El sabor agrio del refresco recorría la garganta de Ryosuke, achinó sus ojos al terminar el sorbo.
-Si no te gusta ¿Por qué te lo pides de limón?- Sora dejó escapar una carcajada.
-Si me gusta, adoro el limón, pero eso no quita que esté fuerte- Sonrió levemente.
-Que chico más raro eres- Dio un sorbo a su refresco de fresa. Levantó su mano para que la joven chica vestida de sirvienta les dijera cuánto debían pagar. Una vez entregado el dinero se levantaron saliendo de aquel local.
El clima de ese día era estupendo para dar una vuelta por la calle, hacía calor pero una brisa fresca que se mantenía casi todo el tiempo lo solucionaba. Sora echó el pelo hacia atrás mientras admiraba el inmenso cielo azul. Luego dirigió sus ojos a Ryosuke. La mirada del rubio combinado con su blanca sonrisa hizo que Ryosuke se excitara escasamente, aún así, si se sonrojó.
-Ryo ¿Qué quieres que hagamos ahora?- Hinchó sus mofletes mostrando así aquel dulce botín que tenía guardado.
-Eto...- No le salían las palabras, aquel chico lo estaba poniendo malo. "¿Por qué me recuerda tanto a Kyo?" Sus pensamientos mostraban la verdadera preocupación, aquel chico se parecía a Kyo en ciertos aspectos. Esa capacidad tan fácil de dejar de ser sexy a ser un niño dulce. Ryosuke se rascó la cabeza, si había algo que le provocara nerviosismo de verdad, era cada vez que veía que los labios de aquel joven pronunciaban "Ryo"
-¡Se me ha ocurrido algo!- Exclamó Sora mientras cogía de la mano a Ryosuke y lo llevaba a algún sitio.
-¿A dónde vamos?- Dijo mientras Sora le dirigía, este volteó su cabeza y le respondió.
-¡A una tienda!- Estaba realmente emocionado.
Corrieron por las calles hasta llegar a una extraña tienda que Ryosuke no había visto en su vida. Se detuvieron en la entrada. Observaron la tienda de arriba a abajo, Ryo no pudo averiguar qué clase de tienda era, lo descubriría al entrar. Dentro del local tan solo pudo abrir sus ojos lo máximo que pudo. Cierta vergüenza se apoderó de su cuerpo y la sangre subió a su cabeza, cosa que le alegró ya que Sora lo había llevado a una tienda llena de porno.
-So... so..- No le salían más silabas, Sora sonrió con cierta malicia, agarró a Ryosuke de la mano y lo llevó hacia una zona específica. Esta vez la mente de Ryo se nubló debido a las confusiones. ¿Qué trataba Sora? Lo había conocido hace poco y se habían hecho buenos amigos, pero... ¿Por qué la zona homosexual?



El viento provocaba un bonito movimiento en el sedoso pelo de Hikari. Caminaba con calma, observando hasta el mínimo detalle de todo lo que la rodeaba. Ver a los niños corretear le alegraba. Pensaba en cuándo le llegaría a ella la hora de ver a su hijo corriendo. Sus ojos se iluminaron. Pasó por al lado de una tienda, le pareció ver algo, así que retrocedió. Justo al hacerlo Kiyoshi salió por la puerta.
-Anda, que sorpresa Hikari- Levantó su mano saludando.
-¡Hola Kiyoshi!- Como siempre, la reverencia no podía faltar.
-¿Qué has comprado?- Se percató de la bolsa de color marrón que llevaba en una de sus manos.
-¡Ah! ¿Esto?- No sabía a qué se refería - Pues... un regalo- Se sonrojó dulcemente.
-¿Para quién?- Guiñó un ojo -¡Un novio!- Exageró la cara de sorpresa en son de burla.
-Es para... Kyo- Lo soltó como quien no quería la cosa.
-¿Kyo?- Esta vez sí estaba sorprendido
-Sí...- Agachó su cabeza para ocultar la vergüenza.
-¿Qué le has comprado?- Miró con ternura a Hikari.
-Un peluche de un lobo...- Aquello le provocó más timidez.
-¿Un peluche? ¿A Kyo?- No pudo aguantar la risa.
-¡Ah! ¿He hecho mal?- Se puso completamente loca - ¡He metido la pata!- Se golpeó a sí misma.
-¡No! Para...- La cogió de los brazos, Hikari le miró a los ojos ruborizada. -Le va a encantar- La sonrisa de Kiyoshi la calmó.
-¿En serio? ¿Entonces le gustan los peluches?- Se emocionó. Kiyoshi suspiró.
-Más o menos sí- Se puso nervioso- Más bien tú- Musitó en voz demasiado baja como para que Hikari escuchara algo. -Por cierto ¿Cómo supiste que el lobo era su animal favorito?- Rascó su cabeza.
-¡Lo adiviné! En el fondo no es muy distinto de ellos, además, odia a los felinos y no le entusiasman los perros, sólo quedaba el lobo- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Kiyoshi se golpeó la frente con la palma -¿Sabes que hay más animales en el mundo no?- No pudo contener aquella expresión de "Eres tontita"
-¡Sí! ¿Pero a que he acertado?- Hizo con su mano el gesto de victoria.
 -La verdad es que sí, has acertado- Se rieron los dos juntos.



La casa nueva de Kyo ya estaba montada. Nadie se hubiera imaginado que tardarían tan poco. Era una casa sencilla, con los muebles justos y las paredes blancas y grises. No hacía falta encender ninguna luz cuando era de día porque las ventanas estaban en la posición perfecta y la luz del sol entraba a la perfección. Los rayos de luz junto a la pared blanca provocaban cierta magia en aquella casa que la hacía verse más bonita.
Kyo estaba tirado en el sofá durmiendo la siesta, la baba se le caía por el lateral hasta que el timbre sonó provocando que se levantara de un impulso. Como un zombi caminó hacia la puerta, estaba encorvado cuando la abrió y se encontró con la sonrisa de Hikari. Cerró de golpe.
No sabía dónde meterse, su expresión de preocupación se extendió paralizando todo su cuerpo. Se peinó como pudo, se secó la parte mojada por la saliva, comprobó su aliento y se giró a abrir golpeándose con la puerta. Conforme abrió recibió un bolsazo de Hikari.
-¡ERES IMBECIL O QUE! ¡CERRANDOME LA PUERTA! ¡IDIOTA!- Después del golpe entró sin permiso alguno y se sentó en el sofá. Seguido de un grito se levantó -¡Esto esta mojado!- Dijo asqueada.
Kyo se arrodilló en el suelo y suspiró. Se puso colorado al instante. Al levantar su mirada vio lo que más se temía -¡NO LO HUELAS HIKARI!- Aquella frase fue continuada por un grito de Hikari.
Pasó un tiempo hasta que Hikari decidió a darle el regalo.
-¿Qué es esto?- Dijo Kyo cogiendo la bolsa.
-Un regalo- Se encogió
Kyo no puso mucho entusiasmo en sacar el regalo de la bolsa y menos en desenvolverlo, no quería parecer un blandengue emocionado por ese tipo de cosas. Cuando quitó el último trozo de papel se quedó paralizado mirando el peluche.
-¿Pasa algo? ¿No te gusta?- Estaba atemorizada
A Kyo se le iluminaron los ojos, acarició el peluche. Miró tiernamente a Hikari, sus ojos reflejaban un fuerte sentimiento, era difícil saber cuál, hasta que sonrió, aquella sonrisa sincera detalló más la expresión de su mirada, unos ojos de enamorado.
-Me encanta- Seguía observándola de arriba a abajo, no comprendía ciertas cosas que estaba pensando en ese momento. ¿Por qué era tan guapa? Le gustaba todo de ella, su nariz, sus ojos, sus labios ¡Oh sí! Aquellos labios que quería hacer suyos. Tenía que contener las ganas que tenía de acariciarle el rostro, de tocarle el pelo, de besarla y amarla todo el día. Aun se preguntaba el por qué alguien tan tonta como ella le enloquecía de esa manera, por qué cada gesto de Hikari le hacía temblar y por qué ansiaba tanto protegerla, librarla de todo mal en el mundo. Porque alguien tan buena como ella se merecía que la hicieran feliz.
-Oh me alegra- No estaba muy convencida de que le gustara hasta que vio que una lágrima recorría aquella mejilla blanca del chico que tenía delante. Conforme se percató de ese detalle fue a abrir la boca para decirle unas palabras, pero Kyo la abrazó antes.
-Gracias... Es mi animal favorito- Sonrió apoyado en el hombro de la chica que amaba.



-¿Que le llevaste a la sección homosexual de una tienda porno?- Preguntó Mei mientras reía como una loca.
-Sí, me dijiste que era gay- Soltó una carcajada
-Sí, pero no era necesario que hicieras eso ¿O es que buscas probar experiencias nuevas?- Se burló de él.
-¿Quien te dice que no las haya probado ya?- Miró con lujuria a Mei.
-No me extrañaría- Mientras decía estas palabras Sora la agarró por la cintura.
-Pero ahora prefiero probar otras cosas- Mordió la oreja de Mei. Esta lo apartó
-Ya lo has probado y será la última vez- Sonrió mientras caminaba hacia la silla dejando atrás a Sora.
-¿Qué buscas con esto Mei?- Se puso serio de un momento a otro.
-¿Qué busco? No... Mejor di ¿Qué vas a conseguir?- Se sentó y cruzó sus piernas.
-No entiendo por qué me llamas para que me haga amigo de ese chico- Al fin y al cabo quería encontrar motivos para lo que hacía.
-Se podría decir que lo que busco tiene que ver con ese chico. Todos están conectados ¿Sabes? Todos los corazones están unidos por una especie de hilo... En cambio yo estoy fuera de esa conexión cuando mi corazón quiere conectarse al de una de esas personas. ¿Qué pasa si cortamos el hilo que los une?- Acariciaba su suave pelo.
-¿Que se rompen las relaciones?-  Sora dijo la respuesta más sensata
-Buena respuesta, pero no. Que se mueren. Esos corazones viven entre ellos, si los dejamos morir yo podré revivir al que me interesa- Sonrió con cierta crueldad.

3 semanas más tarde...

Comments (1)

On 18 jun 2013, 15:52:00 , YoH dijo...

ME ENCANTA XD Y más los momentazos:
- Refresco de limón jajaja
- Regalo del peluche *0* Ayy eso me trae recuerdos xD
- LA TIENDA PORNO XDD EN SERIO, ME MEO MUCHO IMAGINANDO ESA ESCENA!!