.
En ese mismo instante, su teléfono comenzó a sonar. Revivió a la velocidad del
rayo y descolgó con esperanza.
-¡¿Selene?!
-No, soy yo, Sungkyu. ¿Se puede
saber dónde te has metido? Ya hemos salido todos del karaoke.
-¿Todos? ¿Selene y Sungyeol están
ahí? –Preguntó agitado.
-Pues claro que… Espera.-Debía
estar mirando a su alrededor y contando las personas que veía.-…Cuatro… Somos
cinco. ¿Sabes algo de estos?
-¿No están con vosotros? ¿N-no
han… Regresado?
-Aquí somos los que somos. ¿Ha
pasado algo?... ¿Myungsoo?-Pero no recibió ningún tipo de contestación.
Al otro lado de la línea Myungsoo
temblaba, sin conseguir enfocar la vista en nada. Notaba su cuerpo frío y por
un momento, dejó de ser consciente de quién era, donde estaba o que hacía. “No
están”
-¿Myungsoo? ¿MYUNGSOO? ¿Dónde
estás? Vamos a por ti y hablamos un momento. Tranquilo.
Tragando saliva, consiguió
recuperar algo de humanidad y susurró la dirección a Sungkyu. Al cabo de un
rato llegaron allí los demás, corriendo, preocupados. Cuando encontraron a
Myungsoo, este estaba en un estado cercano a la catatonía. Les observó sin
fijar su mirada en ellos, atravesándoles sin verles. Todos se miraron entre sí
y cogiéndole de los brazos, le guiaron hasta el borde de la calle donde
pidieron dos taxis hasta su casa, intentando darle palabras de ánimo,
diciéndole que seguramente estarían allí ya y cosas parecidas.
Pero cuando llegaron, la casa
estaba vacía y todo seguía igual a cuando se fueron esa mañana. Myungsoo seguía
en una especie de shock. No quería pensar en nada, temía procesar cualquier
pensamiento, pues sabía que todo le causaría dolor. Le sentaron en un sillón en
el salón y todos procedieron a intentar contactar con Sungyeol o Selene. Fue
imposible. Llamaron también a los hospitales y clínicas de la ciudad, pero
nadie como ellos habían sido ingresados esa noche.
Dándose por vencidos, se sentaron
en el sofá con resoplidos y miradas asustadas. Aquello pareció despertar un
poco a Myungsoo que sonrió tristemente.
-No os preocupéis chicos… Y-ya se
sabrá algo…-Murmuró con la mirada perdida.
-Pero es muy raro, ¿no? Que
desaparezcan juntos, así como as- Sungjong fue cortado por todos sus hyungs que
le taparon la boca con las manos, lanzándole miradas de precaución. Dongwoo rio
nervioso.
-P-pero no tienen por qué estar en
un hotel, puede que simplemente…- Absolutamente todos volvieron sus ojos hacia
él, algunos con incredulidad, otros con horror.- Ahh… ¡No sé! Solo era una
idea… Tendría sentido. ¡Pero seguro que no es así!
Myungsoo ni siquiera había
barajado esa posibilidad. Realmente, no tenía ninguna explicación elaborada,
por eso mismo estaba perdiendo la cabeza. La probabilidad de aquella opción
hizo que su interior se revolviera. ¿Era posible? No lo creía, pero… Si no era
eso… Las demás posibilidades eran incluso peores. Nada pintaba bien en ese
asunto.
-¿De verdad creéis q-que… Están
juntos…?
-Bueno, han desaparecido los dos a
la vez. No es del todo impensable. Myungsoo… Nadie lo quiere creer, pero
entonces, ¿Qué ha sucedido?
-Bueno, pueden estar en un
hospital al que se nos haya pasado llamar…-Woohyun se obligó a callar al ver
como Myungsoo comenzaba a perder la cabeza.
Parecía al borde del desquicio.
Las imágenes que pasaban por su cabeza le estaban corroyendo como un ácido. Su
mejor amigo y su novia juntos, abrazados, en la intimidad de una habitación
oscura, acariciándose… O Selene sangrando en una aséptica cama de hospital,
perdiendo la partida al dolor… “No puede ser, no puede ser. Myungsoo, estás
delirando. Déjalo” Volvió a mirar la hora en su móvil, y comprobó que ya había
pasado la media noche y que no había ninguna notificación nueva. Seguían sin
dar señales. Cansado, no se inclinó a dejar de nuevo en la mesa el aparato, si
no que lo llevó con su poder hasta allí. Con eso, un pequeña parte de su
instinto se activó, dándole una respuesta de lo que podía haber había
pasado. Una posibilidad clara, que no por ello dejaba de ser la peor de todas.
“La han encontrado” Abrió los ojos como un loco y se puso de pie, inquieto. “La
han encontrado, se la han llevado” Con pasos rápidos, daba vueltas por el
salón, imaginando con claridad cómo habría sido la situación. Todo tenía
perfecto sentido, aunque ¿por qué se habrían llevado a Sungyeol? Myungsoo bufó
exasperado. ¿Qué se supone que debía hacer? “¿Cómo voy a encontrarla?” Tenía
que pensar todo muy bien, no podía permitir que la hicieran daño… “Si es que
aún está viva…” Agitó la cabeza, le costaba respirar.
-Chicos, en serio, necesito estar
solo por ahora…
-Pero Myungsoo, ¿vas a estar bien?
¿Estás seguro? –Él asintió, cansado.- No hagas nada peligroso. Supongo que ya
no podemos hacer nada más que avisar a la policía y esperar.-Myungsoo ni
siquiera escuchaba lo que decían, solo asentía y les acompañaba hasta la
puerta, como un autómata.
Cuando consiguió que salieran de
allí, intentó por todos los medios no pensar en nada, pero con cualquier
recordaba que estaba solo e inevitablemente su mente viajaba junto a Selene,
imaginándola en todo tipo de crueles y desagradables situaciones. Y él allí,
sin poder hacer nada… ¿Cómo iba quedarse así, sin hacer nada por ella? Se
sentía tan estúpido… Si solo hubiera ido él con ella a buscar la canción… “Que
absurdo. ¿Por qué soy tan idiota?” Con una desesperación latente y una locura
incipiente, se dejó llorar lo que quedaba de noche, incapaz de tomar la
resolución para salir fuera y continuar con su búsqueda sin rumbo. Era incapaz
de pensar algo que no fuera en lo estúpido que había sido y en lo que podía
estar sucediendo.
Quizá durmió, quizá no. Quizá solo
fueron pesadillas lo que vivió, o sus propios pensamientos. Tras una noche de
tinieblas y frío, el sol de la nueva mañana comenzó a iluminar tenuemente la
habitación. Con él, la ansiedad y los miedos, parecían adquirir otra
perspectiva. No se había movido del sillón, incapaz de movilizar su cuerpo
hundido en la miseria, hasta ese momento. Entonces, Myungsoo, aunque derrotado,
observó como el día surgía ante sus ojos, primero como si todo fuera ajeno a
él, como un fantasma; luego, poco a poco, fue recuperando vitalidad,
ascendiendo su razón y voluntad, venciendo a su debilidad.
Su despertar fue rápido, pues
enseguida su teléfono comenzó a sonar. Ponerse en pie fue el paso decisivo para
dejar sus dudas atrás, levantándose como un ser regenerado, decidido a
encontrar a Selene, aunque fuera lo último que hiciera. Myungsoo contestó
intentando mantenerse tranquilo, y contestando con voz calmada, pero al oír la
voz de Tao al otro lado de la línea, no pudo sino enfurecer.
-¿Qué quieres tú?
- Por favor, muestra un poco más
de formalidad.-Rio Tao.- No trates así a alguien superior.
-¿Superior?-Siseó entre dientes
Myungsoo.
-¿No crees que estás en una
situación un poco lamentable ahora mismo?-Continuó un jocoso Tao.
-¿Qué demonios estás diciendo?
-¡Ooh! ¿No la quieres volver a
ver? ¿No vas a venir a salvarla?-Tras un silencio, Zitao continuó: Anoche
susurraba tu nombre constantemente… ¿Verdad que sí?
Movió el teléfono, hasta que se
pudo oír una respiración entrecortada y débil, con un pequeño gemido de dolor y
un sollozo, pudo escuchar un suave “Myungsoo”, dicho por una voz que sonaba
enfermiza y febril. Selene.
-¿Selene? ¡Selene! ¿Dónde
estás?-La risa de Tao irrumpió con estrépito.- Dime dónde está.-Dijo con voz
amenazante.
-Lo sabrás, pronto lo sabrás.
Colgó, dejando a Myungsoo
enfurecido en su habitación. “Maldito cabrón…” No tuvo tiempo de pensar en nada
más, pues en ese mismo momento, sonaron varios golpes en su puerta. Se esperaba
a cualquier persona allí menos a quién fue.
Sungyeol estaba en el rellano,
mirándole con odio, como si fuera a abalanzarse sobre él para despedazarle en
cualquier momento.
-Myungsoo, no puedes ir. No voy a
permitirlo.
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