22# Gritaré tu nombre hasta quedarme mudo. ¿Dónde estás?
-Oh, oh, oh, oh, ooouuuoooohh!!!
Ante los gritos de Woohyung y Sungkyu, y los saltos entusiastas de Sungjong y Dongwoo, Myungsoo fue a sentarse en el sofá agotado, mientras seguía observándoles con una sonrisa. Respirando algo más tranquilo, miró a su alrededor, y se dio cuenta de que Sungyeol y Selene aún no habían vuelto. Sacó su móvil y consultó la hora: era bastante tarde.
-Hoya-hyung, ¿han vuelto ya Sungyeol y Selene? Hace mucho tiempo que se fueron, ¿no?
-Bueno, no tanto. Lo mismo se han perdido… O sigue sin saber que canción elegir.-Murmuró Hoya riendo.
-Pero… ¿No deberían de haber vuelto ya?-Murmuró Myungsoo, preocupado. Hoya se encogió de hombros.
-Ve a buscarles.-Acto seguido alcanzó su vaso, y dando un gran trago, regresó a la acción con uno de sus bailes.
“¿Debería?” pensó para sí mismo. Por alguna razón estaba inquieto, se sentía nervioso. “Es una idiotez” se dijo, negando con la cabeza y se mantuvo esperando allí, sentado, un rato más. Le pidieron volver a cantar, pero su humor había decaído considerablemente, por lo que se negó con una sonrisa, mientras continuaba atento, ojeando la puerta de vez en cuando. Pero no regresaban. Ninguno de los dos.
Sin poder aguantar más el estar en esa pequeña sala, salió un momento con la excusa de que iba al baño, bajo la cual se escondía su verdadera razón: encontrar a aquellos dos.
Miró en los aseos, por si acaso, pero como a sabía, no estaban allí, todo estaba vacío. Caminó raudo hasta la entrada, y preguntó por ellos, que deberían haber pasado por allí a consultar el listado completo de canciones.
-No, aquí no ha venido nadie a preguntar. Lo siento.
-Y… ¿N-no hay otro sitio donde consultarlo?
-No ¿ocurre algo?
-No, no pasa nada.-Myungsoo se dio la vuelta, conteniendo el aliento. ¿Qué significaba eso?- P-pero, ¿está segura? ¿No ha salido nadie ni siquiera?
-Joven, llevo aquí cuatro horas ya, y le puedo asegurar que nadie ha salido ni me ha preguntado nada. –Chaqueando con la lengua, volvió su atención a la revista que estaba leyendo.
-Vale, gracias.-Miró hacia el pasillo, que estaba vacío y se decidió.
Sin perder ni un momento más con una conversación que no le conducía a ningún sitio, Myungsoo salió de allí, dispuesto a buscar en el más recóndito rincón hasta encontrarles. Con el corazón encogido recorrió todos los restaurantes, tiendas y clubs cercanos. Pero no encontró nada. Les llamó incontables veces a sus móviles, pero tampoco le sirvió de nada. 

Continuó su búsqueda, sin darse por vencido, preguntando a mujeres, hombres y niños por las calles, recorriendo cada vez más lugares, sin encontrar ninguna señal. Simplemente habían desaparecido. No estaban en el karaoke ni en los alrededores.


Se obligaba a sí mismo a pensar cosas positivas, que quizá hubieran perdido el móvil… “¿Los dos?”… O tal vez estarían en casa…”¿Sin avisar y sin contestar al teléfono?”… O a alguno de los dos le había pasado algo y habían ido al hospital… “¿Y entonces no nos lo habrían dicho enseguida? ¿Por qué no contestan entonces?” Se estaba volviendo loco, no sabía a qué atenerse, qué podía haber pasado. ¿Dónde estaban? ¿Por qué no aparecían? Se echó las manos a la cabeza, removiéndose el pelo, desesperado. En ese mismo instante, su teléfono comenzó a sonar. Revivió a la velocidad del rayo y descolgó con esperanza.
-¡¿Selene?!
-No, soy yo, Sungkyu. ¿Se puede saber dónde te has metido? Ya hemos salido todos del karaoke.
-¿Todos? ¿Selene y Sungyeol están ahí? –Preguntó agitado.
-Pues claro que… Espera.-Debía estar mirando a su alrededor y contando las personas que veía.-…Cuatro… Somos cinco. ¿Sabes algo de estos?
-¿No están con vosotros? ¿N-no han… Regresado?
-Aquí somos los que somos. ¿Ha pasado algo?... ¿Myungsoo?-Pero no recibió ningún tipo de contestación.

Al otro lado de la línea Myungsoo temblaba, sin conseguir enfocar la vista en nada. Notaba su cuerpo frío y por un momento, dejó de ser consciente de quién era, donde estaba o que hacía. “No están”
-¿Myungsoo? ¿MYUNGSOO? ¿Dónde estás? Vamos a por ti y hablamos un momento. Tranquilo.
Tragando saliva, consiguió recuperar algo de humanidad y susurró la dirección a Sungkyu. Al cabo de un rato llegaron allí los demás, corriendo, preocupados. Cuando encontraron a Myungsoo, este estaba en un estado cercano a la catatonía. Les observó sin fijar su mirada en ellos, atravesándoles sin verles. Todos se miraron entre sí y cogiéndole de los brazos, le guiaron hasta el borde de la calle donde pidieron dos taxis hasta su casa, intentando darle palabras de ánimo, diciéndole que seguramente estarían allí ya y cosas parecidas.
Pero cuando llegaron, la casa estaba vacía y todo seguía igual a cuando se fueron esa mañana. Myungsoo seguía en una especie de shock. No quería pensar en nada, temía procesar cualquier pensamiento, pues sabía que todo le causaría dolor. Le sentaron en un sillón en el salón y todos procedieron a intentar contactar con Sungyeol o Selene. Fue imposible. Llamaron también a los hospitales y clínicas de la ciudad, pero nadie como ellos habían sido ingresados esa noche.
Dándose por vencidos, se sentaron en el sofá con resoplidos y miradas asustadas. Aquello pareció despertar un poco a Myungsoo que sonrió tristemente.
-No os preocupéis chicos… Y-ya se sabrá algo…-Murmuró con la mirada perdida.
-Pero es muy raro, ¿no? Que desaparezcan juntos, así como as- Sungjong fue cortado por todos sus hyungs que le taparon la boca con las manos, lanzándole miradas de precaución. Dongwoo rio nervioso.


-P-pero no tienen por qué estar en un hotel, puede que simplemente…- Absolutamente todos volvieron sus ojos hacia él, algunos con incredulidad, otros con horror.- Ahh… ¡No sé! Solo era una idea… Tendría sentido. ¡Pero seguro que no es así!
Myungsoo ni siquiera había barajado esa posibilidad. Realmente, no tenía ninguna explicación elaborada, por eso mismo estaba perdiendo la cabeza. La probabilidad de aquella opción hizo que su interior se revolviera. ¿Era posible? No lo creía, pero… Si no era eso… Las demás posibilidades eran incluso peores. Nada pintaba bien en ese asunto.
-¿De verdad creéis q-que… Están juntos…?
-Bueno, han desaparecido los dos a la vez. No es del todo impensable. Myungsoo… Nadie lo quiere creer, pero entonces, ¿Qué ha sucedido?
-Bueno, pueden estar en un hospital al que se nos haya pasado llamar…-Woohyun se obligó a callar al ver como Myungsoo comenzaba a perder la cabeza.
Parecía al borde del desquicio. Las imágenes que pasaban por su cabeza le estaban corroyendo como un ácido. Su mejor amigo y su novia juntos, abrazados, en la intimidad de una habitación oscura, acariciándose… O Selene sangrando en una aséptica cama de hospital, perdiendo la partida al dolor… “No puede ser, no puede ser. Myungsoo, estás delirando. Déjalo” Volvió a mirar la hora en su móvil, y comprobó que ya había pasado la media noche y que no había ninguna notificación nueva. Seguían sin dar señales. Cansado, no se inclinó a dejar de nuevo en la mesa el aparato, si no que lo llevó con su poder hasta allí. Con eso, un pequeña parte de su instinto se activó, dándole una respuesta de lo que podía haber había pasado. Una posibilidad clara, que no por ello dejaba de ser la peor de todas. “La han encontrado” Abrió los ojos como un loco y se puso de pie, inquieto. “La han encontrado, se la han llevado” Con pasos rápidos, daba vueltas por el salón, imaginando con claridad cómo habría sido la situación. Todo tenía perfecto sentido, aunque ¿por qué se habrían llevado a Sungyeol? Myungsoo bufó exasperado. ¿Qué se supone que debía hacer? “¿Cómo voy a encontrarla?” Tenía que pensar todo muy bien, no podía permitir que la hicieran daño… “Si es que aún está viva…” Agitó la cabeza, le costaba respirar.
-Chicos, en serio, necesito estar solo por ahora…
-Pero Myungsoo, ¿vas a estar bien? ¿Estás seguro? –Él asintió, cansado.- No hagas nada peligroso. Supongo que ya no podemos hacer nada más que avisar a la policía y esperar.-Myungsoo ni siquiera escuchaba lo que decían, solo asentía y les acompañaba hasta la puerta, como un autómata.
Cuando consiguió que salieran de allí, intentó por todos los medios no pensar en nada, pero con cualquier recordaba que estaba solo e inevitablemente su mente viajaba junto a Selene, imaginándola en todo tipo de crueles y desagradables situaciones. Y él allí, sin poder hacer nada… ¿Cómo iba quedarse así, sin hacer nada por ella? Se sentía tan estúpido… Si solo hubiera ido él con ella a buscar la canción… “Que absurdo. ¿Por qué soy tan idiota?” Con una desesperación latente y una locura incipiente, se dejó llorar lo que quedaba de noche, incapaz de tomar la resolución para salir fuera y continuar con su búsqueda sin rumbo. Era incapaz de pensar algo que no fuera en lo estúpido que había sido y en lo que podía estar sucediendo.
Quizá durmió, quizá no. Quizá solo fueron pesadillas lo que vivió, o sus propios pensamientos. Tras una noche de tinieblas y frío, el sol de la nueva mañana comenzó a iluminar tenuemente la habitación. Con él, la ansiedad y los miedos, parecían adquirir otra perspectiva. No se había movido del sillón, incapaz de movilizar su cuerpo hundido en la miseria, hasta ese momento. Entonces, Myungsoo, aunque derrotado, observó como el día surgía ante sus ojos, primero como si todo fuera ajeno a él, como un fantasma; luego, poco a poco, fue recuperando vitalidad, ascendiendo su razón y voluntad, venciendo a su debilidad.
Su despertar fue rápido, pues enseguida su teléfono comenzó a sonar. Ponerse en pie fue el paso decisivo para dejar sus dudas atrás, levantándose como un ser regenerado, decidido a encontrar a Selene, aunque fuera lo último que hiciera. Myungsoo contestó intentando mantenerse tranquilo, y contestando con voz calmada, pero al oír la voz de Tao al otro lado de la línea, no pudo sino enfurecer.


-¿Qué quieres tú?
- Por favor, muestra un poco más de formalidad.-Rio Tao.- No trates así a alguien superior.
-¿Superior?-Siseó entre dientes Myungsoo.
-¿No crees que estás en una situación un poco lamentable ahora mismo?-Continuó un jocoso Tao.
-¿Qué demonios estás diciendo?
-¡Ooh! ¿No la quieres volver a ver? ¿No vas a venir a salvarla?-Tras un silencio, Zitao continuó: Anoche susurraba tu nombre constantemente… ¿Verdad que sí?
Movió el teléfono, hasta que se pudo oír una respiración entrecortada y débil, con un pequeño gemido de dolor y un sollozo, pudo escuchar un suave “Myungsoo”, dicho por una voz que sonaba enfermiza y febril. Selene.
-¿Selene? ¡Selene! ¿Dónde estás?-La risa de Tao irrumpió con estrépito.- Dime dónde está.-Dijo con voz amenazante.
-Lo sabrás, pronto lo sabrás.



Colgó, dejando a Myungsoo enfurecido en su habitación. “Maldito cabrón…” No tuvo tiempo de pensar en nada más, pues en ese mismo momento, sonaron varios golpes en su puerta. Se esperaba a cualquier persona allí menos a quién fue.
Sungyeol estaba en el rellano, mirándole con odio, como si fuera a abalanzarse sobre él para despedazarle en cualquier momento.
-Myungsoo, no puedes ir. No voy a permitirlo.




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