14# Traición, celos, furia y helado.
Volví a mirar detrás de mí, sin ver a nadie de nuevo y continué avanzando. Había estado en alerta constante desde que abandoné la casa, con los poderes activados, escuchando, oliendo y viendo más allá, teniendo cuidado de que nadie me siguiera, ni se fijara demasiado en mí. Crucé varias calles y giré en la esquina a la derecha. Ahora tenía que estar totalmente concentrada. Entré en una pequeña tienda y me dispuse a expandir mi vista y oído hasta la cafetería que conocía tan bien.
Allí estaba Nana… Pero no estaba sola. Un hombre fuerte y grande estaba sentado enfrente de ella, mirándola seriamente. No me lo podía creer, ¿qué estaba haciendo? ¿Venían a por mí? Con la respiración agitada, y temiéndome lo peor, me dispuse a escuchar lo que estaba contando Nana tan alegremente a juzgar por sus expresiones y aspavientos.
-“Parece increíble que la vayamos a atrapar con tanta facilidad, ¿eh?”-Se me paró el corazón. ¿Qué… Qué estaba diciendo? Tragando saliva y cerrando los ojos, me dispuse a escuchar un poco más, sin querer encontrar sentido a lo que oía.- “Viene, la detenemos, y nos la llevamos con nosotros para hacerle las pruebas.”
Me quedé momentáneamente en shock, seguía oyéndola hablar, pero ya no escuchaba lo que decía. “No… No puede ser”. Me llevé las manos a ambos lados de la cara, negando en silencio. No podía ser real, no podía… Había confiado en Nana…. ¿Para eso? ¿Para qué me fuera a vender tan fácilmente? Salí de la tienda antes de que alguien pudiera ver mis lágrimas. Corrí en dirección contraria, alejándome de allí, mientras las palabras que había escuchado se repetían en mi cabeza sin cesar. “Viene, la detenemos y…” “…atrapar con tanta facilidad, ¿eh?” “nos la llevamos con nosotros…”
Solo me permitía pensar en llegar a casa y olvidarlo todo, no recordar nada, ver a Myungsoo y abrazarme a él, o bien esconderme bajo las sábanas de la cama, dejando la música sonar a todo volumen. Todo lo demás no me importaba, no quería que me importara. Agité la cabeza, y aceleré el paso. No veía el momento de llegar y dejar todo en la calle, detrás de mí. Vi el semáforo en verde, y me apresuré a cruzar, sin fijarme en que estaba parpadeando y cambió a rojo enseguida.
Podía escuchar los estruendosos motores de los coches muy cerca, pero no caí en la cuenta de mi acto casi suicida hasta que alguien me cogió de la cintura y tirando de mí con fuerza me obligó a retroceder rápidamente, salvando mi vida. Cuando me soltó, exhalé fuertemente, sorprendida aún. Suspiré y fui a darle las gracias.
-Gra… Gracias.- Tartamudeé asombrada por lo bien parecido que era el hombre que me había rescatado, y por el familiar color de sus ojos. Negros como una noche sin luna.
Él sonrió y luego, mirándome de arriba abajo, frunció el entrecejo.
-Estás bien, ¿no? –Asentí mirando al suelo.- Me alegro.-Dijo sonriendo.- Entonces no me lo agradezcas así, déjame invitarte a algo. -Le miré sorprendida, y comencé a agitar la cabeza.
-No, no, no hace falta, muchas gracias… Pero debo irme. –Me incliné para reverenciarle y… Me agarró de la muñeca antes de que pudiera cruzar la calle.
-No pasa nada, solo déjame invitarte.- Llevó un dedo hasta mi párpado inferior, limpiando algunas lágrimas que aún no habían secado.- Sé de algo que te pondrá de buen humor. ¿Quieres un helado? –Volví a negar.- ¿Y qué me dices de un helado de chocolate? ¿Eh? Agradéceme que te haya salvado, deja que te lo compre, solo será un momento y además necesitas reponerte del susto… Y tengo hambre.
-Bueno, pero es que…
Sin poder decir algo más, me llevó a la heladería que había justo enfrente y me compró un enorme helado de chocolate con avellanas. Me mordí el labio, avergonzada.
-Gracias.

Respiré hondo, y evité pensar en nada, aunque inevitablemente la escena seguía dando vueltas en mi cabeza. Nana y aquel hombre… Iban a por mí…

-Y dime, ¿cómo te llamas?-Di un respingo, sorprendida, pero agradecida de que me sacara de mis pensamientos.


-Selene Ariza.
-Yo me llamo Zitao Huang, pero puedes llamarme Tao.
Seguidamente cogió mi mano y la estrechó con fuerza. Parecía realmente entusiasmado por alguna razón. Me hizo sonreír.
-Encantada, Tao.-Murmuré cálidamente. Él me miró con brillos en sus ojos, luego comenzó a reír.- ¿Qué… Qué pasa?
-Eres tan graciosa pronunciando mi nombre… ¿De dónde eres?
-De España. Vine hace cuatro años… Creía que lo había pronunciado bien.-Murmuré lo último con cara confusa.
-Sí, sí, es solo que… Es curioso oírtelo decir.-Se encogió de hombros.- Come, come, no te cortes por que esté aquí, sé que estás deseando probarlo.-Asentí avergonzada. Justamente estaba pensando en el helado.-Así que España… Estuve allí unos meses cuando era más pequeño, visitando unos antiguos compañeros de trabajo de mi padre. Fue increíble.
-¿En serio?-Pregunté con la boca llena de chocolate. Tragué y continué ilusionada: ¿Y eso? ¿Qué te pareció?
-Era muy interesante. Muy bonita, recuerdo que había muchos árboles y parques y casas con unas fachadas… Además la gente me pareció muy alegre y las chicas…-Murmuró sonrojado.- Eran muy guapas.-Casi me atraganté con el helado con una carcajada que quiso salir de mi boca. “Me lo tomaré como un elogio. Gracias” pensé divertida.-No es nada. No eran tan hermosas como tú.
Le miré entre sorprendida y asustada. “¿Cómo..?” ¿Había sabido lo que pensaba? No era posible, ¿no? Agité la cabeza y suspiré. Mi cerebro ya no procesaba bien lo que sucedía después de todo lo que había pasado. Me limpié con una servilleta, y volví a reverenciarle.
-Estoy muy cansada. Gracias por todo, me ha ayudado mucho, y… Estaba muy rico.-Dije sonriéndole.- Pero… Tengo que irme.-Me levanté y le hice una nueva reverencia y me despedí con la mano, mientras me encaminaba hacia la puerta.
-¡Espera, espera! –Gritó Tao desde dentro.- Agradécemelo de alguna forma antes de irte, ¿no? –Dijo haciéndose el indignado. Yo reí y levanté las cejas, curiosa por lo que habría de pedirme. Él sacó su móvil.- Dime tu número al menos.
Me lo dio y marqué mi número. Él sonrió satisfecho, y me hizo una foto para guardarla en el perfil. Volví a despedirme, pero antes de que pudiera girar, Zitao me agarró de nuevo y me abrazó con fuerza, dejándome sin palabras. Estaba tan consternada que no me intenté alejar. Igualmente, el abrazo duró apenas unos segundos. Al instante, una fuerza ajena a ambos le empujó separándole de mí.
Myungsoo se volvió un momento hacia mí para comprobar que estaba bien, aun cuando me dirigió una mirada de desconfianza que me congeló. Instantes después se concentró en Tao, que lo miraba sarcásticamente. Myungsoo le cogió del cuello de la camiseta y le miró amenazador. El otro ni se inmutaba.
-¡No te atrevas a volver a tocarla así!-Murmuró Myungsoo totalmente fuera de sí. Tao simplemente rio, él le agarró con más fuerza.
-¿Y tú eres su…?-Preguntó con una sonrisa sardónica en sus ojos que parecían escupir veneno.
Aquello se les estaba yendo de las manos. No era normal. Se miraban con inmenso odio, tanto uno, como otro. Parecían poder asesinarse con la mirada y en el ambiente se palpaba la tensa furia que desprendían ambos. No sabía cómo detenerles, pues si me metía entre ambos parecía que podía salir despedazada.
-¿Qué narices estás preguntando? -Le gritó a Tao.- Yo soy su… Soy…
Myungsoo bufó, incapaz de contestar, y furioso por ello. Le miró con odio un momento, apretó la mandíbula, y descargó su puño en la cara de Tao, que se quedó clavado al suelo, llevándose la mano a la boca, con dolor.


Myungsoo me agarró de la muñeca y me llevó rápidamente hasta su coche, abriendo la puerta y medio empujándome dentro. Yo me giré mientras él daba la vuelta para sentarse en el asiento del conductor, y pedí perdón a un Tao que se intentaba levantar. Le despedí con la mano, y él sonrió como pudo. Después, el coche arrancó dejándome con un Myungsoo enfadado y herido en su orgullo.
No me dirigió la palabra durante el viaje, ni cuando salimos del vehículo, ni cuando estábamos en el ascensor. Solo cuando llegamos a su casa, se echó las manos a la cabeza, alborotándose el pelo, exasperado y se volvió para preguntarme:
-¿Y Nana? ¿No ibas a ver a Nana? ¿Dónde estaba ella? –Rugió. Y agregó: No sabía que podías mentir tan bien. Y ese, ¿quién es? ¿El novio del que nunca te dignaste a hablarme? ¡Creía que…!
No pudo continuar hablando, cerró los ojos, conteniendo su rabia para no seguir gritando, y dio un tremendo golpe en la pared. Las puertas de los armarios de la cocina se abrieron y se cerraron a la vez, y la vajilla comenzó a hacerse añicos en el suelo. Myungsoo se apoyaba contra una puerta, intentando calmarse. Su corazón latía angustiado, como el mío.
-N-no ha pasado nada… Tao solo… Crucé sin darme cuenta porque Nana… Parece que me ha trai-
-¿Y por qué tendría que creer eso? ¿Ahora me vas a decir que te abrazas con todos los tíos que conoces en un momento? -Me cortó gritando.- Podrías haberme hablado de él, antes de que pasara nada… -Dijo con voz arrepentida. Volvió a golpear la pared, aunque esta vez solo apoyó la palma con fuerza. Sus nudillos sangrantes casi me hicieron ir hasta él.
-Le acababa de conocer, me salvó de ser atropellada, y me pidió mi número a cambio. No sabía que iba a abrazarme y no supe cómo reaccionar. Eso es todo.
-Claro que sí… Si no os hubiera visto acaramelados en la heladería podría tragarme tu historia. –Me miró guardándose la repugnancia. Yo bufé incrédula.
-¿Me estuviste espiando todo el tiempo, pero no viste cuando casi muero atropellada de no ser por él? Tus dotes como espía son legendarias. Cree lo que te apetezca, pero yo te digo que te estás equivocando. Solo me ofreció un helado porque...Porque Nana…-Sorbí mi nariz, reteniendo las lágrimas que afluían a mis ojos tras recordar de nuevo todo.- Nana está colaborando con ellos… Iba distraída y…


-Cuéntale tus cuentos a otro que no sea yo.-Dijo encerrándose en su habitación, dejándome abandonada en medio del pasillo.
Seguí escuchando desde donde estaba su corazón tembloroso, los golpes que asestaba a los muebles de su habitación, su llanto silencioso. No quería imaginar cómo debía sentirse, pero necesitaba decirle…Quería explicárselo, ir y hablarle, pero tenía miedo.  No sabía que iba a pasar ahora. ¿Qué sería de nosotros? ¿Habíamos estado juntos en algún momento? Ahora todo estaba mal. “Por favor Myungsoo, entiéndelo”.
-Myungsoo-oppa… N-no tengo otra explicación para lo que ha pasado. Si no crees eso… Yo… Yo… ¡Por favor, Myungsoo! –Rogué sin saber que podía decir para convencerle de que no había pasado nada.- Solo cree en mí. Te contaré lo que haga falta, no te ocultaré nada, pero… Créeme esta vez.




Comments (2)

On 3 jun 2013, 16:17:00 , JulixTwinkle dijo...

No me dejes así!! T.T Myungsoo-ah! Créela!!

 
On 11 jul 2013, 0:17:00 , Anónimo dijo...

MyungSoo asdasfd fucking perfect ♥