Canción 9: A Beautiful Lie
[Enlace a la canción en el título]
Ashley escuchó como
Lillium se levantaba de la cama, se vestía y se marchaba. Ashley siguió
acostado hasta que escuchó cómo se cerraba la puerta principal de la casa,
esperó un poco más para cerciorarse de que se había ido y se levantó de la
cama. Al salir del cuarto pudo observar el destrozo que habían hecho la noche
pasada y no pudo evitar sonreír. Había estado bien, mejor que bien. Había sido
el mejor polvo de su vida, tanto, que la noche pasada había olvidado el motivo
por el cual había accedido a ir a esa casa. Debía investigar a Lillium para
poder descubrir algo de lo que le pasaba.
Bajó hasta la cocina y
allí encontró una pequeña nota:
A mi chico rebelde:
Me he ido a trabajar, ya
sabes ha surgido una emergencia. Como se que posiblemente no estarás aquí
cuando vuelva quiero decirte una cosa. Esta noche, estabas precioso todo
indefenso debajo de mí. Sé que te gustó y sé que quieres repetir. Yo también.
Hasta la próxima
Lillium
PD: Se que me mirabas
mientras me cambiaba, ¿te gustó lo que viste?
Ashley la leyó divertido,
ese maldito policía estaba muy pagado de sí mismo. Pero la nota le era útil, al
parecer iba a pasar bastante rato fuera. Pero le resultaba extraño que hubiese
dejado la casa así de desprotegida, al fin y al cabo, Ashley no era más que un
simple extraño. Pero no iba a dejar pasar esa ocasión, debía actuar. Pero
primero... Debía vestirse, no le agradaba la idea de buscar pistas sobre
misterios sobrenaturales sin nada encima. Encontró su ropa por allí tirada y se
la puso rápidamente, luego volvió al cuarto y empezó a buscar.
Abrió todos los muebles de
aspecto antiguo que encontró y miró en su interior pero no pudo encontrar algo
fuera de lo normal así que se dirigió a una de las habitaciones donde aún no
había entrado. Se encontró con el baño, que al igual que el resto de la casa
tenía un aspecto antiguo. Lo usó y luego investigó, tal vez hubiera algo
escondido en el lugar menos sospechado. Pero tampoco encontró nada. Dejó esa
habitación y siguió inspeccionando una a una todas las habitaciones de la casa
hasta que cuando ya se iba a dar por vencido encontró una puerta cerrada con
llave. “Qué curioso. Ninguna de las otras puertas estaba cerrada. Seguro que
hay algo interesante dentro.” Entonces Ashley volvió a la cocina, donde estaba
su maleta, y se hizo con unas horquillas que había metido allí por si se daba
esa situación. Sus años en el orfanato le habían enseñado como forzar
cerraduras básicas, y una puerta de interiores no solía tener un cerrojo muy
complicado. Volvió a esa parte de la casa e intentó abrir la puerta con sus
habilidades, no le costó mucho forzar la cerradura hasta escuchar el suave click que indicaba que se había abierto.
La puerta se abrió con un
chirrido, como si no hubiese sido usada desde hacía mucho tiempo. Ashley trago
saliva y se adentró en esa habitación. Lo que encontró lo sorprendió
extrañamente. Se trataba de otro dormitorio, uno con una cama individual y
muebles antiguos y polvorientos. Encima de estos se encontraban diversas
fotografías y retratos. Ashley se acercó a ellos y cogió uno de los retratos,
era un oleo de dimensiones pequeñas en el que había pintadas dos personas
vestidas con ropas antiguas. Uno lo reconoció de inmediato, alto de pelo negro
y ojos violeta, era Lillium. La figura que estaba pintada junto a él era un chico
joven y rubio, de aspecto aniñado, a Ashley le sonaba haber visto su cara en
algún sitio pero en ese momento no lo recordaba exactamente. Entonces se fijó
en un detalle del cuadro, estaba firmado por su autor (un tal Ricardo) y
fechaba en 1754. Incapaz de creérselo completamente Ashley empezó a revisar
cada retrato y cada foto, y observó que eran de épocas diferentes. Que iban
desde el renacimiento hasta el siglo XIX y en todas aparecían esas dos figuras.
Lillium y el chico rubio.
Un suave estremecimiento
invadió a Ashley, y la sensación de triunfo le inundó. Había tenido razón todo
este tiempo y allí estaba la prueba. Lillium no era algo natural y investigando
más acerca de él encontraría respuestas a sus visiones. Pero, a la vez, le
inundó una extraña sensación de rabia. Rabia contra ese chico joven y rubio que
acompañaba a Lillium en todos esos retratos. ¿Quién era? ¿Por qué parecían tan
felices en esas fotos¿ Entonces, decidido a seguir investigando en ese cuarto
depositó, otra vez, la foto que había tomado en su sitio y de repente, las
piernas le fallaron. En ese mismo momento un remolino de imágenes le volvió a
inundar la cabeza, siempre con aquellos dos protagonistas y siempre
sangrientas.
-
AHHHHHH!- Gritó Ashley incapaz de aguantar toda esa presión en su
cabeza. Entonces los cristales que protegían las fotos se rompieron y algunos
objetos salieron despedidos. Incapaz de soportar por más tiempo ese fluido de
imágenes e inconsciente de lo que pasaba a su alrededor, Ashley se desplomó en
el suelo, inconsciente.
Gabriel había seguido a
Demian hasta que ambos llegaron a una especie de despacho. Un lugar bastante
formal a diferencia del resto del
Bahamut. Demian se sentó y lo miró seriamente, mientras Gabriel tomaba asiento
y esperaba pacientemente a que el otro le diera respuestas acerca de las dos
cosas que le ocupaban: los asesinatos y Lillium.
-
Está bien Gabriel, buscas respuestas y aquí puedes encontrar algunas.
Pero… antes que nada debo hacerte una pregunta, dependiendo de lo que me
respondas te contaré lo que se o no ¿Estás de acuerdo?
-
Sí.
-
¡Ah y otra cosa! Todo lo que te cuente, si lo hago, valdrá un
precio.
-
Tengo dinero.- Respondió Gabriel, a lo que el pelirrojo respondió
con una suave carcajada.
-
Te aseguro que yo más. No Gabriel, yo no cobro con dinero. Cobro
con favores.
-
Entonces, te deberé un favor.
-
Eso me gusta más.- Dijo Demian sonriendo. Cuando Demian sonreía se
le hacían hoyuelos en las mejillas que le daban un toque todavía más infantil,
Gabriel se preguntó acerca de su edad, aparentaba 14 pero eso tenía que ser
imposible. Una persona de 14 años no puede dirigir el Bahamut. Era imposible. Pero
había algo en sus ojos, que denotaba una gran confianza en sí mismo. Como si
supiera todas las respuestas a todas las posibles preguntas de Gabriel.
-
Ok aquí la pregunta. ¿Crees en lo sobrenatural?- Gabriel se quedó
seco, esa pregunta significaba que ese chico realmente sabía cosas. Porque
estaba claro que las visiones de Ashley no eran nada normales, así que sin
vacilar respondió- Creo, que hay cosas que actualmente no podemos explicar.
-
Entonces… ¿esperas poder explicarlas alguna vez?
-
No, creo que no estoy preparado para eso. Lo que quiero es darles
sentido para que no molesten a mis amigos.
-
Interesante respuesta… cuéntame tu historia. Cuéntame porque
quieres saber del agente Lillium.
Y Gabriel le explicó a ese completo desconocido lo que le había
estado atormentando esos días. Sin nombrar el nombre de Ashley, contó que uno
de sus mejores amigos había experimentado visiones lo suficientemente claras de
los asesinatos. Que esas visiones estaban yendo a peor y que podían llegar a
interrumpir con su vida normal. Le describió también el rostro aterrorizado de
su amigo y su deseo de ayudarle. Cuando Gabriel terminó su relato Demian
suspiró y sonrió.
-
Desde que lo vi por primera vez supe que Ashley tenía demasiado
poder como poder controlarlo por si solo sin adiestramiento.
-
Entonces tú sabías…
-
Supe que venías para ayudar a Ashley desde el principio, lo que me
sorprendió fue la mención de Lillium. Tú amigo “vio” algo que no debía, la
verdad. Te voy a contar todo lo que se.
-
Gracias.
-
Lillium es un ser sobrenatural de una raza bastante poderosa, se
alimentan del miedo humano. Su especie pactó hace tiempo con la raza humana.
-
Espera, espera, espera… Me estás diciendo que ese tío es… ¿un
dementor?
Demian estalló en risas.- ¡Pero cuánto daño ha hecho Harry Potter!
Jajaja, Dios, sí podríamos decir que es un dementor. Aunque su raza existió
mucho antes que ese libro, en la antigüedad se les llamaba clamate que significa grito en latín. Por el hecho de que sus
víctimas siempre tenían la expresión de haber estado gritando en sus rostros
muertos.
-
¿Qué decías antes de lo del pacto?
-
Esa especie es poderosa, pero son pocos en comparación a los
humanos. Para el beneficio de ambas, hace tiempo pactaron con los humanos. Sólo
se alimentarían de criminales, así el gobierno no se ve implicado y la tasa de
criminalidad baja.
-
¿Me estás diciendo que seres sobrenaturales andan por la calle
matando a gente? Y que el gobierno lo sabe.
-
Exacto.
-
No puedo creérmelo, es demasiado surrealista.
-
Mi querido Gabriel, estás rodeado de hechos sobrenaturales. Por
ahora solo has notado a tu amigo Ashley… Pero pronto vendrás a mí por otros
asuntos.
-
¿Y tú que se supone que eres? Pareces tener 14 años pero hay algo
en ti que no encaja.
-
Oh vaya, me siento halagado de que me digas que parezco tan joven.
Realmente tengo 932 años.
-
No puede ser verdad…
-
Me presentaré otra vez, mi nombre es Demian propietario del
Bahamut y un sencillo hechicero inmoral.
-
Dame un segundo.- Gabriel debía estar volvíendose loco, lo que
decía ese chico NO PODÍA SER VERDAD, era demasiado fantasiso. Demasiado sacado
de alguna novela de esas que tanto gustan ahora. ¿Dementores, hechiceros? ¿Qué
vendría ahora superhéroes? Y sin embargo no podía negar la veracidad de las
cosas extrañas que estaban aconteciendo a su vida. Era como si todo lo que
había vivido hasta ese preciso momento no hubiera sido más que una hermosa
mentira y que en ese momento se estaba quitando una venda de los ojos. Así que
cuando pronunció esas palabras, tuvo la certeza de que su mundo a partir de ese
momento iba a cambiar para siempre- te creo. Ahora háblame de cómo puedo ayudar
a mi amigo.
Cuando Violet se cansó de tocar la guitarra ya casi estaba
amaneciendo. Otra noche que había pasado sin dormir. Pero en ese momento se
encontraba totalmente fresca, cargada de energía. No le estaba dando demasiada
importancia al hecho de que se estuviera convirtiendo en algo parecido a “super
woman” día tras día. No lo hacía porque su cerebro parecía estar encajando
algunas cosas, y sabía que al final todo tendría sentido. Era extraño, pero no
se encontraba asustada, era como si lo que le estaba pasando ya le hubiera
pasado mil veces antes. Totalmente despierta se levantó, cogió su ipod y fue a
correr. Nunca había ido a correr, pero en ese momento le apetecía. Corrió y
corrió mientras escuchaba los acordes de guitarra de su adorado Synyster Gates
(su guitarrista favorito) por las calles de la ciudad. Se sentía libre y en paz
cuando de repente vió algo con el rabillo del ojo que la sorprendió. En un
callejón bastante apartado había un hombre que parecía estar intentando forzar
a una mujer. Se acercó hasta poder oírles, y vio que no estaba equivocada. ¡UNA
VIOLACIÓN EN MEDIO DE LA CALLE! Tenía que llamar a la policía, pero antes de
que se diera cuenta su cuerpo se había puesto en marcha. Había agarrado al hombre
y lo había tumbado al suelo con una llave de no sabía qué arte marcial. El
hombre se levantó y empezó a correr, tuvo la intención de seguirle pero la cara
de la chica la hizo detenerse. Le tendió la mano para ayudarla a levantarse.
-
¿Estás bien?
-
Sí, gracias a ti… Tenía tanto miedo…
-
Vamos a un hospital, para que se aseguren que estás bien.- La
chica asintió.
Mientras la acompañaba hasta el hospital un pensamiento extraño
cruzó la mente de Violet “la próxima vez mi presa no escapará”.
-
Dicen que la curiosidad mató al gato mi querido chico rebelde.-
Dijo una voz fría al oído de Ashley. Este abrió los ojos de repente. Seguía en
la sala donde se había desplomado, había cristales por los suelos y todos los
muebles estaban destrozados.
-
¿Qué ha pasado?
-
Pasa que te has descontrolado mientras espiabas en el pasado de
las otras personas.- Respondió fríamente Lillium que se encontraba justo en la
entrada de la habitación.
-
¿Me estás diciendo que yo he hecho esto?
-
Sí, y también has entrado en una sala cerrada. Cosa que no
deberías haber hecho. Pero te perdono por ser adorable.
-
Lillium explícate, enserio. Primero descubro que eres inmortal,
que eres el asesino de Florencia y ahora me estás jodiendo.
-
Sabes que podría matarte por saber demasiado.
-
Sí quisieras hacerlo ya no estaría respirando, no me jodas y
explícate. Porque estoy hasta los huevos de estas mierdas que me pasan.
-
Ese vocabulario…
-
¡Hablo como me da la puta gana!
Está
bien cálmate. Vamos al salón a hablar… Es una larga historia.
Comments (1)
Me ha encantado muchísimo este capítulo *_* Ya se van descubriendo verdades y me tienes enamorado de todos jajaj