-¡Pero si puedes oír…! Entonces… ¡Cuando
Sungyeol vino…!-Exclamó Myungsoo de repente, dejando caer un poco del arroz que
estaba comiendo sobre la mesa.
-¡Oh! Ah…-Murmuré avergonzada, haciendo una
mueca que le sacó una sonrisa.- Si, bueno… Lo oí todo. –Myungsoo abrió la boca
indignado.
-¿Todo? De verdad… Y aun así, no me dijiste
nada. –Sacudió la cabeza, suspirando entre risas.- ¿Hasta qué punto puedes oír,
o ver?
-Mmmm… Es como si me pudiera mover sin mi
cuerpo, y fuera hasta el lugar al que quiero llegar y escuchar lo que quiero, o
ver u oler… Además lo siento todo con mucha precisión y…Eso.-Dije encogiéndose
de hombros. Myungsoo, siguió mirándome. Suspiré.- Por ejemplo ahora, puedo oír
lo que sucede en más o menos medio kilómetro a la redonda o más, y escucho
perfectamente tu pulso.-Sonreí al notar como se le aceleraba en cuanto lo dije.
Él se dio cuenta, y tragó saliva intentando calmarse.- Y tus poderes, ¿cómo
son?
-Mis poderes no son tan útiles. Solo muevo
cosas, como si, bueno, supongo que se parece a los tuyos…. Como si me pudiera
mover hasta allí sin mi cuerpo, aunque a veces me sale solo, sin pensar en nada
en especial. No sé…
-¿Y puedes mover…?
-Aaah… No lo he intentado. Solo lo he hecho
con cosas pequeñas, por ahora.-Se encogió de hombros, cansado.- Pero tampoco me
importa demasiado…
Asentí pensativa. Entonces no sabía hasta
dónde llegaban sus poderes… Fruncí el ceño ante unos pinchazos en mi cabeza.
“¿Qué?” Cerré los ojos por el dolor, y en mi mente se empezaron a formar
imágenes.
Unas sombras negras con ojos brillantes,
corrían y escapaban, pero estaban encerradas. No importaba, podían dominar
cualquier cosa, las paredes caían a su paso, las cadenas que intentaban
detenerles, se deslizaban por sus dedos, sin que nada les pudiera atrapar…
Cuando su huida se volvía más intensa, se volvieron hacia mí, y se despidieron.
Levanté la mirada, parecía que acababa de
despertar, me dolía todo el cuerpo y estaba entumecida. Myungsoo me miraba con
preocupación desde mi lado. De nuevo volvió la molesta presión. “Él puede
hacerlo” me dijo una voz ajena a mí. Me agarré a él, mareada. “Él puede
hacerlo” sonaba con un eco en mi cabeza. ¿Puede qué? Me removí de dolor, no
podía controlar lo que hacía.
-Myungsoo… ¿Pu-puedes comprobar lo qu-qué
serías capaz de hacer? –Él ladeó la cabeza, confuso.- Creo qu-que… Que puedes
mover lo que quieras… Todo.
En cuanto dije eso, me sentí bien de nuevo,
libre. Exhalé con fuerza. ¿Qué había sido eso? Mi cerebro se había vuelto loco.
Pero, aunque no alcanzaba a comprender del todo lo que era aquella visión, se
asoció rápidamente en mi cabeza con otra cosa: se suponía que podía presentir
cosas, “leer los corazones de las personas” ¿Sería eso? “Ojala no sea así de
doloroso siempre…” musité angustiada, para mí misma.
-Selene, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado?
–Murmuró un perdido Myungsoo que aún estaba sujetándome.
-No, nada…Bueno… Creo que tenías razón, cada
vez tenemos más poderes. Al parecer ahora tengo visiones extrañas, o algo
así.-Dije intentando parecer calmada.- Pero… Tienes que entrenar, según lo que
he entendido… Aunque no sé si lo he interpretado bien… Puedes ha-
-Vale, vaale. Mañana lo pruebo, pero hoy
deberíamos descansar ya… Pareces al borde del colapso.-Me observó con una
mirada crítica y me levantó sin que opusiera mucha resistencia.
Era cierto que aquel día había sido muy
intenso. Todo lo que había ocurrido… Agité la cabeza, me había propuesto
seriamente no pensar en Nana. Si lo hacía, podía volverme loca. Después de
todo, de tantos años… Volví a sacudir la cabeza y fui a entrar en mi
habitación. Pero no pude. Me di la vuelta, y me encontré con Myungsoo
sujetándome por la muñeca, tirando suavemente de mí hacía él, que estaba en el
quicio de la puerta de su cuarto. Parecía tímido, miraba al suelo. Le observé
medio sorprendida, él me atrajo más fuertemente a su lado. Sin decir nada me
hizo entrar en la habitación, abrió la cama y me metió con él, abrazándome bajo
las sábanas. Me cubrió con su cuerpo, de una manera protectora. Alzó un brazo
hasta mi pelo, y hundió la mano allí, guiando mi cabeza hasta su pecho.
-Selene, no pienses en lo que ha pasado hoy.
Seguramente todo tenga sentido… Se sabrá con tiempo.
-¿Sentido? ¿Existe algo como eso?-Murmuré
contra su hombro, se sacudió un momento por una pequeña carcajada y me acarició
el cuero cabelludo.
-Sí, si…Estoy casi seguro. Puedo no conocerla
pero no creo que te haya…-Tragó saliva.- Traicionado. Puede ser algún plan, o
lo hizo por alguna razón. Pero no creo que deje que te atrapen habiendo estado
juntas tanto tiempo… Y yo tampoco lo permitiré.
Me abracé con más fuerza a él, deseando que
así fuera, que no pasara nada, que Nana hubiera tenido razones ocultas para
hacerlo, que dejaran de perseguirnos, que pudiéramos vivir juntos, sin tener
que huir siempre.
“Huir…” Myungsoo bajó su mano hasta mi
cintura, con suaves y sutiles caricias que aceleraron el pulso de ambos. Me
presionó contra sus caderas, mientras mi respiración se entrecortaba, a suya
ganaba en fuerza. “Nos buscan…” Alcé un brazo, y encontré su rostro. Sonreí y
oí como se formaba una sonrisa en su boca. Sus labios buscaban los míos. “¿Por
qué?” Me estaba besando como nunca antes. Sin ponerse ningún límite, derramando
su pasión sobre mí, caldeando mi interior con su fuego. No había fiereza, ni
hambre, sino una seguridad y amor que me conmovieron. “”¿Por qué?” Mis
pensamientos se apagaban, los sentimientos en mi pecho comenzaron a arder ante
sus labios inmisericordes, que no paraban de moverse sobre mi piel… “Nuestros
hijos pueden destruir el mundo.”
Abrí los ojos rápidamente, con el cuerpo
agitado, pero de angustia. ¿Cómo se me había podido olvidar? Era lo más
importante. Negué con la cabeza, separándome de Myungsoo, que se quedó
totalmente confuso, y algo preocupado. Me levanté de la cama y me froté la
cara, intentando despejarme y pensar con claridad.
Estábamos destinados a estar juntos, pero
nuestro hijos podrían destruir el mundo, por eso los gobiernos de medio mundo
nos buscaban, y Nana… “No lo pienses.” Miré a Myungsoo sentado en la cama,
siguiendo mis pasos por la habitación. Era totalmente injusto todo. Era como
una maldición, debíamos estar juntos, pero nunca podríamos ser una familia,
nuestros hijo no habrían de existir nunca. “Pero no hace falta tener hijos” me
dije, calmándome. Entonces observé sus ojos negros, su pelo cayendo
graciosamente sobre sus orejas, sus brazos desnudos llamándome de nuevo a la
cama… ¿No iba a poder ver a un pequeño Myungsoo jamás? Normalmente no me
hubiera importado, pero con él, saber eso me hacía sentir triste.
-Myungsoo… No podemos… Nos buscan.-El me miró
sin saber que estaba pasando por mi cabeza. Corrí a abrazarme a él.- Nos
quieren eliminar… Pero no porque seamos diferentes. No, Myungsoo… -Le miré sin
saber muy bien como sentirme.- Si tenemos descendencia... Pueden destruir el
mundo. No podemos…
-¿No podemos tener hijos?-Negué con la
cabeza.- ¿Y te preocupas de eso ahora? –Me acarició las mejillas, sonriendo. Mi
organismo se aceleró. “¿Y cuándo lo voy a pensar si no? Como si no hubiera
riesgo…”
- No nos van a atrapar-continuó.- y nuestros
hijos no van a acabar con todo. Lo solucionaremos, aún hay tiempo, ahora
que lo sabemos, conseguiremos evitarlo como sea.
“Que positivismo” me dije, escéptica, pero su
mirada segura me hizo sonreír. Me sentía aliviada de alguna forma. Me
acerqué para darle un beso en la mejilla, y le hice cosquillas con mi nariz un
momento, antes de que un mensaje llegara a m móvil. Ambos nos tensamos en el
sitio, temerosos de lo que podría ser. Le miré cogiendo fuerzas, y me volví
hacia mi teléfono con precaución. Lo desbloqueé y dejé que Myungsoo lo abriera.
No quería saber lo que ponía. Cerré los ojos y esperé por su reacción.
No era nada bueno. Me soltó nervioso y
hastiado, resoplando con furia. “Tao” Le quité el móvil de las manos antes de
que hiciera algo de lo que pudiéramos arrepentirnos los dos, y leí el mensaje.
“Estoy encantado de haberte conocido, sin
embargo… No he podido decirte todo lo que quería ¿No nos podríamos volver
a ver? ¿Eh? Me debes un café. Además supongo que quieres saber qué pasa con
Nana, ¿no? ^^ Nos vemos. Ah, dile a tu amigo que no venga, por favor. No
quiero más peleas. Contesta cuando puedas ;)”
“¿Nana? ¿Qué sabe de Nana?” Grité en mi
cabeza. Miré a Myungsoo. Estaba casi echando humo por la cabeza. Mantenía la
mandíbula apretada y respiraba con fuerza. No le iba a gustar, pero si sabía
algo de Nana… Tenía que verle.
-Myungsoo-oppa…
-¡NO! No, no, no vas a ir. Si sabe algo de
Nana es que es uno de ellos. Te atraparan y… No. Selene, no te vas
a mover de aquí.
-Pero… Sabes que … Mis poderes…-Necesitaba
convencerle, tenía que saber…
-Selene.-Me miró intensamente con una loca
determinación.- No.
Comments (0)