Myungsoo
“Solo cree en mí” Se repetía en la mente de
Myungsoo una y otra vez. Hacía rato ya que Selene había pronunciado esas
palabras, ahora estaría en su habitación seguramente, pensando, sintiéndose
angustiada, impotente y triste. Como él. ¿Pero cómo podía creerla habiéndola
visto con ese…? “Ese monstruo con pintas de persona”.
Myungsoo daba vueltas en la cama, sin saber
qué hacer. ¿Por qué no había llegado antes? Pensó que debería haberla seguido
desde el momento en que salió de casa, así podría verificar lo que decía. “¿Y
por qué no simplemente te fías de ella?” Pero por más que quisiera, no podía
dejar de estar enfadado. Chasqueó la legua, volviendo a girar. Suspiró.
No soportaba recordar al tal “Tao”,
simplemente le enervaba. ¿Por qué la trataba así? ¿Por qué la había abrazado?
Cuando recordaba la escena, no conseguía evitar golpear algo. Su furia le
quemaba las venas. Ahogó un grito contra la almohada, y sacudió la cabeza
intentándose librar de esa sensación.
Cuando consiguió reponerse de ese nuevo
ramalazo nervioso, consiguió llegar a una conclusión: podía creer a Selene,
quería creerla, lo único que no soportaba era la existencia de esa
persona. ¿Quién era? ¿Por qué estaba con ella en ese momento? ¿Qué
tipo de persona…? Acalló sus pensamientos cuando Selene llamó a la puerta y
entró sin esperar respuesta con un kit de primeros auxilios entre manos. Sin
decir nada se acercó a la cama y cogió la mano de Myungsoo que tenía herida.
Le miró dubitativa, cogió aire y murmuró:
-Puede que te duela un poco. Dime si quieres
que pare.
Sin darle tiempo a replicar, vertió agua
oxigenada en un poco de algodón y comenzó su labor con extrema delicadeza y
dedicación. Él la miraba con sentimientos contradictorios. Por una parte no
podía dejar de admirar la gracia y belleza que poseía Selene, que hacía crecer
la ternura en su interior irremediablemente; pero por otra… Solo pensar en lo
que había pasado, en la forma en la que la había abrazado ese ser…
De nuevo una ira que no pudo controlar le
envenenó, con aquellas imágenes en la cabeza su cuerpo respondió solo. Intentó
controlarlo, pero no podía… El botiquín salió despedido y chocó contra el
suelo, dejando el camino libre a Myungsoo hacia el cuerpo de ella, quien le
miró nerviosa. Él no perdió más tiempo y antes de que Selene pudiera decir
nada, los labios de Myungsoo se encontraron con los de ella. Descargó
todo lo que sentía, devorando su boca con ímpetu y destreza. Sintió como Selene
intentaba resistirse en un principio. Lo ignoró, tomando más fuerza, agarrando
su cuello con ambas manos, apoderándose de sus movimientos afianzando los dedos
en la raíz del sedoso pelo de Selene, hasta que consiguió hacerla sucumbir.
Cerrando los ojos, mordisqueó su labio inferior antes de volver a besarla
movido por ese sentimiento de rabia. Su lengua se movía frenética,
hundiéndose juguetona en la boca de ella. Cuando la situación alcanzó un punto
álgido, él bajó hasta su cuello, besando y mordiéndolo de tal forma que
consiguió hacerla temblar entre sus brazos. Una vez conseguido su objetivo, la
miró indiferente, con sarcasmo.
Tragó saliva, mientras veía como una serie de
emociones atravesaban los ojos de Selene. Confusión, desconcierto,
incredibilidad, amargura, tristeza, rabia. Myungsoo vio venir el golpe, pero no
lo esquivó. Sabía que se lo merecía, él mismo se desagradaba en ese momento.
Notó su mejilla ardiendo, pero evitó hacer nada. Tras eso, Selene lo miró con
enfado y una sorprendente determinación, aun teniendo una mirada triste y
cansada, al borde de derramar lágrimas. Pero no se escondió como otras veces.
-No…-Cogió aire, tomando fuerzas.- No vuelvas
a preguntarme algo así. Le acababa de conocer, ¡ya está! No hay más. No puedo
entender por qué hizo lo que hizo, pero solo intentaba animarme, porque,
¿sabes?-Preguntó retóricamente, con dolor.- Casi muero. Si no hubiera sido
atropellada, hubiera sido a manos de Na-Nana…-Volvió a resoplar, intentando
mantener sus ojos secos.- No sé si has escuchado algo de lo que he dicho antes
pero… Pero… N-no quiere que siga viva.-Dijo, terminando en un
susurro.- Y…-Rio secamente.- Ni siquiera sé por qué te estoy contando todo
esto…
Tenía intención de levantarse, cuando
Myungsoo envolvió su cara con las manos, acariciando sus mejillas con los
pulgares. Ya no sabía ni qué hacía, qué estaba bien, o qué estaba mal, pero aun
así, había veces que agradecía a su cuerpo su resolución y esta vez era una de
ellas. Le dirigió una mirada de arrepentimiento, que esperaba que aceptara
tarde o temprano, y preocupación. No había pensado en nada de eso. Selene debía
de estar destrozada. “Y lo piensas ahora, ¿no?” le picó una voz en su mente.
-¿E-estás bien?
Ella solo esquivó su mirada, y sujetando las
muñecas de Myungsoo se liberó, saliendo de la habitación. Ahora era ella la que
estaba enfadada. Él volvió a tumbarse en la cama, sintiendo que todo aquello le
superaba y no conseguía entender ni la mitad. Ni porqué se había enfurecido
tanto, ni porqué la había besado así, ni porque no había pensado en qué habría
pasado con Nana. No se había preocupado lo más mínimo.
“Pero eso no quita que se haya abrazado con
Tao” “Y… ¡Ahhgg! De verdad… No lo aguanto” También pensaba cuando le había
preguntado por el qué era él de ella. Ni siquiera lo sabía, así que no pudo
contestar, se sentía torpe y humillado de alguna forma. Pero, ¿quién tenía la
culpa de eso? ¿Él, ella…? Tao desde luego no, pero era al que más quería
culpar.
Siguió dando vueltas por la habitación,
pensativo y mucho más calmado, solo que ahora, no sabía cómo actuar. Con su
ataque de celos había conseguido hacer enfadar a Selene y estropear la
situación. Pero no podía evitar sentirse enfadado cuando lo recordaba todo.
Cuando se hizo de noche, tomó la fuerza
suficiente para salir e ir a verla, aunque fuera para cenar juntos, sin hablar.
Necesitaba verla y aclarar sus sentimientos. Todo estaba en silencio, así que
supuso que estaría en su habitación. Llamó, pero nadie contestó. Abrió y no vio
nada, así que encendió la luz. No había nadie. Por alguna razón se empezó a
poner nervioso. ¿Y si se había ido? ¿Estaba tan enfadada? “Quizá se ha quedado
dormida en el salón” Fue al salón, pero tampoco estaba allí. ¿En el baño quizá?
No, la puerta estaba abierta y no había nadie de nuevo. Su corazón latía
fuertemente en su pecho, se sentía agobiado aun suponiendo que era imposible
que se hubiera ido por mucho tiempo, pues no había recogido nada. “Habrá salido
a dar una vuelta, tranquilízate” Se le congelaron las entrañas cuando pensó que
quizá, solo quizá… “¿Y si ha ido a ver Tao?” No podía ser, pensó caminando
desesperado por el salón. No podía ser.
Fue corriendo a coger el abrigo cuando vio
una sombra en la terraza. Cuando se acercó reconoció la silueta de Selene.
Estaba parada, concentrada, con los ojos cerrados en medio de una noche
incipiente con un viento salvaje soplando alrededor, alborotándola el pelo,
jugando entre su ropa. Myungsoo atrajo la chaqueta hasta él y fue a colocarla
sobre los hombros de ella. Estaba pálida y fría. Abrió los ojos lentamente
cuando sintió el peso de la prenda sobre su piel. Cuando pareció volver a la
realidad, se volvió hacia Myungsoo con una mirada cansada. Se mantuvieron
observándose el tiempo que necesitaron hasta conseguir desprenderse de su
orgullo y terquedad, hasta poder llegar a comprenderse aún mejor, sin necesidad
de palabras.
-Lo siento.- Murmuraron a la vez. Ambos
dieron un respingo y sonrieron. Myungsoo tomó la palabra.- No sé qué me ha
pasado, y no puedo explicarlo, pero… Lo siento. Te creo, y lamento no haberme
preocupado antes por Nana, ni por nada de ese asunto. Simplemente pensaba que
Tao… -Calló, respirando fuertemente, apagando su rebelde odio.- No puedo ni
pensar en él, es un ser tan… Tan horrible. Por favor, no-no te acerques a
él.-Susurró con una voz algo quebrada. Ni él lo entendía.
Selene asintió a su lado, y prefirió no
hablar de Nana.
-Si te afecta tanto, no me importa no
acercarme a él, tampoco le conozco y no tenía pensado volver a verle
igualmente, pero… -Se giró a mirarle.- No puedes ser tan celoso con todo el
mundo.
- ¿Y quién dice que estoy celoso? –Dijo
bufando. Selene levantó las cejas, y le miró juzgando su actitud. Myungsoo se
aclaró la garganta, esquivando su mirada. Añadió en voz baja: No creo que
fueran solo celos. Es como si… No sé, le odiara o algo, pero no tiene mucho
sentido, ¿no? –Selene negó sonriendo. Aunque todo fuera extraño, al menos
podían hablarlo tranquilamente.
-Bueno… No. –Dijo sonriendo.-Pero realmente
nada lo tiene. He estado pensando… Y… Cada vez todo es más absurdo. Siento no
haber venido a casa directamente, pero, después de que casi me atropellaran
estaba como ida… Y acabe en la heladería, y Tao me pareció simpático.-Calló
rápidamente, viendo cómo se tensaba Myungsoo.- Pero supongo que es extraño
también que sin conocerme de nada hiciera todo eso. No sé…
-¿Qué es cada vez más absurdo?
-Si te lo dijera…-Suspiró.- Antes habría
dicho que no me creerías, pero después de todo lo que ha pasado…
-¿Qué es? –Insistió Myungsoo.
Sin decir nada, le cogió de la mano, y
entraron al salón. Selene se sentó y esperó a que Myungsoo hiciera lo mismo.
-¿Qué pasa?
Selene respiró profundamente, y sin pensar
demasiado en lo que hacía, puso su mano sobre la de Myungsoo. Él la acarició,
contento de que pudieran volver a como estaban antes, pero impaciente por
escuchar lo que tenía que decir.
-No tengo aquí las pruebas, pero creo que…
Será suficiente con… Bueno…-Levantó la mirada hasta alcanzar los ojos de
Myungsoo, consiguiendo la determinación que necesitaba.- No sé si te lo conté
ya pero Nana es historiadora y hace unas dos semanas encontró un antiguo
escrito que hablaba de dos seres que no humanos y estaban en la Tierra,
destinados a encontrarse. No pueden saber todos los detalles con precisión
porque hay partes borradas y que no entienden pero… Me dijo que uno de ellos,
tenía los ojos negros y el poder de la telequinesia.
Myungsoo agarró con fuerza a Selene. ¿Lo
había visto? Sorprendido recordó como esa misma tarde su poder se había vuelto
loco junto con él. Claro que lo había visto, ¿cómo iba a ignorar alguien el
hecho de que los platos se cayeran solos y las puertas se abrieran y cerraran
sin más?
-Selene… Yo… -Murmuró frunciendo el ceño.
¿Qué podía decir?
-No importa, Myungsoo. Hay mucho más. –Éste
calló y la dejó continuar.- El otro ser estaba descrito como “el de ojos de
ningún color” y tiene los sentidos muy desarrollados.
-¿De ningún color?
-Sí. Al principio creía que se refería a que
eran blancos, pero luego… Luego comencé a pensar, a recordar cosas…Y creo que
se refiere a mí. Bueno no creo, estoy segura.-Dijo conteniendo el aliento.
-Así que… Tienes súper sentidos…-Musitó
Myungsoo intentando interiorizar todo. Cuadrando las pequeñas piezas unas con
otras.- Entonces… Puedes oír, ver…
-Y oler, y sentir seguramente también, pero
creo que aún estoy desarrollándolos y cada vez…
-Son más fuertes. Como los míos.-Agitó
brevemente la cabeza, pestañeando con fuerza.- Quizá sea porque ahora estamos
juntos, como…
-Estamos destinados.
Se miraron sintiendo la transcendencia de ese
momento. Todo lo que pudiera ser extraño, parecía tener explicación ahora. Sus
encuentros, la intensa atracción que sintieron desde un primer momento, la
forma en la que había ocurrido todo para que finalmente, estuvieran allí, los
dos. Myungsoo se sintió sobrecogido por todos los sentimientos que aguardaban
en su interior. Ella podía entenderle, podía ser totalmente sincero con ella,
no había nada que no pudieran hacer juntos. La abrazó exaltado, sin poder creer
lo feliz que se sentía en aquel momento.
-Myungsoo… Eso no es todo, Myungsoo, estamos
en pelig…
Selene no pudo continuar, pues Myungsoo había
sucumbido ya bajo la proximidad de ambos, y la besaba como si su vida
dependiese de ello.
Comments (1)
Dios mio, esto esta cada vez mas interesante, me encanta muchisimo, en etsos capitulos has mejorado mucho y myungsoo ashjslad
Y bueno Selene cada vez me encanta mas